El golpista y ex presidente de la Generalidad de Cataluña, Carles Puigdemont, quiere que el cardenal Juan José Omella haga de nexo entre los separatistas y el Gobierno social-comunista de España.
Mientras el PSOE y Sumar anuncian el principio de acuerdo para reeditar su pacto, en donde han pactado acabar con la Fundación del Valle de los Caídos y desacralizar la Basílica custodiada por los monjes Benedictinos con Santiago Cantera a la cabeza, el golpista Puigdemont quiere que el líder del episcopado español y arzobispo de Barcelona sea el relator entre ambas partes.
Así lo ha podido confirmar Voz Pópuli de fuentes próximas al prófugo de la justicia española. El Ejecutivo, según las fuentes consultadas, está valorando la petición aunque, en principio, se inclina por rechazarla. Según el citado medio, Puigdemont exige al candidato socialista a la investidura que acepte la figura de un relator si quiere sus siete votos en el Congreso para permanecer en Moncloa. El núcleo negociador del presidente -Félix Bolaños, María Jesús Montero y Santos Cerdán- no termina de verlo, aunque tampoco se cierra en banda. De hecho, es uno de los puntos que mantienen la negociación enquistada.
Tal y como recoge Voz Pópuli, el cardenal Omella -que aún sigue en Roma- siempre ha sido benevolente con el sentimiento independentista. No solo respaldó e impuso el apoyo de la Iglesia española a los indultos de Pedro Sánchez a los líderes del procés, es que llegó a decir que las iglesias catalanas deben ser «inclusivas» y aceptar símbolos independentistas. Sin ir más lejos, hace pocas semanas consintió y firmó una declaración junto a todos los obispos catalanes, para pararle los pies al secretario general de la Conferencia Episcopal a raíz de unas declaraciones de García Magán en rueda de prensa sobre la amnistía.
En una entrevista de mayo del 2020, el arzobispo de Barcelona señaló que “la comprensión entre unos y otros solo se logra con buena voluntad y diálogo, nunca mirando al otro como a un enemigo”. “La sociedad catalana es muy digna de respeto, debemos escuchar sus peticiones y, en la medida que se pueda, concederlas. Hay muchas cosas que los catalanes reclaman antes que la independencia”, afirmó el purpurado turolense.
No es la primera vez que Omella busca un papel de mediación en Cataluña. Siendo arzobispo de Barcelona se ofreció a arbitrar entre la Generalitat y La Moncloa en los momentos más críticos del procés. La protesta airada del Gobierno de Mariano Rajoy ante el Vaticano le costó una desautorización del Sumo Pontífice.
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Puchi estará loco, pero a la hora de elegir los cómplices que faciliten su retorcido plan demuestra no ser tonto…
Haber no se si será cierto o es para embarrar. Puigdemont no es el que increpó de mal modo en la sacristía a Omella por no estar con el golpe pues Omella habló de autonomía de Cataluña que es lo que hay exactamente desde la democracia. Sería una bajada de pantalones y una estupidez por parte de la Iglesia española meterse en estos fregados y de los que iban a salir escaldados.
No debería Omella meterse en temas políticos.
No debería la Iglesia meterse en temas políticos.
Cuando estaba al frente de la CEE el denostado Rouco la unidad de España era considerada «un bien moral». ¿Y ahora Omella (¿Omeya?) se va a convertir en cómplice de gobernantes ateos anticristianos y de delincuentes separatistas? ¿Hasta dónde va a llegar la deriva y el desprestigio de la Iglesia en España por obra de estos pastores negligentes y serviles con el poder?
No hace faltan mediadores entre los separatistas y golpistas catalanes, y vascos (o sea, entre el frente separatista del PSC, el PSOE vasco, PNV, SUMAR PODEMOS, BILDU ETA, PNV, CHA, COMPROMISO, JUNTOS POR CATALUÑA, IZQUIERDA REPUBLICANA DE CATALUÑA… frente al PSOE sanchista y zapateril) porque ya se encarga, y con gran alegría y alborozo, Sánchez y Bolaños y demás de arrodillarse ante los separatistas y acceder a todo lo que le pidan con tal de seguir Sánchez y la pijo comunista Yoli cuatro años más en La Moncloa.
Y después de estos cuatro años que vienen, Cataluña y Vasconia (y de rebote Navarra), más secesión de facto.
La mafia separatista , impunidad, abusos, acoso, una secta destructiva.
Más de 80 años. y todos escondiendo la cabeza