El jefe del episcopado alemán, “decepcionado” de que no se haya aprobado la licitud de las relaciones homosexuales

El jefe del episcopado alemán, “decepcionado” de que no se haya aprobado la licitud de las relaciones homosexuales

Georg Bätzing, obispo de Limburgo y presidente de la Conferencia Episcopal Alemana (CEA), ha mostrado su “decepción” por el hecho de que no se haya aprobado en la asamblea sinodal un texto que declaraba lícitas las relaciones homosexuales activas y que obtuvo una mayoría de votos.

“La sexualidad entre personas del mismo sexo, también expresada en actos sexuales, no es… un pecado que causa la separación de Dios, y no debe ser juzgado como intrínsecamente malo”, se afirmaba, entre otras ‘perlas’, es el documento “La vida en las relaciones exitosas: los principios de una ética sexual renovada” presentado ayer para su votación en la asamblea sinodal alemana.

El texto no ha sido aprobado, pese a contar con una mayoría de votos episcopales, porque no alcanzó la mayoría exigida de dos tercios. El sesenta y uno por ciento de los obispos alemanes votantes estaban a favor de la resolución, según informes iniciales de los medios alemanes; 33 obispos votaron a favor de la moción, 3 se abstuvieron y 21 obispos votaron no, lo suficiente como para detener la aprobación de la resolución.

En el texto se sostenía que “no será posible reorientar la pastoral sin redefinir significativamente el énfasis de la enseñanza sexual de la Iglesia”, y que es «urgentemente necesario superar algunas de las restricciones en cuestiones de sexualidad, tanto por razones de ciencia sexual como de teología».

Considerar lícita una actividad que la Iglesia, y antes que ella el Antiguo Testamento, ha juzgado siempre y en todo lugar como una “abominación” no es exactamente, a nuestro juicio, “redefinir un énfasis”. Ni siquiera es “desarrollo de doctrina”. Es llamar blanco a lo que siempre se ha llamado negro, es decir, es afirmar alto y claro que la Iglesia Católica no es infalible en lo moral y que se limita a predicar opiniones, no verdades.

Y, sin embargo, Bätzing está “personalmente decepcionado” por su no aprobación. “Para mí esto significa que la práctica de la sinodalidad aún no ha ido lo suficientemente lejos”, dijo Bätzing el jueves.

Tampoco el expresidente de la CEA, miembro del exclusivo consejo de cardenales que ha asesorado al Papa sobre la reforma de la Curia y encargado de las finanzas vaticanas, cardenal Reinhard Marx, estaba contento. Por el contrario, ha declarado estar “muy decepcionado. Los obispos también deben defender públicamente sus posiciones y deben justificarlas”.

Y uno se pregunta hasta qué se debe seguir fingiendo que la mayoría de los obispos sigue en comunión con Roma, que no hay cisma hasta que se declare formalmente, aunque la doctrina que defienden sea significativamente diferente a la que predica la Iglesia Católica.

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