Seguimos con la segunda parte de la entrevista del diario ABC al Papa Francisco que también viene cargada de abundantes titulares.
Preguntado por la situación en Hispanoamérica, en concreto sobre la victoria del izquierdista y condenado Lula da Silva en Brasil, el Santo Padre afirmó que «el proceso de juicio empezó con noticias falsas en medios de comunicación que crearon un ambiente que favoreció que fuera juzgado. El problema de las ‘fake news’ sobre dirigentes político-sociales es muy serio. Pueden destruir a una persona». Capote de Francisco a Silva.
Sobre el juicio que condenó a Lula da Silva, el Pontífice aseguró que «te lo arman a través de los medios de comunicación de tal manera que van incidiendo sobre los que tienen que tomar el juicio y decidir. Un juicio tiene que ser lo más limpio posible, con tribunales de primera categoría, que no tengan ningún interés, más que el salvar la limpieza de la justicia». Seguro que a muchos lectores les habrá venido a la mente precisamente ese juicio mediático contra un profesor de un colegio en España para el que el Papa nombró un tribunal compuesto por amigos del Padre Arana.
Guerra en Ucrania
En referencia al conflicto bélico en Ucrania, Francisco dijo que no espera un final a corto plazo «porque es una guerra mundial». «Ahí ya hay varias manos metidas en la guerra. Es mundial. Yo creo que una guerra se hace cuando un imperio empieza a debilitarse. Y cuando hay armas para usar, vender y probar. Hay muchos intereses», subrayó el Obispo de Roma.
Relación con el Opus Dei
Durante este verano, a raíz del motu propio Ad charisma tuendum, el Opus Dei volvió a acaparar portadas en prensa y pasó de nuevo a un primer plano.
Sobres la intervención de Francisco a la Obra, el Papa explicó que «no es una cuestión sólo del Opus Dei, sino de las prelaturas personales. En el esquema de la Curia, el Opus Dei dependía de la Congregación de Obispos, pero en el Código de Derecho Canónico las prelaturas se encuadran de otro modo, y había que unificar el criterio. Se estudió la cosa y se dijo, «que vaya la prelatura a la Congregación del Clero». Lo hice dialogando con ellos. Además, soy amigo desde la Argentina de Mariano Fazio (vicario general del Opus Dei). Ha sido una cosa serena y normal hecha por canonistas, trabajaron incluso canonistas del Opus en el proceso», aseguró el Papa.
«Algunos por una parte decían «¡Por fin el Papa les dio a los del Opus…!» ¡No les di nada! Y otros, de otra parte, decían «¡Ah, el Papa nos invade!». Nada de eso. La medida es una reubicación que había que resolver. No es correcto agigantar la cosa, ni para hacerlos víctimas, ni para hacerlos reos que recibieron castigos. Por favor. Soy muy amigo del Opus Dei, los quiero mucho y trabajan bien en la Iglesia. El bien que hacen es muy grande», insistió el Pontífice para tratar de justificar los cambios realizados bajo la influencia del cardenal Ghirlanda. Sin duda, unas declaraciones del Papa que no habrán sentado nada bien en medios pro Francisco que detestan a la prelatura.
Sínodo y Alemania
Sobre el sínodo de la sinodalidad, que trae de cabeza a gran parte de miembros de la Iglesia, tanto clérigos como a laicos, el Santo Padre insistió en que «un sínodo no es una encuesta de opinión, no es una ‘interview’ a la gente, no es un parlamento. El protagonista es el Espíritu Santo, y si Él no está, no hay sínodo».
En relación a la grave crisis, alimentada por obispos y cardenales germanos, que atraviesa la Iglesia católica en Alemania, Francisco señaló que «no me quita la paz. Yo les escribí una carta clara. La escribí solo. Un mes me llevó. Fue una carta como diciendo «reflexionen, hermanos».
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