Cardenal Müller: «La Iglesia católica recibió el mandato del mismo Cristo de difundir la fe universalmente»

cardenal Müller Traditionis Custodes
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El pasado fin de semana se celebraron las XVII Jornadas de Católicos y Vida Pública en País Vasco organizadas por la ACdP.

Este año la jornada fue convocada bajo el lema ‘David VS Goliath: La verdad se abrirá paso’ y contó con la participación del cardenal Müller, ex prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

El purpurado alemán impartió una conferencia bajo el título «Llamados a ser testigos: ¿misión imposible?» El cardenal comenzó aclarando que «la fe cristiana no es una teoría sobre el Ser de los seres, el origen del universo, la evolución de la vida orgánica o la hominización de nuestra especie. Es una relación personal con Jesús, el mediador entre el hombre y el único y verdadero Dios».

Müller afirmó que «la creencia sobrenatural se basa en la trascendencia de la persona de Cristo. Su persona es «la luz verdadera que ilumina a cada hombre» (Jn 1, 9). En él hemos visto «la gloria del Hijo unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad» (Jn 1 , 18). Sólo el mismo Verbo Encarnado puede revelar y testimoniar a sus discípulos el misterio de su persona y su misión divina: “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí» (Jn 14,6; cf. Ef 4,21)».

Además, el ex prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, recordó que «la Palabra de Dios no puede ser instrumentalizada por mi razón histórica, por mi sentido religioso de dependencia del Absoluto, por mis necesidades y utopías, por ninguna teoría filosófica e hipótesis históricas y sociológicas. Tampoco por las más elevadas metas de aquella ideología política actual asociada a un «Gran Reseteo» y su pretendida total re-organización del mundo».

«Un intelectual no-cristiano podría comprender racionalmente la doctrina cristiana y aceptarla como una teoría lógicamente consistente. Pero nunca llegará a una relación personal con Jesús mientras no se abra a la Palabra de Dios y se agarre a la mano que le extiende Jesús en lo concreto de su vida. Sólo a través de la acción salvadora de Dios se llega a una comprensión final, desde la razón finita, al significado del ser. Salvarnos en el mar tempestuoso del escepticismo y del agnosticismo, aquellos que estamos condenados a morir, es posible si permitimos que Jesús nos lleve a bordo de su barco que es la Iglesia. Con Jesús podemos alcanzar con seguridad la orilla salvadora de la eternidad», añadió el cardenal.

El purpurado alemán alertó del peligro de la dictadura del relativismo, impuesta y predominante en nuestra sociedad actual. «Existe un presupuesto no probado e indemostrable, hoy muy extendido, que es afirmar que la razón finita es incapaz de conocer a Dios y su auto-revelación en su Palabra, el Logos divino. Desde la Ilustración ha habido muchos intentos de utilizar al menos los efectos morales y terapéuticos del cristianismo histórico para rescatar nuestra civilización», dijo Müller en la conferencia.

Sobre la verdad, el cardenal Müller subrayó que esta «se corresponde con la libertad, no con el poder. La mentira, en cambio, no puede afirmarse por la convicción pues, por un lado, produce necesariamente como fruto la violencia o, al menos, la amenaza de esta última. Además, la mentira provoca siempre la tentación de apartarse de la verdadera fe con los bienes y honores mundanos».

«El Creador de todas las personas también quiere la salvación de todas las personas en Cristo. Dios no es como un dictador todopoderoso y arbitrario que requiere una obediencia ciega, sino ‘el rescatador que quiere que todos sean salvados y lleguen al conocimiento de la verdad'», agregó Müller.

También alertó sobre el peligro de la idolatría, considerándola como «la esclavitud ante los poderes de este mundo. El politeísmo, en el sentido mitológico y panteísta, hace a las personas dependientes de sus pasiones, llevándolas a la autodestrucción».

El purpurado alemán hizo hincapié en que «tanto la experiencia como la razón nos dicen que la verdad y el amor se pertenecen uno al otro, mientras que la mentira, el odio, la ideología y la violencia forman sólo una alianza siniestra».

El cardenal Müller concluyó su intervención recordando a los presentes que «la Iglesia Católica recibió el mandato del mismo Cristo de difundir la fe universalmente. Esto conlleva la obligación moral de que todas las personas busquen esta verdad en la Iglesia Católica. Que acepten y conserven la verdad reconocida en plena libertad. Cualquier forma de coacción física o psicológica no sólo contradice la dignidad de la persona libre, sino también la verdad del testigo».

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Comentarios
12 comentarios en “Cardenal Müller: «La Iglesia católica recibió el mandato del mismo Cristo de difundir la fe universalmente»
  1. Mandato del que hace caso omiso el Papa Francisco, que en vez de anunciar la fe católica, prohibe el proselitismo y en cambio promueve numerosos errores teológicos, junto con la malévola ideología del nuevo orden mundial anticatólico.

  2. Somos como David contra Goliat. Frente a nosotros, haciéndonos la guerra, tenemos a los poderosos: El gobierno demócrata de EEUU, el gobierno social comunista de España, el PP de Feijoo, la UE, la ONU, la mayoría de medios de comunicación…en definitiva, el NOM, a los que se ha aliado Francisco. Y al otro lado nos encontramos el resto fiel, que somos los católicos verdaderos (Schneider, Viganó, Müller, Stryckland, etc.), así como políticos honestos (Trump, Abascal, Orbán, Meloni, etc.).
    Pero como bien dice el exprefecto de la SCDF, ser testigos de la verdad no es misión imposible, y la verdad no se corresponde con el poder.

    1. Es usted un fariseo… pronto lo oiremos gritar «crucifícalo»… Que Dios le perdone, al fin y al cabo, ya la Biblia y el mismo Jesús nos advierte de la existencia de corazones de piedra como el suyo.
      Por cierto, me encantan sus ejemplos, Trump (un hereje, pues todo cristiano no católico lo es según la sana doctrina como ustedes dicen), Abascal (la procreación no va con él, será que usa anticonceptivos y por tanto está en pecado mortal según la sana doctrina?), Meloni (mantiene una relación de concubinato con el padre de su hija, por tanto está en pecado mortal según la supuesta sana doctrina)… Todos gente de bien según la «sana doctrina». Eso si, todos son fascistas de libro, todo lo contrario al Evangelio de Jesús.

      1. Qué troll tan aburrido. Como usted no sabe leer, o mejor dicho, como usted carece de comprensión lectora, no se ha enterado de que contra quienes previene Cristo en el Evangelio, es contra usted y los de su cuerda. Y ahórrese sus rollos sobre lo fascistas que son quienes no son ultra zurdos (su caso, por ejemplo): no le interesa a nadie y resulta bastante risible. Además, no se preocupe, que Cristo le tiene reservado a usted un puesto a Su izquierda durante el Juicio Final, ya que en otro lado usted no se siente a gusto. Con razón la izquierda se denomina siniestra.

  3. Los progresistas explican que predicar es malo. Que no hay que nombrar a Cristo (textual), basta, y es mejor, dar ejemplo de vida comunitaria. Si ven los de afuera, que los de la comunidad se llevan bien, serán atraídos…
    Ése es el centro de la misión de los progres, que terminan en la hipocresía y mentira como banderas.

  4. El mandato no es difundir la fe sino difundir el Evangelio. La fe es la respuesta a la predicación, que tiene en cuenta la libertad para responder a la predicación. «El que creyere y se bautizare, se salvará»,,, Siempre cuenta y es decisiva la libertad del hombre para aceptar o rechazar el mensaje del Evangelio.

    1. ¿Y qué tiene que ver el rechazo (con el que ya contaba Cristo) con negarse a hacer proselitismo, como Él ordenó (era una orden, no una sugerencia)? Porque eso es lo único que se predica últimamente por parte de algunos: que no hay que predicar. Como siempre, otra genialidad infalible de los progresaurios: si no se predica, nadie rechaza lo que ni siquiera se ha predicado. Lo mismo que su método para acabar con la pobreza: la abortista Agenda 2030 (sin pobres, ya no hay pobreza).

      1. Ah, y no se olvide de la segunda parte de la frase de Nuestro Señor Jesucristo, que seguramente haya cercenado usted por la alergia que le produce la verdad: «…y el que no creyere, SE CONDENARÁ». No me gustaría estar en los zapatos de quien tenía la obligación de cumplir el mandato de Cristo y se niega a hacerlo (y hasta lo cataloga como algo malo), por creer, erróneamente, que «todos, todos» se salvan. Ya dijo Él claramente que no es así. Pero si a algunos les sirve el autoengaño, que lo disfruten mientras dure. Su desengaño es cuestión de tiempo, y no demasiado (de Dios nadie se ríe).

        1. Pero los consagrados (sacerdotes y obispos) que no han caído en herejía, sino que conocen la doctrina ¿no están en la obligación de prevenir a sus fieles sobre su condenación? Es que si ellos callan lo que saben y permiten que tantos se condenen, ellos mismos serán juzgados con mayor severidad por la responsabilidad que tienen, al haberse comprometido con Dios y desobedecer de forma tan grosera. Es que no comprendo ¿ya no tienen fe, no hay temor de Dios, temen más perder el sueldo? En serio, me parece increíble una rendición tan fácil de los consagrados y que se inventen esa cosa cobarde que suelen decir «el que obedece no se equivoca»… por favor…

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