Santiago Cantera: «En España existe odio a la cruz»

Santiago Cantera, prior del Valle de los Caídos Santiago Cantera, prior del Valle de los Caídos
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El prior del Valle de los Caídos, el padre Santiago Cantera, ha concedido una entrevista para la revista Misión.

«Hice unos ejercicios espirituales ignacianos durante un mes y hubo un toque evidente de la gracia. Vi una llamada a entregar mi vida, a hacer partícipes a los demás de ese amor entre Dios y yo, a orar por toda la humanidad». Así es como narra Santiago Cantera el momento en el que descubrió su vocación sacerdotal y benedictina.

Santiago Cantera lleva muchos años en el punto de mira por defender con valentía y gallardía la fe católica. Por eso, cuenta en la entrevista que los ataques los soporta «abrazado a la cruz». «El cristiano descubre el sentido de la vida en la cruz, y el abrazarse a ella en estos momentos duros da un sentido trascendente y sabe que, unido al misterio redentor de Cristo, ese dolor ofrecido tiene un valor positivo para la salvación de la humanidad y para reparar ese desamor hacia Dios», agrega el prior del Valle de los Caídos.

El benedictino no duda en afirmar que en España «existe odio a la cruz» y lo demuestran las declaraciones de medios de comunicación y de políticos «que han pedido explícitamente el derribo de esta cruz». Para Santiago Cantera, «se nota que la cruz es un signo de contradicción. El mismo Jesucristo es signo de contradicción entre los hombres porque trae un mensaje de verdad y de amor, y muchos lo rechazan».

Preguntado por el martirio, Santiago Cantera reconoce que se trata de «una gracia» y que desde niño ha pedido en varias ocasiones. «Yo lo desearía porque es un paso directo al Cielo. Pero en última instancia es Dios quien concede esta gracia», ha apostillado.

El prior del Valle de los Caídos reconoce que por «asimilarnos tanto al mundo» este «nos ha comido». Cantera lamenta que a la hora de evangelizar a veces hemos pensado que «adaptándonos al pensamiento que se nos impone vamos a conseguir atraerlo, y sucede todo lo contrario: el mundo nos absorbe. El cristiano tiene que estar en el mundo, pero no es del mundo. No podemos servir a dos señores. Si sucumbimos ante el mundo, mundanizamos el mensaje de Cristo y no cristianizamos la sociedad».

De cara a la batalla exterior, Santiago Cantera insiste en que «es necesario que la oración y la contemplación precedan a la acción» ya que «una acción sin oración está llamada al fracaso, se convierte en mero activismo, porque en oración comprendemos el sentido de la acción».