Casi 2000 científicos de todo el mundo desmontan la «emergencia climática» que defiende el Papa Francisco

Cambio climático
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La exhortación apostólica Laudate Deum ha sido un intento del Papa Francisco por erradicar el disenso entre los católicos sobre el cambio climático.

Pero lo cierto es que el Papa no es ningún experto en esta cuestión por mucho que se haya especializado en este tema desde que en 2013 fuera elegido como sucesor de Benedicto XVI. En la reciente exhortación apostólica, el Papa Francisco habla del cambio climático como una «emergencia climática», hasta el punto como si nos fuera la vida en ello.

«Por más que se pretendan negar, esconder, disimular o relativizar, los signos del cambio climático están ahí, cada vez más patentes», escribe Francisco en Laudate Deum. El Papa también lamenta -entre otras cosas- que «en los últimos años no han faltado personas que pretendieron burlarse de esta constatación».

El Santo Padre soltó en este escrito papal la gran bomba cuasi dogmática que de «ya no se puede dudar del origen humano —“antrópico”— del cambio climático».

En el punto 13 de Laudate Deum, Francisco llega a afirmar que «una abrumadora mayoría de científicos especializados en clima sostienen esta correlación (los fenómenos climáticos) y sólo un ínfimo porcentaje de ellos intenta negar esta evidencia». Pero veamos como si existen voces científicas en todo el mundo que ponen en tela de juicio el apocalipsis climático que parece defender el Papa.

Manifiesto contra «la emergencia climática»

En el año 2019 nació la Fundación CLINTEL que opera en los campos del cambio climático y la política climática. CLINTEL fue fundada por el profesor emérito de geofísica Guus Berkhout y el periodista científico Marcel Crok.

La visión climática de CLINTEL se puede resumir fácilmente en: No hay emergencia climática. Por lo tanto, Guus Berkhout inició la Declaración Mundial sobre el Clima, un resumen de una página de la visión de muchos realistas climáticos en el mundo. Actualmente, la han firmado más de 1.800 científicos, profesores y expertos de todo el mundo.

Este manifiesto defiende que «la ciencia del clima debería ser menos política, mientras que las políticas climáticas deberían ser más científicas». Sostiene que «los científicos deberían enfatizar que los resultados de sus modelos no son el resultado de la magia: los modelos computacionales son hechos por humanos». También denuncian que en la ciencia climática dominante «la mayor parte de estos aportes no se declaran».

No hay emergencia climática

Esta red global de más de 1.800 científicos y profesionales argumenta que «los científicos deberían abordar abiertamente las incertidumbres y exageraciones en sus predicciones sobre el calentamiento global, mientras que los políticos deberían contar desapasionadamente los costos reales, así como los beneficios imaginarios de sus medidas políticas».

En el manifiesto, se aportan datos de como existen factores naturales y antropogénicos causan el calentamiento. El archivo geológico revela que el clima de la Tierra ha variado desde que existe el planeta, con fases naturales frías y cálidas. La Pequeña Edad del Hielo terminó en 1850. Por lo tanto, no sorprende que ahora estemos experimentando un período de calentamiento.

Además, explican que el mundo «se ha calentado significativamente menos de lo previsto por el IPCC sobre la base del forzamiento antropogénico modelado. La brecha entre el mundo real y el mundo modelado nos dice que estamos lejos de comprender el cambio climático«.

Por otro lado, inciden en que «los modelos climáticos tienen muchas deficiencias y no son ni remotamente plausibles como herramientas de política global. Destruyen el efecto de los gases de efecto invernadero como el CO2 . Además, ignoran el hecho de que enriquecer la atmósfera con CO2 es beneficioso».

Este amplio grupo de profesionales defiende que el «CO2 no es un contaminante. Es esencial para toda la vida en la Tierra. La fotosíntesis es una bendición. Más CO2 es beneficioso para la naturaleza y hace más verde la Tierra: más CO 2 en el aire ha promovido el crecimiento de la biomasa vegetal mundial. También es bueno para la agricultura, ya que aumenta el rendimiento de los cultivos en todo el mundo».

También explican que «no hay evidencia estadística de que el calentamiento global esté intensificando los huracanes, inundaciones, sequías y desastres naturales similares, o haciéndolos más frecuentes. Sin embargo, existe amplia evidencia de que las medidas de mitigación de CO2 son tan dañinas como costosas».

Como colofón final, zanjan categóricamente que «no hay ninguna emergencia climática. Por tanto, no hay motivo de pánico ni alarma». Es por ello que los firmantes de este manifiesto concluyen que «nos oponemos firmemente a la política dañina y poco realista de cero emisiones netas de CO 2 propuesta para 2050».