Francisco se dispone a cambiar el modo de elegir a los próximos Papas

Cónclave
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El Papa Francisco está revisando un documento del Vaticano, cuenta Diane Montagna en The Remnant, que reformaría el cónclave papal para excluir a los cardenales mayores de ochenta años de su fase preparatoria, reformaría radicalmente las Congregaciones Generales y potencialmente revolucionar quién elige al Papa haciendo que los laicos y las religiosas representen una cuarta parte del voto.

Desde finales de la primavera se han celebrado una serie de reuniones en Santa Marta entre el Papa Francisco y el cardenal canonista jesuita italiano Gianfranco Ghirlanda, con un objetivo específico: reformar la constitución apostólica de 1996 del Papa Juan Pablo II sobre la vacante de la Sede Apostólica y la elección del Romano Pontífice, Universi Dominici Gregis, han confirmado al Remnant fuentes vaticanas.

Desde finales de agosto, estas reuniones se han vuelto más frecuentes y se llevaron a cabo semanalmente hasta el inicio de la asamblea sinodal a principios de octubre.

Con la excusa (tan postconciliar) de “volver a la Iglesia primitiva”, la idea sería que los cardenales electores, la mayoría de los cuales ha elegido el Papa Francisco, representen el 75%, mientras que la cuarta parte restante estaría compuesto por laicos y monjas nombrados a dedo por Francisco.

El documento que se examina excluiría de las Congregaciones Generales que preceden al inicio de una elección papal a todos los cardenales sin derecho a voto, es decir, a todos los cardenales que hayan cumplido ochenta años, lo que reduciría a una minoría aún más pequeña dentro de las discusiones a aquellos cardenales que no han sido nombrados por Francisco.

El documento también cambiaría radicalmente los procedimientos y la organización de las Congregaciones Generales, eliminando las sesiones plenarias (en las que todos los cardenales se reúnen como un solo cuerpo) y estableciendo pequeños grupos de trabajo con un jefe que oriente las discusiones, similar a la asamblea sinodal de octubre de 2023.

Francisco aún no ha dado un “sí” definitivo al documento, que si se promulga seguramente encontrará una resistencia considerable por parte de los miembros de el Sacro Colegio.