El discurso de Omella levanta ampollas

Omella durante la Plenaria
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El cardenal Juan José Omella es uno de los hombres fuertes del Papa Francisco en España. Junto a él, también goza de gran influencia el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro.

En el discurso pronunciado ayer por el presidente de los obispos españoles, llamó la atención cierto cambio de aires. A pesar de que la gran mayoría de medios centraron sus titulares y gruesos de sus noticias en comentar el tema de los abusos, no fue ni de lejos el tema central del arzobispo de Barcelona.

Por primera vez, desde que saltó a la palestra el tema de la auditoría, en Añastro se palpa cierto cambio de discurso. Hasta ahora, desde la CEE se había hecho hincapié en pedir perdón y poco más. Ayer, fue novedad que Omella destacara que los casos de abusos existen, evidentemente, pero son una minoría dentro de la Iglesia y eso no puede oscurecer esa otra parte, la inmensa mayoría, de sacerdotes heroicos y virtuosos y la amplia labor social de la Iglesia. No eran pocos los sacerdotes que desde que comenzó la auditoría se habían sentido abandonados por el trato que se les estaba dando. Estaban en el punto de mira por el mero hecho de vestir de negro.

El cardenal Omella también sacudió a medios, políticos y sindicatos, a los que culpó de extender entre los españoles esa imagen oscura sobre la Iglesia. Además, también puso en valor el matrimonio (formado por hombre y mujer abierto a la vida), hizo un alegato en defensa de la vida y criticó la cultura del descarte, tan arraigada estos días. De igual modo, recordó que los hijos no son del Estado, sino que pertenecen a los padres. También mostró su preocupación por el peligro que atraviesa hoy en día el derecho a la libertad de pensamiento y de disentir de lo políticamente correcto.

Los obispos en la Asamblea Plenaria (Conferencia Episcopal Española)

Es verdad, que dedicó el final de su intervención a poner en valor la sinodalidad y presentarla como el futuro modo de gobierno. A pesar de ello, el discurso de ayer del cardenal distó mucho de aquellos a los que nos tenía acostumbrados hablando sobre reciclaje, bolsas de plástico o mensajes ecopacifistas.

Hay quien destaca que el discurso de ayer del cardenal Omella está marcado por la influencia del, todavía, secretario general de la CEE Monseñor Luis Argüello. Omella no quiso dar argumentos a los obispos que iban a montarla y se colocó a su lado en el discurso, al igual
que tampoco profundizó mucho en los temas, si supo repetir la doctrina Argüello.

Comparan el discurso de Omella con VOX

Este discurso, con el que se daba comienzo la Asamblea Plenaria, ha levantado ampollas en algunos ambientes eclesiales y otros más laicales que no han tardado en hablar de una «roucovalerización» en el mensaje de Omella. «Este lunes, sin embargo, pronunció un discurso que recuerda a épocas anteriores, cuando Antonio María Rouco Varela se encontraba al frente del episcopado y la beligerancia con el Gobierno socialista marcaba la agenda», es lo que ha escrito «El Periódico».

A quien también se le ha atragantado el discurso de Omella es al excura José Manuel Vidal, director de Religión Digital.  Escribe Vidal un artículo en donde se le nota ciertamente compungido, en donde afirma lo siguiente: «Al contrario, como antaño, toda la culpa es de los demás. Tanto es así que el cardenal se atreve a asegurar que las “libertades están en peligro” en nuestro país, sobre todo con la “llamada ‘cultura de la cancelación’”, que “establece un clima asfixiante para quien se atreva a discrepar de los nuevos ‘dogmas’”. ¿De verdad cree usted, monseñor Omella, que en España están en peligro las libertades fundamentales? Me cuesta creerlo, aunque lo que sí me parece es que en su discurso oigo resonar el de Vox, que no es precisamente el partido más amigo de las libertades».

Quien hasta hace dos días aplaudía a Omella ahora lo compara con VOX. No siendo eso suficiente, aprovecha para negar la mayor de que este Gobierno no pone en peligro libertades fundamentales. Igual sería interesante recordarle a José Manuel los continuos ataques de este gobierno socialcomunista contra la libertad de conciencia, la libertad religiosa, la libertad de educación, o lo que es peor, sus ataques sistemáticos contra el derecho a la vida.