A pesar de que la semana pasada parecía que mejoraba levemente el estado de salud de Francesc Pardo, en las últimas horas se ha producido un giro y empeoramiento de la situación en la que se encuentra el prelado catalán.
Así lo ha hecho saber Lluís Suñer Roca, Vicario general del Obispado de Gerona. A través de un comunicado facilitado por el obispado gerundense, el vicario ha informado lo siguiente: «Van pasando los días y nuestro obispo Francisco sigue ingresado en el Hospital Josep Trueta de Girona. A finales de la semana pasada podía hablarse de una progresiva mejora que hacía pensar en un regreso a casa, y se preveía que él mismo nos dirigiría una nota a todos los diocesanos. Pero antes de ayer, el proceso de recuperación cambió de forma inesperada y entró de nuevo en una situación clínica crítica y de gran fragilidad. Se mantiene consciente y estable en la gravedad».
A pesar de la situación el Vicario de la diócesis insiste en invitar a todos los fieles «a seguir orando por él y por todos los enfermos. Si hay algún cambio significativo se lo haremos saber».
Fue el pasado 15 de febrero cuando el propio obispo informó de su ingreso hospitalario a causa de una llaga en el estómago que le provocó una pérdida considerable de sangre. Por ese motivo, el obispo requería reposo total para que la herida pueda saturar correctamente. Un mes después de su hospitalización, el obispo de Gerona no mejora y presenta un pronóstico crítico. Francesc Pardo, de 75 años, ya había presentado su renuncia ante el Papa el pasado verano y estaba a la espera de ser relevado.
En el momento de su ingreso en el hospital, afirmó que «a pesar del sufrimiento que también padezco por el pinzamiento de la espalda, sigo la situación de la diócesis de la mejor forma posible. El médico me recomienda calma y tiempo para ver si, de forma natural y con las medidas paliativas adecuadas, deja de sangrar».
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