La embajada de Israel ante la Santa Sede califica de «deplorable» las declaraciones del secretario de Estado vaticano, Parolin, que habló de una «carnicería» no justificada por el derecho de defensa.
Hacía tiempo que las relaciones de la Santa Sede con Israel no estaban tan tensas como ahora. Los desencuentros son, como consecuencia de la guerra en Gaza, aún peores que los que han alejado al Vaticano de los dos contendientes en el conflicto ucraniano.
Israel ha protestado enérgicamente contra las declaraciones del secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, que definió la operación israelí en la Franja de Gaza como una «carnicería», desproporcionada con el derecho de defensa invocado. «Es una declaración deplorable. Juzgar la legitimidad de una guerra sin tener en cuenta todas las circunstancias y datos relevantes lleva inevitablemente a conclusiones erróneas», se lee en un comunicado de la embajada de Israel ante la Santa Sede. «La responsabilidad de la muerte y la destrucción en Gaza» recae en «Hamás y sólo en Hamás» , subraya la embajada.
«Gaza – señala además la embajada de Israel – ha sido transformada por Hamás en la mayor base terrorista jamás vista. No hay casi ninguna infraestructura civil que no haya sido utilizada por Hamás para sus planes criminales, incluidos hospitales, escuelas, lugares de culto y muchos otros». Un proyecto, continúa el comunicado, que «fue apoyado activamente por la población civil local. Los civiles de Gaza también participaron activamente en la invasión no provocada del 7 de octubre en territorio israelí, matando, violando y tomando como rehenes a civiles. Todos estos actos se definen como crímenes de guerra».
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