El sínodo alemán, una casa dividida contra sí

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Se ha cerrado, al fin, el desastroso ‘camino sinodal’ alemán, que enfrenta a esa iglesia nacional con la universal. Pero el enfrentamiento no es solo ‘ad extra’: su elemento laico, el ZdK, ha acabado acerbamente enfrentado a la jerarquía eclesiástica.

“Estamos asistiendo en las últimas semanas a una Iglesia cuyos líderes están cimentando su poder, rechazando los avances y profundizando aún más las divisiones entre la Iglesia y el mundo”. Esta declaración relativa a la situación de la iglesia alemana, que en marzo concluyó su cismático proceso sinodal, no procede de ningún opositor a la interminable serie de asambleas, sino a una de sus protagonistas, la cabeza visible de la asociación de laicos (ZdK), Irme Stetter-Karp.

Y es que aunque la asamblea final del camino sinodal de Alemania terminó en marzo con el respaldo abrumador de todas las resoluciones propuestas por sus organizadores menos una, Stetter-Karp no está satisfecha. Bien al contrario: está furiosa.

Pronunció esta queja en una reunión del ZdK celebrada en Munich, donde desgranó sus motivos de queja, como el rechazo del cardenal Arthur Roche, prefecto de liturgia, a una resolución sinodal que respaldaba los bautismos regulares de los laicos y la predicación de los laicos en las Misas, o lo que llamó la «difamación absolutamente injustificada» por parte de «algunos obispos» del órgano sucesor del camino sinodal, el comité sinodal.

“Estoy enojada y conmocionada”, declaró Stetter-Karp. “Pero hoy más que nunca está claro: Esta Iglesia como sistema absolutista de poder debe llegar a su fin”.