El Parlamento Europeo debatió ayer una ponencia titulada “Amenazas globales al derecho al aborto: la posible anulación del derecho al aborto en los EE. UU por la Corte Suprema”.
Ante esta intromisión del Parlamento Europeo a una posible decisión judicial de otro país de fuera de la UE, el Secretario General de COMECE, Manuel Barrios Prieto, ha emitido una declaración.
«Vemos con sorpresa que el Parlamento Europeo discutirá el impacto de un borrador de opinión filtrado de la Corte Suprema de EE. UU. sobre el aborto. Se trata de una injerencia inaceptable en las decisiones jurisdiccionales democráticas de un Estado soberano, un país que tampoco es Estado miembro de la UE. La adopción de una resolución por parte del Parlamento Europeo que avale esta injerencia sólo desacreditará a esta institución», afirma en su declaración el sacerdote español Manuel Barrios.
Barrios afirma que «nos gustaría reiterar que, desde una perspectiva legal, no existe un derecho al aborto reconocido en el Derecho Europeo o Internacional. Por lo tanto, ningún Estado puede ser obligado a legalizar el aborto, ni a facilitarlo, ni ser instrumental para realizarlo».
El secretario general de la Conferencia de obispos europeos (COMECE) añade que «la UE debe respetar las competencias legislativas de sus Estados miembros y el principio de atribución según el cual la Unión actuará únicamente dentro de los límites de las competencias que le confieren los Estados miembros en los Tratados para alcanzar los objetivos establecidos en los mismos».
Como expresó el Comité Permanente de la COMECE en un comunicado de febrero de 2022, el intento de introducir un supuesto derecho al aborto en la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea sería una ley “desprovista de fundamento ético y destinada a ser causa de perpetuo conflicto entre los ciudadanos de la UE”, incide Barrios.
Los obispos europeos afirman observar «con gran preocupación y lamentamos la negación del derecho fundamental a la objeción de conciencia, que es una emanación de la libertad de conciencia, tal como lo declara el artículo 10.1 de la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea y reconocido por el Comité de Derechos Humanos de la ONU».
«Nos alarma que se debilite o, incluso, se niegue el derecho de las instituciones de salud a negarse a prestar determinados servicios, incluido el aborto. Tal como lo establece la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa en su Resolución 1763 (2010) sobre el derecho a la objeción de conciencia en la atención médica legal “ninguna persona, hospital o institución será coaccionada, responsable o discriminada de ninguna manera por negarse a realizar, acomodar, asistir o someterse a un aborto, la realización de un aborto espontáneo humano (…) o cualquier acto que pueda causar la muerte de un feto o embrión humano, por cualquier motivo”, manifiesta Manuel Barrios.
Por último, concluye citando lo que dijo hace unas semanas el Comité Permanente de la COMECE : “Somos conscientes de la tragedia y complejidad de las situaciones en las que se encuentran las madres que están considerando abortar. El cuidado de las mujeres que se encuentran en una situación difícil o conflictiva a causa de su embarazo es una parte central del ministerio diaconal de la Iglesia y debe ser también un deber de nuestras sociedades. No se debe dejar sola a la mujer en apuros, ni se puede ignorar el derecho a la vida del niño por nacer. Ambos deben recibir toda la ayuda y asistencia necesarias”.
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El Parlamento Europeo llama blanco a lo que es negro y negro a lo que es blanco. Lo mejor sería salirse de la UE.
Para que luego venga Francisco fomentando los gobiernos supranacionales y diciendo que hay que obedecer a la ONU.
Están trabajando para el NOM anticatólico.