El ‘milagro’ de Rodríguez Carballo: hacer pobres a los franciscanos

José Rodríguez Carballo José Rodríguez Carballo
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José Rodríguez Carballo, nuevo arzobispo coadjutor de Mérida-Badajoz, tendrá al menos cinco años por delante para gobernar esta archidiócesis.

El ex secretario del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica fue uno de los primeros nombramientos que hizo el Papa Francisco en el año 2013. Antes, fue ministro general de la Orden de Frailes Menores desde el año 2003 hasta que fue llamado a trabajar a Roma donde durante estos años se ha desempeñado como el gran ‘comisariador’ de numerosos movimientos y órdenes religiosas.

Ahora el Papa Francisco devuelve a Rodríguez Carballo a España, en concreto a la archidiócesis de Mérida-Badajoz. El nuevo arzobispo coadjutor de Mérida tiene un importante manchurrón en su historial cuando gobernaba la orden franciscana.

Francisco, Braz y Carballo

En el año 2013 la Congregación de los Franciscanos de la Inmaculada acabó en la mira de la Santa Sede.

De fondo, el papel y los misterios que se ciernen sobre uno de los principales acusadores de la familia religiosa, que firmó el decreto de ‘commissariamento’: el obispo José Rodríguez Carballo, quien guió a los Frailes Menores cuando se vieron abrumados por un escándalo económico sobre el que nunca se supo nada más.

Las acusaciones fueron varias pero, de cierto, hay solo un hecho: los Franciscanos de la Inmaculada eran una gran familia religiosa, con muchas vocaciones, mucha Fe, algún que otro problema– como en las mejores familias-, y una impronta tradicionalista. El co-firmante del Decreto de comisariamiento de los Franciscanos de la Inmaculada, José Rodríguez Carballo, había desarrollado, del 2003 al 2013, el cargo de Superior General de los Frailes Menores, demostrándose siempre muy cerrado hacia la nueva congregación.

¿Qué ocurrió con las cuentas de los franciscanos?

El diario La Repubblica publicó el 26 de noviembre de 2015 lo siguiente: “Veinte millones de euros habrían sido quitados de los depósitos de la orden religiosa, fruto de entregas, donaciones y alquileres de inmuebles… La denuncia, por parte de la Curia General de los Frailes menores franciscanos, fue presentada en Lugano así como en Roma y Milán. Incluso el Papa habría tenido conocimiento del hecho. Las inversiones que están bajo acusa se remontarían al período en el cual José Rodríguez Carballo, hoy secretario de la Congregación para religiosos, estaba al vértice de los Frailes menores y donde habrían vaciado los depósitos de la orden poniendo en dificultad la organización religiosa”.

La Stampa, en cambio, el 19 de diciembre de 2014, publicaba: “Armas y droga con ofrendas para el Pobrecillo… Desconcierto en Asís por la quiebra de los franciscanos… En efecto, entran en juego cosas increíbles: armas y droga. Las inversiones bajo acusa se remontarían al período en el cual era superior de los Frailes Menores José Rodríguez Carballo.

Pues bien, José Rodríguez Carballo, precisamente poco antes del escándalo, en abril del 2013, había sido llamado por Francisco a cumplir el oficio de secretario de la Congregación para los Institutos de vida consagrada y sociedades de vida apostólica, siendo promovido al grado de arzobispo. Sobre él, sobre sus responsabilidades, contenidas en un dossier dado en mano a Parolin, no se supo más nada.

Así la vaticanista Franca Giansoldati en Il Messaggero escribió que “poco antes que el desorden fuese puesto en evidencia y el bubón explotase, el general de los franciscanos, el español Rodríguez Carballo fue cambiado de lugar y promovido en el Vaticano”.

Desde entonces, nada más se supo de esos 20 millones de euros que ‘desaparecieron’ de las cuentas de la orden de los franciscanos cuando Rodríguez Carballo era el máximo responsable de la Institución.