El dictador Daniel Ortega le declara la guerra a la Iglesia católica. El dictador ha suspendido sus relaciones diplomáticas con el Vaticano, después de que el Papa haya comparado su dictadura con la de Hitler.
Este pasado sábado, el gobierno de Nicaragua anunció su decisión de cerrar su embajada en el Vaticano, así como de la Nunciatura en Managua, paso previo a la suspensión de relaciones diplomáticas
El motivo de esta suspensión, que podría convertirse en ruptura total en cualquier momento, habrían sido unas declaraciones del Papa a Infobae en las que Francisco cuestionaba abiertamente por primera vez al régimen de Ortega, que en febrero excarceló y deportó a 222 presos políticos a Estados Unidos, y una represión que se ha cebado especialmente con los católicos. “Es como si fuera traer la dictadura comunista de 1917 o la hitleriana del 35, traer aquí las mismas… Son un tipo de dictaduras groseras”, fueron las palabras de Francisco.
Según el nicaragüense ‘Confidencial’, la representante del gobierno ante la Santa Sede comunicó “verbalmente” la ruptura de relaciones en la Secretaría de Estado, citando las palabras del Santo Padre dedicadas al líder sandinista, que ha calificado a “los obispos, los curas, los Papas” de “mafia”. “Con mucho respeto, no me queda otra que pensar en un desequilibrio de la persona que dirige (Daniel Ortega)”, señaló el Santo Pontífice.
Con el mismo respeto, a nosotros nos queda otra: pensar que todo régimen de izquierda radical se convierte indefectiblemente en un perseguidor de la Iglesia. Ahí está la historia para comprobarlo.