El arzobispo de Wellington, Paul Martin SM, ha escrito una carta a los fieles de la diócesis para dar a conocer que Roma investiga al arzobispo emérito de la diócesis, el cardenal Dew.
En la carta, el arzobispo habla de «acontecimientos que supuestamente tuvieron lugar en la década de 1970». El arzobispo asegura que la policía de Nueva Zelanda investigó la acusación. «Han afirmado que han concluido su investigación y no se presentarán cargos», escribe el arzobispo Martin.
El arzobispo recuerda en su misiva que el cardenal John Dew se retiró como arzobispo de Wellington en mayo del año pasado al cumplir 75 años, la edad normal de jubilación para los obispos católicos. De acuerdo con los protocolos, el arzobispo confirma que el cardenal John se mantuvo al margen de todas las actividades públicas de la iglesia cuando la acusación llegó a la atención de la Iglesia. «El cardenal John ha afirmado su inocencia en todo momento», resalta el prelado.
«Las investigaciones de la Iglesia no se realizan al mismo tiempo que las de la policía. Ahora que la investigación policial ha concluido, el cardenal John continúa al margen mientras continúan las investigaciones de la Iglesia», agrega el arzobispo de Wellington.
El cardenal niega las acusaciones
En una carta enviada a CNA, el cardenal Dew asegura que no conoce a la persona «que hace las acusaciones y nunca lo he visto» y afirma que «la acusación en mi contra es falsa».
“Soy muy consciente de lo angustioso que esto es para muchos: sobrevivientes que han confiado en mí, en nuestra comunidad eclesial y en mis familiares y amigos. Declaro una vez más que todos los incidentes de abuso están mal. Espero y rezo para que todas las víctimas de abuso encuentren paz y curación”, escribe el purpurado neozelandés.
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El inmisericorde Papa Francisco, que no cree en la parábola del hijo pródigo, se dedica a escarvar cosas de hace 54 años, incluso cuando la policía ha dicho que no presentará cargos.
Es evidente que Francisco está aliado con el mundo en su campaña de desprestigio de la Iglesia, y que pisoteando la justicia se ha lanzado a una caza de brujas en este tema.
Escribiendo con el móvil y sin gafas, he escrito «escarvar» cuando es «escarbar.»
Que presente una querella por daños e injurias graves y que un juez haga pagar al delincuente.
La inocencia se logra con las rectitud de obras, pero quien no la ha preservado en algo, la puede recuperar mediante la penitencia. Por eso la Iglesia no debe perseguir presuntos hechos de décadas lejanas, porque el Evangelio predica la conversión, el arrepentimiento y el perdón. Eliminar la prescripción del delito es algo anticristiano que debería llenar de vergüenza a los papas que lo han dispuesto. Es necesario recuperar el estilo de misericordia que caracterizó a la Iglesia en tiempos pasados, y detestar la rigidez de Francisco en este tema.
Por eso doy mi apoyo incondicional al cardenal Dew.