El arzobispo de Estocolmo, el cardenal Arborelius, ha concedido una entrevista al medio alemán «Tagespost» en donde habla sobre el Sínodo y el exitoso documento sobre la sexualidad emitido por los obispos escandinavos.
En alusión a la célebre carta de los obispos nórdicos sobre la sexualidad humana vista desde el punto de cristiano, el purpurado asegura que están «muy sorprendidos por las reacciones de todo el mundo». «Pero en general la gente está satisfecha de que hayamos tratado de ver cómo nosotros, como cristianos, podemos vivir con la imagen bíblica del hombre de hoy. Lo importante es que aceptemos que somos hombres o mujeres», agrega el arzobispo.
El arzobispo sueco señala que «la doctrina está estrechamente relacionada con la vida moral. Dios nos dio vida biológica. Esto da como resultado respuestas a preguntas fundamentales. Es importante que el hombre siga siendo lo que es desde una perspectiva biológica y teológica».
Proceso sinodal
En cuanto al Sínodo, el cardenal Arborelius subraya que «el mundo necesita el mensaje de Cristo. Si no podemos darle eso, entonces el proceso sinodal ha fracasado. El mundo no está interesado en nuestras circunstancias internas. No somos tan importantes. Solo somos relevantes como heraldos y profetas. El Proceso sinodal es una maravillosa oportunidad para defender juntos la fe en el mundo y afirmar nuestra unidad».
El arzobispo se muestra crítico con la idea de hacer del Sínodo un parlamento. Por ello cuestiona que «cuando nuestro vínculo con el mundo y las estructuras sociales se vuelve demasiado estrecho, existe el riesgo de que también adoptemos las percepciones del mundo. La democracia es buena para el mundo, pero es diferente en la Iglesia».
Preguntado por el espíritu de conversión, afirma que «espiritualmente, la conversión significa orar con más fervor, asistir a la Santa Misa con más frecuencia. En la práctica, la conversión también significa vivir de una manera más sencilla».
Camino sinodal en Alemania
El cardenal sueco también se refirió a la deriva que desde hace ya años se encuentra la Iglesia en Alemania, conducida al abismo por sus obispos. «Creo que es una pena que Alemania haya elegido un camino especial. La idea de que una iglesia local podría seguir un camino especial es quizás típicamente alemana. Pero eso no es posible. Y el camino de regreso es cada vez más difícil. Y, por supuesto, eso puede ser muy doloroso cuando resulta que no es posible seguir un camino especial y seguir siendo católico», manifestó el cardenal Arborelius.
Además, también deja claro en la entrevista que «Alemania es solo una pequeña parte de la Iglesia universal. Por supuesto, de alguna manera tocaremos estos temas, pero la perspectiva alemana no será tan importante como se podría pensar en Alemania. La voz alemana no es la más importante de la Iglesia universal. Puede ser muy vergonzoso ver en Alemania que los temas del camino sinodal no juegan un papel tan importante en la Iglesia mundial como lo hacen en la iglesia local alemana».
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Estoy de acuerdo con el cardenal Arborelius, no hay camino de regreso, lo que YA ESTA HABIENDO, es un camino paralelo del apostata sinodo Aleman y el sinodo de la sinodalidad del Papa Francisco y sus secuaces apostatas de las logias, ambos sinodos llevan la misma ruta, mismo objetivo y fin: destruir la Iglesia!
Son de agradecer las certeras palabras de Arbolerius, pero le falta una cosa, denunciar a Francisco por su actitud ante el cisma alemán, ya que la pasividad del Vaticano contribuye al perjuicio de los fieles que han de sufrir a esos obispos díscolos. Y no hacer nada eficiente contra ese episcopado, contribuye a expandir sus errores.
Eminencia:Creo que, al ser casi redondo el planeta, por más vueltas que den, siempre confluirán en algún sitio y tiempo. Occidente está podrido ya hace tiempo y busca salir de su inanidad ingeniando tonterías progresivamente más denigrantes. En su momento faltó y en muchos sitios, P.Ej.: En España, Falta categoría incluso humana en sus jerarcas. Han tomado a falta de algo mejor derroteros espectaculares pero miopes. Pero en el pecado llevan la penitencia. Son e la mayor inanidad e insulsez