No vayamos de víctimas

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El nuevo obispo de Orihuela-Alicante ―tomará posesión el 12 de febrero―. José Ignacio Munilla, ha publicado en sus redes sociales una gráfica que no es nueva, pero que ha tenido muy buena acogida; en los últimos días la he visto circulando por las redes sociales, siendo utilizada como argumento para ‘quitar hierro’ a la magnitud de los abusos sexuales a menores por parte de clérigos; o, por lo menos, para decir que ‘los otros más’.

No estoy diciendo que quienes la sacan a relucir nieguen la gravedad de los hechos de los abusos sexuales en el seno de la Iglesia, que quede claro, sino que lo hacen para mostrar que es un problema de la sociedad entera; que los datos que aparecen en la citada gráfica mostrarían que, los sacerdotes abusadores, representarían un porcentaje irrisorio dentro de todos los casos producidos.

Se trata de los resultados de un estudio de la Fundación ANAR sobre abusos sexuales a menores en España, en una muestra que abarca desde 2008 hasta 2019. Aparecen en un gráfico diferentes colectivos y el porcentaje que representan en los abusos cometidos a menores durante esa etapa; una flecha señala, en el último lugar, a los sacerdotes, que representan el 0,2% de los agresores.

Pero intentar restar peso a la magnitud de los abusos del clero con este gráfico es, cuánto menos, absurdo. Junto a los sacerdotes, aparecen en el estudio los padres, los compañeros, amigos, tíos, abuelos, primos, vecinos, monitores, profesores… etc, teniendo todos ellos mayores porcentajes de agresores en la muestra: lógico, ¿cuántos sacerdotes hay en España y cuántos padres, compañeros, amigos, tíos, abuelos, primos, vecinos, monitores o profesores?

Que en el 23,3% de los casos de abusos los agresores sean los padres, es tristemente esperable: todos los menores de España tienen uno y, una mayoría, conviven con él. Prácticamente lo mismo se puede decir de los compañeros o los amigos; de los tíos, de los abuelos o los primos.

Cogamos el caso de los profesores, que la grafica indica que suponen el 3,7% de los agresores a menores. En España hay unos 750.000 profesores. Como entendemos que se refieren a profesores del sexo masculino, y en nuestro país éstos representan, más o menos, el 33% del profesorado no universitario, estaríamos hablando de unos 250.000 profesores hombres; obviemos que algunos son clérigos, por cierto.

Según los datos de la Conferencia Episcopal Española en España hay 16.960 sacerdotes y 8.963 religiosos; vamos a suponer que de esos religiosos 8.000 son sacerdotes: eso arrojaría una cifra de unos 24.000 sacerdotes en total.

La muestra del estudio se basa en los 6.183 casos que atendieron en el intervalo de 11 años que hemos señalado anteriormente. Por tanto, 228, 7 agresores habrían sido profesores y 12,36 sacerdotes; es decir, el 0,09% de los profesores serían potenciales agresores de menores, por el 0,05% de los sacerdotes. No es para tirar cohetes. Y no quiero imaginar lo que pasaría si lo comparáramos con los padres.

Al margen de esto, creo que es hora de dejar de hacerse las víctimas y estar a la defensiva, creo que esa actitud ya debería estar superada después de la explosión producida con este tema en Estados Unidos en 2002, los Legionarios de Cristo en 2010, McCarrick en 2018… Pensaba que ya habíamos aprendido la lección.

El «y tú más» que, además en ese gráfico es dudoso cuánto menos, deberíamos guardárnoslo. Otra cosa es la legítima preocupación de que se proteja a los menores en todos los sectores de la sociedad y no sólo en la Iglesia. Que el porcentaje de los agresores en el profesorado masculino suponga un 0,04% más que en el clero nos debería dar igual, no quita nuestra culpa.

Se han metido mucho con el cardenal Blázquez por acoger positivamente el hecho de que la fiscalía haya entrado a investigar los abusos en la Iglesia. Puede que lo hagan por intereses ideológicos y no por responder a los anhelos de las víctimas, ¿y?, ¿vamos a quejarnos por eso?

Es un hecho que dentro de la Iglesia se han cometido barbadidades, es evidente. Que en la sociedad se ha hecho igual o peor ¿y a nosotros qué? Que no nos importe que la verdad salga a la luz; que se levante la alfombra, por pequeña que sea, o no, pero no caigamos en el «tu más». Sobre todo porque, los que en la Iglesia han cometido semejantes atrocidades, creen en un Dios que nos dijo que el que escandalizara a uno de sus pequeños más le valdría atarse una rueda de molino al cuello y arrojarse al mar. 

No sé cómo lo afrontará el resto de la sociedad, pero nosotros nos lo deberíamos tomar muy en serio. Que seamos el 0,2% de los agresores -no se olvide el porcentaje de la cantidad de sacerdotes- me la suda, hablando mal y pronto.

No vayamos de víctimas y a la defensiva; las víctimas, son otras. Qué investiguen lo que quieran; y que pague quien tenga que pagar.

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Comentarios
44 comentarios en “No vayamos de víctimas
  1. Hierve la sangre ver cómo se va de víctima ante los montajes de las peores magias imaginables. Media torta no tienen porque el criminal es cobarde. Deberían de predicar el arrepentimiento, conversión de tanto esbirro e ingeniero de la secta pestilente.

      1. Y por qué ahora?
        Para desviar la atención de los gravísimos casos de abuso y prostitución de las menores en Valencia y Baleares.

        Me parece evidente.

  2. Pues ese 0,2 es muy preocupante, altamente preocupante, ya que tendría que ser el 0,0. Si el total de clérigos en el mundo es de 466.215 y la población mundial es 7.600 millones de habitantes, el resultado es de un clérigo cada 16.000 habitantes aproximadamente. Ese 0,2%, que no por mil, es muchísimo. No podemos ni debemos minimizar. Flaco favor haríamos a la Iglesia Católica, una Iglesia que se resiste a hacer limpieza de clérigos homosexuales, causantes del 80% de los abusos, que no debería haber ni uno, mientras que algunos estudios en algunos países los cifran en un 40%. Lo siento, Munilla, pero no has estado acertado. No quieren hacer limpieza. TENEMOS ABUSOS PARA RATO.

    1. HOLLERICH Y LA HOMOSEXUALIDAD, CUANTOS ERRORES COMETE EL CARDENAL

      En una entrevista con KNA, Hollerich hace varias declaraciones sobre la homosexualidad, esperando un cambio de doctrina. Pero el cardenal está equivocado. Y olvida que la enseñanza de la Iglesia se basa en la moralidad natural y que existe plena concordancia entre el Antiguo y el Nuevo Testamento en juzgar negativamente la condición y práctica homosexual.

      Tommaso Scandroglio. La Nuova Bussola

    2. Ya sé que los enemigos de fuera no quieren limpieza, sino destrucción; pero es que los enemigos de dentro, con Bergoglio a la cabeza, quieren lo mismo. Saben que la homosexualidad clerical es una buena arma demoledora.

  3. Mirad dónde se dan por goleada los abusos pederastas clericales. Tened el valor de escudriñar las cifras y los gráficos de «El País», por ejemplo. Es en los mismos ‘lobbies’ religiosos que ahora se desgañitan en el «Camino Sinodal» por implantar la homosexualidad y el «matrimonio igualitario» (así lo denominan hasta los obispos de Costa Rica) en la doctrina familiar católica.
    ¿Vais a lloriquear porque los quieran ‘investigar’ sus amos políticos? ¡Que se devoren entre ellos si quieren!

  4. «UN VIAJE A LA REDENCIÓN», LA PELÍCULA DE MEL GIBSON Y MARK WAHLBERG

    El actor y director Mel Gibson vuelve a impactar al cine en una nueva producción basada en la fe en Dios “Father Stu”. Esta vez le acompaña el también actor de Hollywood Mark Wahlberg.

    Gibson a quien se le conoce por ser el director de “La Pasión de Cristo”, esta vez explica la historia basada en hechos reales sobre la vida del ex boxeador y sacerdote Stuart Long, la cual es “un viaje desde la autodestrucción hasta la redención, completamente inspirador”.

    Bajo la producción de Sony Pictures y dirección de Rosalind Ross, el largometraje llegará a los cines de todo el mundo el día viernes de semana santa, 15 de Abril; el mensaje de la producción no solo hará que muchos se sientan inspirados a redimirse a los pies del Señor, sino que varios de sus actores han manifestado que han sido conducidos a reformarse

    1. ¿No puede usted dejarnos discutir sobre el tema de este artículo de Fernando Beltrán, que ahora mismo es un asunto acuciante para los católicos españoles?

      1. Y quien se lo está impidiendo???
        Belzunegui se ha limitado a informarnos de un estreno q desgraciadamente no tendrá una gran propaganda en los medios de comunicación masivos

        Muchas gracias, Belzunegui

    2. Muchas gracias, TELÉMACO. Que Dios te bendiga.

      Muchas gracias Lector, por leerme como pocos. Que Dios te bendiga y te colme de paciencia, una gran virtud.

      1. Es igual, si alguno no le leyera, ya se encargan usted y sus agradaores de hacer forzosa la presencia de todo cuanto se le antoja. «Bonus odor» le llamarán también a eso…

      2. No son antojos; creo que son aportaciones que enriquecen, hasta el punto de que algunas Infovaticana las hace suyas, sin que pretenda apuntarme ningún tanto, sino para mayor gloria de Dios, que es por y para lo que comento, con mis aciertos y desaciertos. No creo que esa película de Mel Gibson, tan perseguido por los enemigos de Dios y de su santa Iglesia, sea un desacierto. El tiempo lo dirá. ¿Nos emplazamos para dentro de un año?

          1. Ahora troll es quien protesta del troleo y de la claque de multinicks. Como la Primavera de Francisco: el mundo al revés…

  5. DR MCCULLOUGH: LAS INYECCIONES CAUSAN MIOCARDITIS NO LEVE

    La mediana de tiempo para la aparición de los síntomas de miocarditis después de la vacunación fue de dos días y el 90 por ciento de los síntomas ocurrieron dentro de los siete días posteriores a la segunda dosis de la vacuna. Las tasas de casos de miocarditis fueron más altas (uno en 9.500) después de la segunda dosis en adolescentes varones de 16 a 17 años y la segunda más alta (uno en 14.000) en adolescentes varones de 12 a 15 años.

    Los síntomas típicos de la miocarditis incluyen:

    Dolor en el pecho

    Latidos cardíacos rápidos o irregulares (arritmias)

    Dificultad para respirar, en reposo o durante la actividad

    Acumulación de líquido con hinchazón de piernas, tobillos y pies

    Fatiga

    1. Otros signos y síntomas de una infección viral como dolor de cabeza, dolor de cuerpo, dolor en las articulaciones, fiebre, dolor de garganta o diarrea

      “A veces, los síntomas de la miocarditis pueden ser similares a los de un ataque al corazón”, afirma la Clínica Mayo.

      Referencia: Ciencia y salud natural

  6. Siempre coincido con nuestro director, y creo que en este artículo expresa muy bien la comparativa proporcional de las estadísticas, si bien yo matizaría un punto, y es que mientras el 99,98% de los sacerdotes nunca hemos caído en ese execrable pecado, sin embargo, el insulto habitual que nos hacen a los pocos que por la calle vamos vestidos de lo que somos, consiste en decirnos “pederasta”. En cambio nadie insulta a los profesores llamándolos así. Y esto demuestra que sí existe una difamación contra la Iglesia para desacreditarla, y por lo tanto opino que sí somos víctimas de algo injusto.
    Porque la Iglesia no es la culpable de esos pocos casos de pedofilia, sino quienes los cometen.

    1. Es curioso constatar que según la estadística de ANAR, la práctica totalidad de casos de pederastia de clérigos, es homosexual y con jóvenes de 16 a 17 años (no es propiamente con niños), y por tanto en otras épocas no hubiera sido delito.
      De hecho, en un primer momento, en el derecho romano se consideraba la mayoría de edad con la llegada de la pubertad, y se consideraba a los 12 años en mujeres y a los 14 años en hombres, si bien a partir del 200 a.C, se elevó a los 25 años, aunque a los menores de esa edad se les imputaba penalmente con atenuantes.
      En el principio del derecho visigodo se seguía similar criterio, con la llegada de la pubertad, aunque no se determinaba una edad precisa. Y a finales del s. V, con el código del rey Eurico se elevó a los 20 años.

      1. En la Alta Edad Media había diversidad de códigos legales, y muchos establecían la mayoría de edad coincidiendo con la pubertad. Así por ejemplo, en Navarra, Asturias y Aragón, era a los 14 años para los hombres y a los 12 años para las mujeres. En cambio en la Baja Edad Media la tendencia en Europa fue a elevar la edad hasta los 25 años. En el s. XIX la tendencia fue rebajarla entre los 20 y 23 años. En el s. XX, en España estaba a los 23 años; en 1943 se rebajó a los 21 años, y en 1978 a los 18 años.

        1. Más allá de la cuestión legal, está claro que es un pecado abominable, que debe ser extinguido, ya que todo trato carnal fuera del matrimonio es pecado mortal. Y si encima es con quienes tienen una capacidad de discernimiento reducido (como ocurre con los menores) es aún más grave.
          Aunque puedo decir que me siento muy optimista, porque creo que con todo el revuelo que se ha armado, en el presente la pederastia ha desaparecido del clero. (De hecho los casos de los que se habla, son de años atrás, mientras que ahora no se dan casos).

  7. A quien más de le dió, más se le va a exigir. Decir que otros más, es una hipocresía. El ser humano es pecador desde su nacimiento, y víctimas son los pobres chavales confiados por sus padres en los internados. De la misma manera que víctimas son los pobres niños sin padres que están en pisos tutelados. Pero a la iglesia más se le dio y más se le debe exigir.

  8. La verdadera dimensión de lo que afecta el hecho religioso católico, hablando en términos sociológicos, a la pederastia se vería si se señalara cuántos de esos padres, madres, tíos, profesores, etc. son católicos practicantes y de recta doctrina. A los sacerdotes se les supone. Pero, como dice Lector, son los más aficionados a la mundanización de la Iglesia los que caen (y encubren) en este pecado. Si se hiciera de ese otro modo la estadística se vería que, además de lo que se supone en esta, que el 99,8% no son católicos practicantes, ese 0,2 restante tampoco es que se caracterice por su fidelidad. Es esta sociedad y la parte de la Iglesia que quiere hacerse perdonar la vida por esa sociedad las que participan en ese enjuague diabólico para manchar la pureza de la doctrina de la Iglesia, la que recibimos de nuestros mayores y que ahora nos quieren cambiar «porque son cosas humanas».

    1. Lo que resulta inconcebible es que en la Primavera de Francisco hayan tenido que sacar a los niños cantores de la Capilla Sixtina –los que oyó entonar el «Miserere» el joven Mozart– de la Ciudad del Vaticano, para protegerlos de ser devorados. Cuando toda la vida de Dios ha habido internados junto a las catedrales que alojaban en magníficos edificios y con toda naturalidad a los niños cantores junto con los canónigos que los supervisaban. Y que todavía pensemos que esta Iglesia es la digna heredera de la de siempre…

      1. Y cuando digo «niños cantores», me refiero al Preseminario de San Pío X, que a lo mejor cantan menos y ejercen más de monaguillos, pero que son igual de niños y adolescentes.

        1. Entra en la lógica de los tiempos: destruimos a las familias y la comunidad religiosa donde las vocaciones pueden nacer. Pero si alguna es lo suficientemente pertinaz, nos preocupamos de convertir los seminarios en un centro de corrupción. Y a los que no entran por el aro, los comisariamos y cerramos. Nos dicen esto hace 40 años y no nos lo creemos. En este contexto, ¿cómo pedimos por las vocaciones? ¿Vocaciones que no pueden llegar a término, en su propia condición martiriales?

  9. Minimizar en absoluto. Todo el peso de la ley canónica y civil contra esos pervertidos y contra quienes los encubren. Habría que endurecer ambas, de hecho y la que corresponde a la Iglesia, que es la canónica, ya sabe lo que tiene que hacer. Y aprisa.

    Pero es preciso tener claro también que en la mayoría de los casos se trata de pederastas homosexuales. Ni un homosexual más ordenado sacerdote. Esto también tendría que tenerlo claro la Iglesia. Lo tenía, pero no sé si lo tiene.

    Y también que se trata de una campaña de acoso y derribo en la que han coincidido, no de manera espontánea, El Pais, la comisión del Congreso y la fiscalía General del Estado contra la Iglesia; como si los delitos de este tipo no fueran cometidos por individuos concretos y como si no estuvieran perseguidos, igual que lo son los que cometen profesores, entrenadores, cuidadores sociales y en general todo ámbito donde un pervertido es puesto al cuidado de los inocentes.

  10. Acepto las cifras de Fernando Beltrán en su artículo (que entiendo se resumen en que el porcentaje de pederastas entre los sacerdotes ha siso muy similar al de los profesores y al de otros colectivos) pero no estoy de acuerdo con sus recomendaciones de que la Iglesia y los católicos en general debemos seguir dándonos golpes de pecho y decir amén ante cualquier campaña mediática pintándonos de ser el colectivo más culpable y perverso en estos temas. La Iglesia, en los últimos años, ha adoptado muchas medidas y protocolos para combatir la pederastia en su seno y ha pedido perdón innumerables veces por haber sido débil con los culpables y no haber sabido defender a las víctimas. Poco más queda por hacer. Pero otra cosa es tragar, sin cuestionar nada, con acusaciones de hechos sucedidos hace decenas de años, donde ya no hay testigos para juzgar su gravedad y veracidad.

    1. Estamos viendo en los últimos años que muchas acusaciones de pederastia contra miembros de la Iglesia se organizan en campañas donde se exagera el número de casos y se piden (y a menudo consiguen) indemnizaciones millonarias. Como bien dicen ahora algunos obispos «los abusos no los comete la Iglesia sino miembros dentro de la Iglesia». Son las personas concretas que hayan cometido los delitos así como las personas (obispos incluidos) que los hayan encubierto los que deben pagar la culpa pero no la Iglesia como institución.
      Si aceptamos que se culpe a la Iglesia, como institución, de hechos ajenos a sus principios, estaremos debilitándola y con ello entorpeciendo su misión evangelizadora (hoy tan urgente) y su inmensa labor social. Es decir estaremos perjudicando a personas muy necesitadas de ayuda.

  11. Coincido con monseñor M u
    n i l l a, pues centrar la información en el 0,2 % de los casos (que corresponden a c
    l é r i g o s católicos) es d i s t o r s i o n a
    r la realidad para a t a c a r a la Iglesia.

  12. Mucho me temo que si los casos de abusos en el entorno de la Iglesia no hubiesen salido en los medios de comunicación, seguiría habiendo encubrimiento generalizado, marginación de las víctimas y cuasi impunidad de los abusadores. Puede que sólo el 0,2% de los clérigos hayan cometido abusos, pero también puede que el 99,8% de esos casos hayan sido encubiertos. Incluso ahora, no me extrañaría que un buen número de obispos sigan dispuestos a encubrir los casos que se les presenten.

    1. Debería haber dicho que puede que sólo el 0,2% de los abusos haya sido cometido por clérigos, y no que el 0,2% de los clérigos hayan cometido abusos.

  13. Me parece muy acertado el articulo de don fernando beltran, sean pocos casos o muchos hay que sacarlos a la luz, pero creo que Munilla ha estado soberbio, poniendo en consideracion, que los curas no son los unicos abusadores, sino una pequeñisima porcion, contrariamente a lo que nos quieren hacer creer. Por eso estoy con Pablo Casado (por un vez) por querer investigar todo tipo de abusos a menores, y destapar el matiz sesgado de la investigacion que quiere llevarse a cabo. Por ultimo no se deben permitir la presencia de personas con tendencias homosexuales en los seminarios.

  14. En absoluto me parece que con el tweet de Munilla o con la pastoral del obispo de Oviedo se pretenda escurrir el bulto o estar a la defensiva. Se trata, simple y llanamente, de no dejar que los anticlericales manipulen más a la opinión pública. Creo que no es tan difícil de entender.

  15. No tengo la impresión de que nadie, en la Iglesia, esté yendo de víctima en este asunto. Decir que se deben investigar todos los abusos a menores y no sólo los cometidos, supuestamente, por clérigos no es ir de víctima, ni decir «y tú más».
    La actitud de la Fiscalía en España resulta discriminatoria contra la Iglesia, sí. Es un hecho. La Justicia, a la hora de actuar, no debe hacer acepción de personas. Y por cierto: Investigar supuestos delitos que, claramente, han prescrito es ilegal en España.

  16. Parece ser que nadie se da cuenta que una cosa es acusar y otra demostrar y no se admite jamás un delito que no haya firmado en una sentencia un juez.
    El obispo o pontífice que admite sin más acusaciones de delitos sin demostrar y pide perdón por hechos no demostrados es simplemente tonto. A mí, al contrario que al autor del artículo, esto no me la suda.

    ¹

  17. «Todo lo puedo en Aquel que me fortalece» (Filipenses 4,13)

    Debes orar fuertemente y pedirle a Dios que te ayude en la batalla contra el mal. Dios es la fuerza que necesitas para vencer el mal que quiere gobernarte.
    Es la única forma de que desaparezcan estas lacras

  18. Ese 0,2 es, cualitativamente, una terrible desgracia para la Iglesia Católica, porque se trata de sacerdotes que deberían predicar y vivir la pureza y la castidad y que, en vez de ello, corrompen a tantos adolescentes y jóvenes. Yo mismo estuve, con 13 años, a punto de ser víctima de ese 0,2. Afortunadamente Dios me libró y me dio una fuerza y una resistencia que yo mismo desconocía. Ese jesuita fue denunciado por unos cuantos en el colegio San Ignacio de Pamplona en plena clase de religión que impartía el Padre Ciriano. La Compañía tardó un tiempo en actuar. Insisto, los homosexuales consolidados no deben acceder al sacerdocio. Dios no les llama al sacerdocio.

    1. No hay que minimizar ese 0,2% de casos totales imputables a clérigos, que se eleva sintomáticamente al 0,8% cuando las víctimas son varones, y que es probable que antes de tomarse algunas medidas fuera mayor, pues, como ha explicado el autor, indica un porcentaje de abusadores entre los clérigos mucho mayor, por ejemplo, que entre los padres, pese a que sea este el grupo que más casos registra, debido, lógicamente, a que es muchísimo más numeroso que el de clérigos.

  19. El gobierno socialista y comunista, que desgraciadamente padecemos, está aireando el asunto de la pederastia sólo en la Iglesia Católica, con el fin de destruirla. Que empiece la investigación por los políticos, los jueces, etc. La Iglesia no ha cometido pederastia, sino algunos clérigos concretos. Lo que tratan esos anticatólicos es de confundir a la gente con las noticias un día tras otro en las televisiones apesebradas por el gobierno.

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