“Cristianos, reposicionaos”: así cede Ouellet ante el mundo

Ouellet abusos celibato
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(Roberto Marchesini/La nuova bussola quotidiana)-Vivimos tiempos interesantes en los que leemos cosas extraordinarias. Esto es lo primero que me ha venido a la mente al leer un artículo del Cardenal Ouellet en la prestigiosa revista teológica Communio.

El artículo, aunque complejo, es digno de mención y reflexión. Tras un párrafo introductorio, empieza soltando una bomba: «La era del cristianismo ha terminado». Una afirmación para estremecerse o reírse a carcajadas, según se mire. ¿Cómo puede terminar la era del cristianismo? Toda la historia es cristianismo, ya que Cristo es el alfa y el omega. Ciertamente, el cardenal ha conseguido captar nuestra atención.

“Ha empezado una nueva era –explica-, en la que los cristianos deben reposicionarse en relación con su entorno si quieren transmitir la herencia cultural y espiritual del cristianismo. El cristianismo es ajeno a este entorno; es acogido con indiferencia o incluso con hostilidad, incluso en países tradicionalmente católicos». Leamos de nuevo con calma. «El cristianismo es ajeno a este entorno; es recibido con indiferencia o incluso hostilidad, incluso en países tradicionalmente católicos». ¿De qué «ambiente» se trata? ¿Quizá del mundo? Si así fuera, no tendría nada de extraño: «Si el mundo os odia, sabed que a mí me odió antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero como vosotros no sois del mundo, sino que yo os elegí del mundo, por eso el mundo os odia» (Juan 15: 18-19). Así pues, si el mundo odia al cristianismo (como es natural), ¿»los cristianos deben reposicionarse»? ¿Y qué significa «reposicionarse»?

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Poco después explica: «Debemos reflexionar sobre el futuro del cristianismo en un contexto que espera que los cristianos adopten un nuevo paradigma para dar testimonio de su identidad. Por eso debemos mirar a la diversidad cultural y religiosa con disposición al diálogo y ofrecer la visión cristiana gratuitamente y con atención hacia la fraternidad humana».

Así pues, el mundo (suponiendo que esto sea lo que significa el «contexto») pide al cristianismo que «adopte un nuevo paradigma». La locución es escalofriante, y se «explica» de la siguiente manera: «Para ello debemos contemplar la diversidad cultural y religiosa con disposición al diálogo y ofrecer la visión cristiana gratuitamente y con atención hacia la fraternidad humana». ¿Por qué «debemos»? ¿Desde cuándo la Iglesia está obligada a responder a las expectativas del mundo? Y además: el apostolado siempre ha estado abierto al diálogo (aunque casi siempre no ha sido correspondido), gratuito (de hecho, pagado a un alto precio) y atento a la fraternidad humana. No se trata de un «nuevo paradigma»: es lo que siempre han hecho los cristianos.

Tal vez sea en lo que sigue donde nos hagamos una idea de lo que el cardenal Ouellet entiende por «nuevo paradigma» cuando afirma que «los tradicionales puntos de referencia racionales ya no pueden reivindicar la exclusividad. El cambio de época, en definitiva, contempla el pluralismo como elemento constitutivo de toda sociedad en el mundo globalizado». De nuevo nos encontramos ante un non sequitur. Que «el cambio de época contemple el pluralismo como elemento constitutivo» importa hasta cierto punto. Y no está claro por qué la reivindicación de la exclusividad de los «tradicionales puntos de referencia racionales» ya no sería admisible. Basta con echar un vistazo a la declaración Dominus Jesus para darse cuenta de que, por el contrario, no sólo es posible, sino necesaria.

En resumen, Su Eminencia utiliza un tono grandilocuente lleno de frases efectistas – «la era del cristianismo ha terminado», «los cristianos deben reposicionarse», «nuevo paradigma»…-, pero no queda claro a dónde quiere llegar. Entre todos estos eslóganes, me viene a la mente una imagen clara y precisa: un cartel que cuelga de una tienda. En ese cartel, una inscripción: «Cerrado por quiebra». Yo lo he entendido así: «Si quieren transmitir la herencia cultural y espiritual del cristianismo», los cristianos deben dejar de transmitir la herencia cultural y espiritual del cristianismo; si quieren «dar testimonio de su identidad», deben dejar de dar testimonio de su identidad. La sal de la tierra debe perder su sabor, para ser tirada y pisoteada por los hombres (Mt 5,13).

Al final, el artículo adquiere un tono prescriptivo: «Esta nueva situación debe aceptarse como permanente». No está claro a qué situación se refiere el cardenal: ¿al odio del mundo hacia el cristianismo? ¿A un oscuro «nuevo paradigma»? ¿Al hecho de que un príncipe de la Iglesia se exprese con estas oscuridades? Una cosa está clara: «Esta nueva situación debe aceptarse como permanente». Así son las cosas y así deben ser.

Lo más preocupante es que el artículo pretende promover una conferencia que se celebrará en el Vaticano los días 1 y 2 de marzo, con la participación del Papa Francisco (y del cardenal Fernández), titulada “Hombre-mujer imagen de Dios. Hacia una antropología de las vocaciones”. Si las premisas son las indicadas por Ouellet, es legítimo preocuparse.

Alguien, llegados hasta aquí, citará a Lenin y preguntará: ¿qué hacer? En cuanto a mí, no tengo ninguna duda: «El que persevere hasta el fin se salvará» (Mt 24,13).

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Comentarios
10 comentarios en ““Cristianos, reposicionaos”: así cede Ouellet ante el mundo
  1. Ouellet, puedes meterte el mensaje de tus declaraciones por donde te quepa.

    Venís a cambiar lo establecido por la Doctrina desde hace milenios… ¿Para qué? ¿Para contentar al mundo alejado y opuesto a Dios? En definitiva, para traicionar a Nuestro Señor Jesucristo, ¿verdad?.

    Genial: nosotros, como respuesta, os daremos una patada en vuestro malnacido culo para que no contaminéis a los cristianos de bien. Acto seguido, cogeremos vuestros mensajes y los haremos trizas para echarlos inmediatamente a la hoguera.

    ¡Ale, a pastar!

    1. El que debería de arder en la hoguera en un auto de fe es el réprobo este, que habla en nombre del anti Cristo. Sus palabras no pueden estar mas claras, pide que los cristianos se rindan al mundo en base a una fraternidad masónica y que renunciemos a Cristo. Mientras sigamos mareando la perdiz, los herejes que ya son legión en la iglesia van controlando todos los resortes del poder, a la iglesia de Cristo no le quedan ni dos telediarios.
      ¿Habrá algún día que el pueblo cristiano, si es que queda, tomará por asalto el reino del maligno instalado en Roma y en el resto del mundo?. A qué estamos esperando.
      A LAS ARMAS

      1. La Iglesia sólo entrará en la gloria del Reino a través de esta última Pascua en la que seguirá a su Señor en su muerte y su Resurrección (CIC 677). La Iglesia comparece hoy ante el poder del mundo como Jesús ayer ante Pilato: escarnecida y
        traicionada. Y, como entonces hiciera su Señor, la Iglesia habrá de dar testimonio de la Verdad cuando el mundo la interrogue. Para eso somos cristianos: para dar testimonio de la Verdad, que es Cristo. No hay otra, señor cardenal. Deberíamos saberlo bien: Cristo es el Camino, la Verdad y la Vida. El único que salva.¿Qué es eso de que ahora debemos reposicionarnos? La misión de la Iglesia es anunciar la salvación que Cristo trae a los hombres. Y eso implica proclamar que la Buena Noticia va pareja con la conversión; que la puerta que lleva a la perdición es ancha y apetitosa; que no sólo de pan vive el hombre; que no hay que temer lo que mata al cuerpo, sino el alma.. Nuestro mundo anda perdido. Necesita que le hablen de salvación. Que lo conviertan

  2. Creo que el artículo hace una interpretación curiosa de las palabras del Cardenal.

    La era del cristianismo ha terminado creo que se refiere a que estamos en un mundo en gran parte postcristiano.

    La fe ha dejado de ser referente en muchos países.

    En España los bautizados de caen, más los que hacen la primera comunión o se casan… Es un dato

    Y nos anima a entenderlo y presentar nuestro mensaje en este contexto.

    Otra cosa es lo de la exclusividad. Eso sí que debe matizar se. La verdad es la verdad, la aceptemos o no. Otra cosa es como ayudar a que la misma se acepte.

  3. Quizá haya que traducir alguno términos en el actual «viernes Santo» que está pasando la Iglesia.
    Cristianismo y Reino de Dios = ¿Cristiandad?
    Cristianismo y Reino de Dios = «CRISTIFICACIÓN»

  4. La cristiandad se empezó a terminar en el siglo XIX… El cristianismo es nuestra fe… La cristiandad fue el modelo socio cultural que gobernó occidente hasta hace unos 300 años… Hoy debemos anunciar el Evangelio en un mundo laicizado.

  5. Que se va esperar de un masón disfrazado de Cristiano…..Belcebú tocó la corneta y salen todos en tromba a destruir el cristianismo …este cardenal tiene un nombre que se llama MISERABLE.

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