Hungría y la Santa Sede: los únicos en Europa que hacen un llamamiento a la paz en Ucrania

Papa Francisco Orbán
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(Edward Pentin en National Catholic Register)-El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, afirma que las naciones deben reducir la escalada de la guerra, que cada vez es «más brutal», y el papa se hace eco de su llamamiento para poner fin a lo que califica de «guerra absurda y cruel».

Hungría y la Santa Sede no han coincidido a menudo en los últimos años, sobre todo en política de inmigración, pero en la guerra ruso-ucraniana parece haber unidad de opiniones. 

En su discurso anual sobre el estado de la nación de hace unos días, el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, afirmó que Hungría y la Santa Sede son las únicas naciones europeas que intentan una desescalada de la guerra e impulsar la paz. 

El conflicto actual, que comenzó en febrero de 2014 después de que Rusia se anexionara Crimea tras una revolución que derrocó a un presidente prorruso de Ucrania, se intensificó drásticamente el 24 de febrero del año pasado, cuando Rusia lanzó una invasión a gran escala del país, a pesar de haber negado que fuera a hacerlo. El presidente ruso Vladimir Putin criticó la ampliación de la OTAN, utilizándola como motivo para invadir; también expresó opiniones irredentistas y cuestionó el derecho de Ucrania a existir. 

La invasión fue condenada internacionalmente, lo que dio lugar a sanciones contra Rusia y a la concesión de ayuda y armas a Ucrania. Hasta ahora, la administración Biden ha dado una ayuda militar «sin precedentes» a Ucrania -por un total aproximado de 27,5 mil millones de dólares-, y la retórica de los líderes mundiales reunidos hace unos días en la conferencia anual de seguridad de Múnich ha sido la de armar aún más a Ucrania para que pueda derrotar a Rusia. 

Pero algunas naciones se han resistido a esta presión, sobre todo Hungría, vecina de Ucrania, que ha abogado por una resolución pacífica del conflicto, aunque insiste en que no es una postura pacifista ni ingenua.   

«Hace un año no estábamos solos en el campo de la paz», señaló Orbán en su discurso del 19 de febrero. «Estaban, por ejemplo, los alemanes, que no suministraron armas, solo cascos. En comparación, dentro de unas semanas los tanques Leopard rodarán hacia el este por suelo ucraniano hacia la frontera rusa».

Recordando implícitamente el pasado desmilitarizado de Alemania tras la Segunda Guerra Mundial, dijo que le resultaba «difícil creer que los alemanes dieran este giro por voluntad propia», pero que su decisión ha impulsado a otras naciones europeas a «pasar del campo de la paz al campo de la guerra». 

«Esto nos ha dejado a nosotros dos, Hungría y el Vaticano», dijo Orbán. «No podemos quejarnos de la compañía, pero tenemos que abordar algunas consecuencias graves». 

A continuación observó que la necesidad de impulsar la paz es cada vez más urgente, ya que «la guerra es cada vez más salvaje y brutal». La paz solo se alcanzará, dijo Orbán, «cuando los estadounidenses y los rusos negocien entre sí», y cuanto más tarde ocurra, «más alto será el precio que todos pagaremos».

«Seguir luchando no traerá la victoria y no traerá la paz, sino la muerte de cientos de miles de personas más, un conflicto cada vez más amplio, países en guerra abierta, años de guerra, destrucción, sufrimiento y la amenaza de una guerra mundial», advirtió Orbán, que considera que negarse a negociar no hace más que aumentar las posibilidades de que Rusia utilice armas nucleares. «Así que los húngaros debemos estar al lado de la paz», dijo. 

Un día después del discurso de Orbán, y en vísperas del primer aniversario de la invasión, el papa Francisco hizo un llamamiento casi idéntico en favor de la paz. Calificó el conflicto de «guerra absurda y cruel«,  dijo que era un «triste aniversario», y pidió al Señor que perdonara «todos estos crímenes y toda esta violencia». 

También preguntó: «¿Se ha hecho todo lo posible para detener la guerra?», e hizo un llamamiento a las autoridades para que hagan «esfuerzos concretos para poner fin al conflicto, alcanzar un alto el fuego e iniciar negociaciones de paz. Lo que se construya sobre escombros nunca podrá ser una verdadera victoria».

Innumerables llamamientos papales en favor de la paz 

Desde que comenzó el conflicto, el Santo Padre ha hecho innumerables llamamientos en favor de la paz y ha expresado la disponibilidad de la Santa Sede para ayudar en los esfuerzos de pacificación, incluida una posible visita del papa a Ucrania (la fecha de dicha visita «está próxima» según el embajador de Ucrania ante la Santa Sede). Pero Francisco ha hecho campaña por la paz en solitario y, al igual que Viktor Orbán, se ha enfrentado a la oposición y la hostilidad. 

Sin embargo, tienen motivaciones diferentes: para el Vaticano, las preocupaciones son espirituales y humanitarias, mientras que para Hungría una preocupación clave es la vulnerabilidad de unos 150.000 húngaros étnicos que viven en la región ucraniana occidental de Transcarpatia (Zakarpattia). Ucrania tiene también una importancia estratégica para Hungría, ya que limita con el país. 

Pero su enfoque similar parece haber ayudado a acercar a Hungría y a la Santa Sede, y las relaciones han mejorado significativamente desde 2021, cuando el papa Francisco pareció desairar al gobierno del país haciendo una breve parada en Hungría como parte de una visita más larga a Eslovaquia. 

Tanto Orbán como la presidenta de Hungría, Katalin Novák, fueron recibidos en audiencia privada por el papa Francisco el año pasado, y hace unas semanas el ministro de Asuntos Exteriores húngaro, Péter Szijjártó, mantuvo conversaciones con el ministro de Asuntos Exteriores del Vaticano, el arzobispo Paul Gallagher. 

Durante estos encuentros, en los que la guerra en Ucrania ha sido un punto fundamental, tanto Hungría como la Santa Sede han expresado su deseo de un alto el fuego inmediato y el inicio de conversaciones de paz, al tiempo que seguían condenando la invasión rusa. 

También han surgido otros ámbitos de convergencia política, como una línea común sobre ideología de género. 

De hecho, las relaciones han mejorado tanto que ahora se espera una visita papal completa a Hungría, y en Roma y Budapest se habla de que podría tener lugar a finales de abril. 

Publicado por Edward Pentin en National Catholic Register

Traducido por Verbum Caro para InfoVaticana