¿Es inocente el cura de Cuenca condenado a cuatro años de cárcel por abusos a menores?

El padre Nilton celebrando la Misa Tradicional El padre Nilton celebrando la Misa Tradicional
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La semana pasada el sacerdote Nilton Bustamante fue condenado a cuatro años de prisión tras pactar con la Fiscalía, que pedía once años de prisión.

Estamos de nuevo ante un caso que genera un mar de dudas sobre la condena. En primer lugar, cabe resaltar que el sacerdote ha reconocido los hechos simplemente para no entrar en prisión, aunque ante el juez se declaró inocente de cualquier tipo de abuso sexual a menores.

Los medios de comunicación generalistas se han limitado a informar de la sentencia y de los hechos imputados, aunque ninguno ha contado nada sobre la intrahistoria que hay detrás. Como datos relevantes, hay que señalar que las familias de los jóvenes han renunciado a cobrar la indemnización y que no hubo ningún tipo de denuncia de los padres, ya que la Fiscalía actuó de oficio tras una información que llegó al obispado y que estos pusieron en conocimiento de la Policía para seguir con los protocolos establecidos.

Varias fuentes próximas al sacerdote de origen peruano, muy querido por los feligreses de la media docena de pueblos que atendía, ya alertaron a este medio hace unos días sobre el atropello judicial al que se estaba sometiendo al padre Nilton. Esta versión, ha sido confirmada por otro sacerdote de Cuenca, Juan María Sellas, quien compartía piso con el sacerdote condenado por la justicia civil.

El testimonio de otro sacerdote de Cuenca

El sacerdote Juan María Sellas, ha compartido a través de un audio de más de media hora su testimonio personal sobre los hechos acontecidos y que se le imputan a Nilton Bustamante.

En ese testimonio, el padre Sellas confirma que compartían piso desde agosto del año 2021 para ahorrar un alquiler a la diócesis. Este sacerdote es quien confirma que las tres familias afectadas han renunciado a los 3000 euros de indemnización que el padre Nilton debe pagar a cada una de ellas. También señala que en ningún momento los padres de los menores involucrados en este episodio denunciaron al sacerdote.

El padre Juan María Sellas, compañero de piso del sacerdote que se ha visto envuelto en toda esta polémica y que se ha saldado con una condena de cuatro años de prisión aunque no cumplirá pena entre rejas, ha relatado que el día antes del acto de conciliación, ya que tras pactar con la fiscalía no se llegó a juicio, uno de los padres se puso en contacto con el abogado del padre Nilton para decirle que sentía mucho el revuelo que se había armado y que estaban apenados de que todo hubiera llegado a este punto y que lo lamentaban muchísimo.

El padre Nilton fue acusado de realizar tocamientos a niños y niñas mientras jugaban a las ‘tinieblas’ juego que consiste en ir con los ojos cerrados buscando al resto de participantes y adivinar quien es. El cura compañero de piso de Nilton reconoce que el sacerdote pudo cometer la imprudencia de meter a los menores en su casa a jugar.

Cuando llegó la información al obispado de estos supuestos tocamientos a menores, el obispo José María Yanguas puso en conocimiento de la policía esta información que desembocó en un registro policial de la casa de ambos sacerdotes en busca de pruebas aunque no lograron encontrar ningún tipo de contenido pedófilo ni similares.

En el momento del registro policial, el padre Nilton se encontraba en Francia a donde se había retirado a un monasterio durante un tiempo para avanzar con sus estudios e investigaciones. Este suceso motivó que el sacerdote acusado regresara a España para prestar declaración y colaborar con la justicia.

Sin condena canónica

La diócesis de Cuenca abrió un expediente canónico para investigar internamente lo ocurrido y se cerró sin tomar ningún tipo de medida canónica ni disciplinaria contra el sacerdote al no encontrar ningún hecho delictivo ni conducta inapropiada por parte del sacerdote.

A pesar de esto, la Fiscalía de Cuenca actuó de oficio y emprendió la causa contra el padre Nilton al que acusaron de abusos sexuales a menores y ciberacoso. El sacerdote se enfrentaba a una pena de 11 años de cárcel si el juez le declaraba culpable. Tanto el sacerdote con el que compartía piso como otras fuentes próximas al padre Nilton, confiesan que aceptó declararse culpable para evitar hacer pasar el mal trago a su madre y familiares de verle en prisión, aunque insistía en su inocencia.

El obispo de Cuenca le especificó que debía ser él quien tomase la decisión de declararse culpable para evitar ir a la cárcel o si por el contrario se la jugaba a ir a juicio y defender su inocencia.

Finalmente, el padre Nilton a pesar de la presión mediática, decidió pactar con la Fiscalía la pena de cuatro años de cárcel y el pago de las indemnizaciones, aunque reiteró ante el juez de nuevo su inocencia, negó los hechos que se le imputaban y las familias de los menores han rechazado el dinero de la multa. ¿Estamos ante un nuevo caso de abuso judicial contra un sacerdote?

Lo más llamativo de todo esto, es también el silencio de la diócesis de Cuenca. No han publicado ningún comunicado de condena de los hechos, lo cual hace presagiar que dentro de la diócesis existe apoyo implícito al sacerdote peruano.