Obispo suizo elimina a los exorcistas en su diócesis

Joseph Maria Bonnemain Joseph Maria Bonnemain
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El obispo de Coira, Joseph Maria Bonnemain, no le ve mucho sentido a mantener exorcistas en su diócesis y ha decidido eliminar ese ministerio en su diócesis.

No es la primera vez (ni la segunda, ni la tercera) que Joseph Maria Bonnemain, el peculiar nuevo obispo de la diócesis suiza de Coira, antaño renombrada por su fidelidad a la ortodoxia, aparece en estas páginas. Nombrado por Francisco, desde su consagración ha demostrado ser un entusiasta adepto a la ‘renovación’ y a dar titulares a la prensa católica.

Su última ocurrencia ha sido eliminar el oficio de exorcismo, un rito y una actividad que sin duda debe ofender la sensibilidad de cualquier prelado posconciliar. En declaraciones a la cadena SFR, Bonnemain asegura que si va a abolir el oficio de exorcista, vacante desde hace años, es porque ya no es necesario. Hay «soluciones normales» para la mayoría de los problemas que tiene la gente, dice el obispo, que «nunca se ha enfrentado a una persona » que lo necesitara.

“No necesitamos buscar causas extraordinarias para muchas cuestiones, es solo que todos somos seres humanos con puntos fuertes y débiles, con situaciones familiares, sociales y profesionales difíciles ”, dijo Bonnemain a SRF. “ Y para esto hay soluciones normales, es decir , médicas, psicológicas, psicoterapéuticas, y no hace falta querer buscar causas secretas”.

Además, el Papa habría encargado a Bonnemain al nombrarle obispo que ‘normalizase’ la situación de una diócesis tenida durante mucho tiempo por bastión de la tradición, es decir, desagradablemente ‘rígida’. Y tener exorcistas sería enviar el mensaje equivocado en este sentido.

Curiosamente, Coira ha sido durante años meca de presuntos endemoniados que, incapaces de encontrar un exorcista en las muy posconciliares diócesis de habla alemana, peregrinaban a Suiza para liberarse de sus supuestas posesiones. Pero Bonnemain ha arreglado eso, librando aparentemente su diócesis de los ataques preternaturales del Maligno y recomendando antipsicóticos, que para algo es Suiza sede de grandes farmacéuticas.