Lejos de huir de la polémica generada tras correr el vídeo por las redes sociales y hacerse eco numerosos medios, el sacerdote Juan Rubio ha pedido disculpas.
En el vídeo que circuló por las redes, se observaba al sacerdote con sus capacidades ciertamente mermadas a consecuencia del alcohol mientras celebraba una Misa de primeras comuniones. Ante lo ocurrido, el cura de Lahiguera emitió un comunicado que fue publicado en la propia página de la diócesis de Jaén.
En dicho comunicado, el sacerdote comunica lo siguiente:
Ante los vídeos que en las últimas horas se han hecho públicos en distintos Medios de Información, quiero comunicar que:
1. Pido disculpas por el escándalo que este hecho haya podido causar, tanto a la feligresía de la parroquia a la que sirvo, como al Pueblo de Dios que haya podido verse ofendido por las imágenes que se han difundido.
2. He presentado mi renuncia como párroco ante el Obispo de Jaén, renuncia que ha sido aceptada.
3. Muestro mi decisión firme de ponerme en manos de profesionales que puedan ayudarme a superar la situación personal en la que me encuentro, confiando en que pueda restablecerme lo antes posible.
Agradezco vuestra compresión y vuestra oración,
Ayuda a Infovaticana a seguir informando
Pues el comunicado me conmueve, la verdad. Creo que basta para cerrar el epidosio (y más si ha renunciado como párroco)
Exacto, además reconoce que necesita ayuda y que está dispuesto a dejarse ayudar. Dios le ayude a recuperar el primer amor y a revivir la alegría del servicio sacerdotal. Recemos por nuestros sacerdotes, no solo tenemos que exijirles que sean santos, sino que tenemos que pedirle al Señor que los haga santos y los mantenga firmes en la fe y las costumbres.
No, padre. Que un error lo comete cualquiera, somos pecadores. Si el problema es el alcohol buscamos ayuda y salimos de esto.
Bendito video que le ha hecho mover ficha para salir de ese agujero. Un abrazo. Cuenta con mi oración.
Eso mismo. No hay mal que por bien no venga.
Muchas gracias, señor párroco, por pedir perdón. Mucho ánimo en su lucha. El Papa suele hablar de la Iglesia como hospital de campaña. ¡Vamos!
Y cuando salga del pozo, podrá ayudar mejor.
Rezo por usted; rece por mí, por favor. Nos salvamos en racimo.
Excelente respuesta del párroco. Dios lo ayude.
Me parece lo más honesto de su parte, también reconoce la necesidad de ayuda profesional. Me llama la atención que se busca ayuda profesional pero, quién le ofrece ayuda espiritual? Cuándo superaremos por fin las décadas de los 60’s y 70’s?
Cuenta con mi oracion.
Tanto hablar de la misericordia y cuando se airea un fallo nos tiramos en tromba. Una vez pedidas las disculpas, reconocido el fallo y manifestado el propósito de enmienda, este hombre debe seguir de párroco porque Dios se conmueve ante corazón contrito y humillado. ¿Es que no saben lo que es pasar una mala racha, no saben lo que es meter la pata, equivocarse?
Quizá él mismo haya renunciado, entre otras cosas, porque se ha dado cuenta de que no se encuentra en condiciones. Una adicción es algo muy serio y creo que él mismo se ha dado cuenta de que debe darse un tiempo y centrarse en su recuperación. Eso le honra.
Ojalá pronto vuelva a ser párroco porque probablemente signifique que se ha recuperado.
Si se me permite una sugerencia con todos los respetos a la muy apreciada web de Infovaticana, considero que no es bueno airear este tipo de noticias, pues es caer en difamación.
Una cosa es denunciar lo que públicamente y de forma deliberada, dice Francisco, los obispos o sacerdotes y laicos, en contra de la doctrina, así como sus erráticas incursiones ideológicas, lo cual es positivo publicarlo para corregir a esos pastores y fieles equivocados, y poder refutar sus errores. Y una cosa muy distinta airear fallos morales de personas, lo cual me parece mal, pues es dar publicidad a pecados y por tanto es difamación.
Desde aquí deseo dar mi apoyo incondicional al sacerdote de Jaén.
Si el fallo moral es público, entonces la corrección debe ser también pública, en esas circuntancias no corre la corrección fraterna (Suma de Teología, II-II, q.33, a.7, corpus).
Los pecados pueden ser públicos u ocultos. Si son públicos, no hay que preocuparse solamente del remedio de quien pecó para que se haga mejor, sino también de todos aquellos que pudieran conocer la falta, para evitar que sufran escándalo. Por ello, este tipo de pecados debe ser recriminado públicamente, a tenor de lo que escribe el Apóstol en 1 Tim 5,20: “Increpa delante de todos al que peca, para que los otros conciban temor“ (esto se entiende de los pecados públicos, según el parecer de San Agustín).
Santo Tomás también agrega: En cambio, si se trata de pecados ocultos, parece que debe tenerse en cuenta lo que dice el Señor: Si tu hermano te ofendiere (Mt 18,15). En verdad, cuando te ofende en presencia de otros, no sólo peca contra ti, sino también contra los otros a quienes ha causado perturbación. Mas dado que incluso en los pecados ocultos se puede ofender al prójimo, es preciso establecer una distinción. Hay, en efecto, pecados ocultos que redundan en perjuicio corporal o espiritual del prójimo. Por ejemplo, si uno maquina la manera de entregar la ciudad al enemigo, o si el hereje privadamente aparta a los hombres de la fe. En esos casos, como quien peca ocultamente, peca no sólo contra ti, sino también contra otros, se debe proceder inmediatamente a la denuncia para impedir tal daño. (S. Th., II-II, q.33, a.7, resp.)
Por ende me parece correcta la publicación del pedido de disculpas por parte del sacerdote, que haya renunciado y que le hayan aceptado la renuncia. Hasta tanto no resuelva su problema de addicción, no debe celebrar misa. Recordemos que San Pablo mismo dice que los borrachos no entrarán en el Reino de los Cielos (1 Cor 6:10); por ende, este sacerdote debe primero tratar de salvar su alma porque bajo el influjo del alcohol, mal podrá intentar salvar la de otros.
Exactamente. «Separados de mi, nada podeis hacer» (Juan 15:5).
Esta respuesta iba para el comentario de Catholicvs.
Completamente de acuerdo con usted,Rubén.
Por una vez y sin que sirva de precedente tengo que darle la razón a sacerdote católico. Lo de la libertad de expresión se ha convertido en una tiranía donde no hay ningún ámbito personal que no pueda ser saqueado por los cotillas de guardia del sistema. El concepto de libertad de expresión cristiano fue aniquilado por la Revolución Francesa, elevando la llamada libertad de prensa a categoría absoluta por encima de los derechos de las personas y del propio Dios. No caigamos en la trampa modernista.
Los niños obligados a coger el Cuerpo de Cristo con sus manos y a aguantar a un cura borracho que les amargue la Primera Comunión. No tenían por qué pasar por esto. Pero como ahora todo da igual…
Se arrepiente? Muy bien. Habría que ver si se hubiera arrepentido de no saltar a la luz pública su actuación.
El gran desaparecido en esta petición de disculpas, como ya dije en la primera noticia sobre este tema: Dios. No le nombra ni una sola vez. Como busque ayuda en «especialistas» y se olvide de buscarla en Él, me temo que va a ser en balde.
Exactamente. «Separados de mi, nada podeis hacer» (Juan 15:5).
Completamente de acuerdo.
En efecto, la ofensa o insulto no fueron solo al pueblo de Dios ni a cada uno de los fieles que de buena fe asistían a la Santa Misa. La ofensa, pública y notoria, fue hecha contra su ministerio presbiterial, contra la eucaristía y contra Jesús Sacramentado. Por esa razón hablar de pedir disculpas por “el escándalo que haya podido causar” parece muy poca cosa ya que el empleo del subjuntivo introduce un matiz de relativismo o incertidumbre que se compadece mal con el hecho cierto e incontestable del comportamiento claramente censurable que llevó a cabo.
En cualquier caso, bienvenido sea el propósito de enmienda y el deseo de tratarse su alcoholismo.
En cambio no hay ninguno de los de colores que diga: Estoy actuando mal perdón.
Éste sacerdote reconoció su error. Éso es algo ya difícil de hacer.
¿Cuántos prefieren seguir en lo que están que buscar ayuda.?
Es más, ¿ cuál ayuda si están muy
bien?
No seámos duros con el que cayó, ayudemos a levantarse rezando con todo el corazón por su recuperación. Que ya tiene suficiente con la vergüenza.
Pues no me parece un asunto tan grave.
A Quien no le ha pedido perdón es a Dios Nuestro Señor, el mayor ofendido.
Qué comunicado más bien escrito, así se hace
Ha pedido perdón al estilo moderno: que HAYA PODIDO causar, al que HAYA PODIDO ofenderse, o sea, que él no siente que ha ofendido o cometido una falta, sino que si alguien concreto se ofende le pide perdón, pero el hecho intrínsecamente no está mal. No quiero hacer sangre y que le vaya muy bien en Alcohólicos Anónimos y den con la causa, que la hay y profunda, de su alcoholismo, pero la forma de pedir disculpas hoy es muy buenrollista tirando a no seas pesado y salgo del paso.
Tiene Vd razón. Nada de subjuntivo, ¡indicativo!
Padre cuente con mi oración por su recuperación