Obispo auxiliar de Kiev: «Ahora no podemos perdonar, en todo caso, es el desafío para cuando termine la guerra»

Oleksandr Yazlovetskyi Oleksandr Yazlovetskyi, obispo auxilar de Kiev
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Oleksandr Yazlovetskyi, obispo auxiliar de Kiev, ha concedido una breve entrevista al medio La Vita del popolo en donde aborda el conflicto bélico que enfrenta a Rusia y Ucrania.

El obispo auxiliar de Kiev afirma que «cuando estalló la guerra fue un shock para mí y para todos nosotros, no sabíamos qué decir. Habíamos visto ese gran ejército que se había reunido en nuestras fronteras, pero asumimos que solo estaba allí para asustarnos, no para invadirnos».

Yazlovetskyi narra como «los primeros días en la ciudad nos bombardearon y escapamos a la cripta debajo de la iglesia; muchos ciudadanos venían a nuestra concatedral a dormir allí, resguardados de las bombas. Recuerdo a los niños jugando entre las tumbas… Luego, cuando los rusos se retiraron de Kiev y los territorios circundantes».

Además, en cuanto al suministro de alimentos, el obispo confirma que no hay escasez de alimentos. «En Kiev y en el centro y oeste de Ucrania, no falta nada, se puede comprar alimentos, incluso si los precios han subido», afirma el prelado.

El gran problema a día de hoy para la población ucraniana es la electricidad. «Los rusos se han dado cuenta de que no pueden ganar en el campo de batalla y lo intentan destruyendo el bienestar esencial de la población. Ahora, en muchas ciudades, la gente no tiene electricidad durante 4 a 6 horas todos los días», asegura el obispo ucraniano.

En cuanto a la reacción de la comunidad católica, el obispo auxiliar de Kiev cuenta que «los católicos nos empezaran a preguntar a los sacerdotes: pero ¿dónde está Dios? ¿Por qué permite esto? Pensé que las iglesias se vaciarían. En cambio, la gente sigue viniendo a la iglesia e incluso de noche, incluso cuando hay toque de queda».

Respecto a la cuestión del perdón, Yazlovetskyi insiste en que «el perdón es un viaje largo y difícil: es difícil perdonar de inmediato. Con la mente entendemos que hay que hacerlo, pero las emociones son una herida fuerte para nosotros: la inteligencia entiende, pero las emociones no. Por eso necesitamos darnos tiempo todos y pedir al Señor una gracia particular. Nosotros en Ucrania ahora no hablamos de perdón: ahora mismo, mientras estamos sangrando, no podemos perdonar. Este, en todo caso, es el desafío para cuando termine la guerra; ahora no».