La terrible anomalía jurídica que, en los años setenta del pasado siglo, convirtió el aborto provocado en un ‘derecho constitucional’ por decisión del Tribunal Supremo, haciéndolo así intocable para el resto de las instancias políticas, fue al fin revocada por la mayoría del alto tribunal actual, lograda por los nombramientos hechos por Trump.
Desde ese momento, los estados son libres de legislar sobre el procedimiento, y muchos de ellos lo han hecho en un sentido marcadamente provida. Pero esa es la conquista que el ‘devoto católico’ presidente Biden ha prometido anular en su discurso sobre el Estado de la Unión de ayer.
Biden invocó el “poder de las mujeres” para restaurar Roe v. Wade -la sentencia que hizo del aborto un derecho constitucional en los setenta- y el aborto a voluntad durante su discurso anual sobre el Estado de la Unión ante el Congreso el jueves por la noche. “En su decisión de anular Roe v. Wade, la mayoría del Tribunal Supremo escribió ‘Las mujeres no carecen de poder electoral o político’. No es broma”, dijo Biden. “Claramente quienes se jactan de revocar la sentencia del caso Roe v. Wade no tienen ni idea del poder de las mujeres en Estados Unidos… Si los estadounidenses me envían un Congreso que apoye el derecho a elegir, les prometo: restauraré Roe v. Wade como ley del país nuevamente”, declaró.
Biden ha pedido repetidamente que se codifique el aborto a voluntad en la ley federal desde que la Corte Suprema anuló a Roe en 2022, permitiendo a los estados decidir sus propias leyes de aborto por primera vez en medio siglo. La propuesta actual que prevalece para hacerlo, la llamada Ley de Protección de la Salud de la Mujer , en realidad iría mucho más allá de Roe y haría ilegal que los estados aprobaran prácticamente cualquier ley provida. Para que la WHPA tenga posibilidades, Biden tendría que ser reelegido este otoño, ampliar la mayoría demócrata en el Senado y retomar la Cámara de Representantes de Estados Unidos.
Biden invocó la historia de Kate Cox , una mujer de Texas en el centro de una reciente narrativa mediática destinada a desacreditar las leyes provida, a quien la Primera Dama Jill Biden invitó a asistir al Estado de la Unión como invitada especial. Cox buscó un aborto después de las 20 semanas porque su hijo tenía trisomía 18, que a veces requiere una cesárea o un parto por inducción, lo que, según ella, podría haber amenazado su vida y su futura fertilidad. En realidad, la ley de Texas habría permitido un aborto si el embarazo de Cox alguna vez se convirtiera en una amenaza de ese tipo, sin embargo, el lobby abortista y sus aliados utilizaron su historia para pintar falsamente las protecciones provida como peligrosas y crueles. Cox finalmente salió del estado para abortar a su hijo.