De la forma más escueta posible es como ha informado el Vaticano de la reapertura del famoso ‘Caso Orlandi’, la joven que desapareció en Roma.
«En el Vaticano se ha abierto un expediente sobre el caso de Emanuela Orlandi, la joven hija de un empleado vaticano que desapareció misteriosamente en el centro de Roma el 22 de junio de 1983», afirma el portal oficial de la Santa Sede.
El director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, informó de que el promotor de justicia del Vaticano, Alessandro Diddi, había confirmado esta decisión, basándose también en las peticiones realizadas por la familia en diversos foros.
Esta decisión, casualidad o no, llega ahora días después de la muerte de Benedicto XVI y tras la reciente apertura de una comisión de investigación en el Parlamento italiano.
En la presentación de la petición de la apertura de la comisión de investigación del pasado mes de diciembre, el diputado Morassut afirmó en la rueda de prensa que «sobre Emanuela Orlandi hay una necesidad que surge de lo no se sabe» y sospecha que el Vaticano sepa mucho más sobre este caso. «Como parlamentarios de un estado soberano, por respeto a la Santa Sede, ya no podemos aceptar la respuesta «no sabemos nada al respecto». También digo esto en interés de la Iglesia», dijo el diputado.
Ahora, el Vaticano parece haber recogido el guante tras las continuas demandas de la familia e iniciará su propria investigación. En junio de este año, se cumplirán 40 años de la desaparición de Emanuela Orlandi.
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Una de dos: o buscan desviar la atención o buscan echarle lodo a Juan Pablo II y Benedicto XVI! Mi apreciación: el libro de Ganswëin puede hacer daño y están implementando un plan para minimizar el impacto, ya sea victimizando al Papa Francisco de una supuesta conspiración de la “facha ultra derecha conservadora” que se opone a las humildes reformas del Papa, y por supuesto atacando a Ganswëin desprestigiándolo! Veremos el jueves como se desenvuelve esta trama!
Tan de sorpresa fue esa reapertura que ni siquiera los propios interesados lo sabían, se enteraron por la prensa, el abogado de la familia ha dicho hoy que empezarán sin ellos porque nadie los ha invitado (!) En 2017 Tornielli, cuando era jefe en Vatican Insider, escribió un artículo para dar contexto a lo que habría pasado antes, en 2012, mucho antes que comenzaran los vatileaks, cuando también resurgió el asunto Orlandi y hubo una declaración oficial del entonces portavoz del Vaticano, p. Federico Lombardi. No sé si aquí dejen poner enlaces por lo del spam.
http://www.lastampa.it/vatican-insider/it/2017/09/27/news/caso-orlandi-quella-ricerca-di-padre-lombardi-1.34427020/
press.vatican.va/content/salastampa/it/bollettino/pubblico/2012/04/14/0214/00491.html
visnews-es.blogspot.com/2012/04/el-director-de-la-oficina-de-prensa.html
En definitiva, no seamos malpensados, la reapertura no es por enlodar a nadie ni cosa parecida, quién dijo.
Yo me pregunto: el suceso de esta joven ocurrió en el centro de Roma capital. Entonces ¿que tiene que ver la Ciudad del Vaticano en este tema y la Santa Sede?
¿Por el mero hecho de ser hija de un funcionario Vaticano?
¿Y la Policía Romana, que ha hecho en estos año?
El cisco de todo lo que está sucediendo en el Vaticano y dentro de la propia Iglesia, nace de un programa muy bien planeado que empieza en los vatileaks y a saber la raíces profundas que eso tiene.
Pero es sorprendente que en este tiempo ni la policía romana, ni la fiscalía de ese país ni de otras instituciones, hayan sido capaces de saber que ocurrió con aquella joven.
Es tanto el daño causado a la Iglesia por esas fuerzas ocultas que luchan contra la Cruz y con el mismo Dios; que ha de costar tiempo, mucho daño, dolor y el destrozo del odio desencadenado por las fuerzas el mal y, da la sensación de que a alguien beneficia este tema. Dios dirá.
«¿que tiene que ver la Ciudad del Vaticano en este tema y la Santa Sede? ¿Por el mero hecho de ser hija de un funcionario Vaticano?»
¡Hombre, claro! Pero no por ser hija de un funcionario vaticano, sino porque ella misma era ciudadana vaticana, y los ciudadanos no suelen desaparecer así porque sí. Es normal que cualquier Estado (y la Ciudad del Vaticano lo es) se preocupe por la desaparición, tanto en su país como fuera de él, de uno de sus ciudadanos. Eso sí, para qué otros fines se pueda utilizar el airear de nuevo el caso, salvo la mera b´´usqueda de la verdad e intención de saber qué ocurrió, vaya usted a saber. Lo iremos viendo.