Francisco: «Sin reforma litúrgica no hay reforma de la Iglesia»

El Papa Francisco con la Plenaria del Dicasterio del Culto Divino El Papa Francisco con la Plenaria del Dicasterio del Culto Divino
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El Papa Francisco ha recibido a la asamblea plenaria del Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos con su prefecto, el cardenal Roche, a la cabeza.

El Papa ha recordado las palabras del Proemio de la promulgación del Sacrosanctum Concilium, que describen un deseo preciso de reformar la Iglesia en sus dimensiones fundamentales y que Francisco ha resumiendo en «hacer crecer cada día más la vida cristiana de los fieles; adaptar mejor las instituciones sujetas a cambios a las necesidades de nuestro tiempo; promover lo que pueda contribuir a la unión de todos los creyentes en Cristo; revitalizar lo que sirve para llamar a todos al corazón de la Iglesia».

«Esta es una obra de renovación espiritual, pastoral, ecuménica y misionera. Y para lograrlo, los padres conciliares sabían bien por dónde empezar, sabían «que también debían ocuparse de manera especial de la reforma y promoción de la liturgia» (ibid.). Es como decir: sin reforma litúrgica no hay reforma de la Iglesia», ha dicho el Pontífice.

El Obispo de Roma ha señalado que «una Iglesia que no siente pasión por el crecimiento espiritual, que no intenta hablar de manera comprensible a los hombres y mujeres de su tiempo, que no siente dolor por la división entre los cristianos, que no tiembla ante la ansiedad de anunciando a Cristo al pueblo, es una Iglesia enferma, y ​​estos son los síntomas».

El papel de la mujer

Según el Papa Francisco, «cada reforma de la Iglesia es siempre una cuestión de fidelidad esponsal: la Iglesia como Esposa será tanto más bella cuanto más ama a Cristo Esposo, hasta pertenecerle totalmente a Él, hasta conformarse plenamente a Él».

El Papa ha aprovechado la oportunidad para insistir en que «la Iglesia es mujer, la Iglesia es madre, la Iglesia tiene su figura en María y la Iglesia-mujer, cuya figura es María, es más que Pedro, es decir, es otra cosa» por lo que «no todo puede reducirse a la ministerialidad».

El Santo Padre ha subrayado que «la mujer en sí misma tiene un símbolo muy grande en la Iglesia como mujer, sin reducirla al ministerial. Por eso dije que toda reforma de la Iglesia es siempre una cuestión de fidelidad esponsal, porque es mujer».

Formación litúrgica

El Papa ha insistido en la importancia de «una formación litúrgica» pero que «no se trata de una especialización de unos pocos expertos, sino de una disposición interior de todo el pueblo de Dios, lo que no excluye, naturalmente, que haya una prioridad en la formación de quienes, en virtud del sacramento del Orden, están llamados a serlo».

El Sucesor de Pedro les ha animado a «proseguir en este compromiso vuestro para que los pastores sepan conducir al pueblo a los buenos pastos de la celebración litúrgica, donde el anuncio de Cristo muerto y resucitado se convierta en experiencia concreta de su presencia transformadora de vida».