Torreciudad: la verdad verdadera y sincera de cabezos y calaveras

Ángel Pérez Pueyo, obispo de Barbastro y Marta Calavera, ecónoma de la diócesis de Barbastro Ángel Pérez Pueyo, obispo de Barbastro y Marta Calavera, ecónoma de la diócesis de Barbastro
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El conflicto surgido ente el Opus Dei y el obispo de Barbastro tiene una salida complicada, especialmente para Pérez-Pueyo quien se ha metido solito en un jardín del que tiene muy pocas salidas honrosas.

Torreciudad es el templo más visitado de la diócesis de Barbastro a varios millones de años luz de distancia sobre todos los demás juntos, lo que supone una realidad extraordinariamente jugosa para quien no es capaz de ver más allá de las cuestiones netamente económicas.

Pueyo (vocablo del dialecto navarro-aragonés cuya traducción al castellano es cabezo) sabe, o debería, que las cifras de Torreciudad van indisolublemente ligadas al Opus Dei y que el Opus como institución ajena sería una catástrofe financiera porque apenas quedarían unos edificios vacíos de ladrillo más o menos bonitos, dependiendo de gustos. A ver en qué momento y con qué ocurrencia iban a abarrotar los parroquianos de todo el mundo un lugar con tan discreto encanto si se le arrebata la variable Escrivá de Balaguer.

Desde que se firmó el convenio con el Opus Dei, han pasado por la diócesis media docena de obispos, incluido el cardenal Omella, los cuales, expresa o tácitamente, validaron el acuerdo y no vieron necesidad ni conveniencia ni posibilidad alguna de variarlo o de impugnarlo; la mayoría de ellos con el nuevo Código de Derecho Canónico ya aprobado y en vigor. La actuación de Pérez Pueyo supone además de una exhibición pública de ambición dineraria, una escandalosa enmienda a sus predecesores desde el momento en el que pretendió el cobro de una suerte impuesto revolucionario. Y a por ello se lanzó sin calcular el desgaste que aquello supondría.

Analicemos los cinco (4+1) escenarios posibles:

Camino número 1: El opus paga. Fin del conflicto. Aflojando y obispo contento. No parece que vayan a aceptar tal situación porque les dejaría en mal lugar frente a sus propias huestes y se crearía un precedente difícilmente salvable en el futuro. Dicen haber descartado tal posibilidad, al menos en los términos iniciales de la negociación y es creíble porque han sacado un comunicado contundente, como nunca antes lo habían hecho ante otras discrepancias.

Camino número 2: El opus no paga y el obispo acude los tribunales civiles a declarar la nulidad de ese contrato y la consabida cantidad de alquiler, cesión, canon, limosna, rescate… Si Pueyo ganara retornaría la posesión a la diócesis, pero como en este caso los del Opus han obrado de buena fe durante estos años, es lógico pensar que deberían abonar los gastos de mejoras, mantenimiento, nuevas construcciones y conservación de lo retornado. Tremendo palo a las arcas de la diócesis. Posible bancarrota.

Camino número 3: A los tribunales civiles y se declara la validez de ese contrato o, habiendo buena fe y justo título, se declara la usucapión (adquisición de la propiedad por utilización ininterrumpida durante muchos años). El Opus se saldría con la suya en ambos supuestos y el obispo, vencido en juicio, tendría que pagar unas costas gigantescas obligándole exprimir lampadarios, apañar estipendios y rebañar cepillos de toda la diócesis para abonar su capricho y ni por esas. Bancarrota segura.

Camino número 4: El Opus despierta y le tira con las llaves de todo el complejo al señor obispo, quien debe quedarse con el personal, con el mantenimiento y con los ingresos y también con los gastos. A seguir conservando el chiringuito solo y ahí se haría buena aquella frase de Santa Teresa «se derraman más lágrimas por las plegarias atendidas que por aquellas que permanecen desatendidas». Súplicas al Opus para que vuelva o bancarrota. Cuando anuncia con solemnidad que Torreciudad va a ser diocesana, es un farol a la desesperada.

Una derrota judicial del obispo obligaría a su feligresía a rascarse aún más el bolsillo, cosa que sin duda harían con extremo gusto cuando se enteraran de que su esfuerzo limosnero iba a acabar directamente en las arcas del Opus ¡Con qué alegría yo le haría un cuantioso donativo a Amancio Ortega!

Camino número 5. El Opus va a juicio y da igual si gana o pierde porque siguiendo sus habituales manías, ficha a Cremades o algún asimilado que le ofrece un contrato pro bono de los suyos. En este caso, el Opus pide perdón a Pérez-Pueyo a pesar de haber ganado porque la ambición del obispo sale más barata que la gratuidad del hermano.

En todo caso, alguien debería decirle a Cabezo y a Calavera -sin chistecitos, por favor, pues es rigurosamente cierto que tal es el apellido de la ecónoma de Barbastro- que sin el Opus de por medio, esa montaña de sillares no vale ni para alquilársela a los chinos.

Datos

Año 2023

  • Museo diocesano
  • Catedral de Barbastro
  • Concatedral de Monzón
  • Catedral de la Roda de Isábena
  • Monasterio de San María de Obarra
  • Monasterio de Alaón

Total visitantes: 33.000

Año 2023:

  • Torreciudad

Total visitantes: 200.000

Comparativa de Torreciudad frente al conjunto de edificios diocesanos +600%

Datos económicos diócesis de Barbastro ejercicio 2022 (último publicado)

  • Ingresos totales de la diócesis por alquileres: 58.872 € /año
  • Pretensión económica por alquiler de Torreciudad: 600.000 € /año
  • Operación Torreciudad: Expectativa episcopal de rentas en concepto de alquileres… +1.191,16%

Con la contundencia aplastante de estos datos numéricos solo hace falta que Pérez-Pueyo vuelva justificarse hablando solemne de motivaciones de tipo sinodalidad, de confraternización; de Derecho Canónico; de propiciar la comunión eclesial; de servir a la coordinación, la comunión, la corresponsabilidad; de los beneficios de la dieta mediterránea; de lo importante que es reciclar el vidrio; o de la urgente preservación de los ecosistemas amazónicos. Entonces, todos en pie aplaudiremos y cantaremos a coro este tema de Emilio Vicente Mateu:

“¡Qué bonitas son tus palabras!

¡qué bonitas son!

¡qué bonitas son!

¡qué bonitas son!” (BIS)

Aurora Buendía