Francisco: «También los apóstatas están en la comunión de los santos»

Papa Francisco apóstatas comunión santos Audiencia del 2 de febrero de 2022 (Vatican Media)
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El Papa Francisco ha dedicado su catequesis de la audiencia general de esta mañana celebrada en el Aula Pablo VI del Vaticano a san José y la comunión de los santos.

«¿Qué es la comunión de los santos? No es que los Santos hagan la comunión, no es esto: es otra cosa», dijo el Santo Padre al comienzo de la catequesis haciendo referencia a lo que él respondía de pequeño.

Francisco señaló que cuando «nos encomendamos plenamente a la intercesión de un santo», o de la Virgen María, «nuestra confianza tiene valor solamente en relación con Cristo». «Como si el camino hacia este santo o la Virgen no terminara ahí: no», añadió.

«Cristo es el vínculo que nos une a Él y entre nosotros que tiene un nombre específico: esta unión que nos une a todos, entre nosotros y nosotros con Cristo, es la “comunión de los santos”. No son los santos los que realizan los milagros, ¡no! “Este santo es muy milagroso…”: no, detente: los santos no realizan milagros, sino solamente la gracia de Dios que actúa a través de ellos», explicó Su Santidad.

«Los milagros han sido hechos por Dios, por la gracia de Dios que actúa a través de una persona santa, una persona justa. Esto es necesario tenerlo claro. Hay gente que dice: “Yo no creo en Dios, pero creo en este santo”. No, está equivocado. El santo es un intercesor, uno que reza por nosotros y nosotros le rezamos, y reza por nosotros y el Señor nos da la gracia: el Señor actúa a través del Santo», continuó el Santo Padre.

Francisco, citando el Catecismo, indicó que la comunión de los santos es la Iglesia. «¿Qué significa esto? ¿Qué la Iglesia está reservada a los perfectos? No. Significa que es la comunidad de los pecadores salvados. La Iglesia es la comunidad de los pecadores salvados», afirmó.

«Nadie puede excluirse de la Iglesia, todos somos pecadores salvados. Nuestra santidad es el fruto del amor de Dios que se ha manifestado en Cristo, el cual nos santifica amándonos en nuestra miseria y salvándonos de ella», dijo Su Santidad.

En virtud de la comunión de los santos, «cada miembro de la Iglesia está unido a mí de forma profunda —pero no digo a mí porque soy el Papa— estamos unidos recíprocamente y de forma profunda, y esta unión es tan fuerte que no puede romperse ni siquiera por la muerte», indicó.

«De hecho, la comunión de los santos no concierne solo a los hermanos y las hermanas que están junto a mí en este momento histórico, sino que concierne también a los que han concluido su peregrinación terrena y han cruzado el umbral de la muerte. También ellos están en comunión con nosotros».

«“Padre, pensemos en aquellos que han renegado de la fe, que son apóstatas, que son los perseguidores de la Iglesia, que han renegado su bautismo: ¿también estos están en casa?”. Sí, también estos, también los blasfemos, todos. Somos hermanos: esta es la comunión de los santos. La comunión de los santos mantiene unida la comunidad de los creyentes en la tierra y en el Cielo», manifestó el Sucesor de Pedro.

El Papa dijo que se puede construir una amistad con alguien que esté en el Cielo. «Los santos son amigos con los que muy a menudo tejemos relaciones de amistad. Lo que nosotros llamamos devoción —yo soy muy devoto a este santo, a esta santa— es en realidad una forma de expresar el amor a partir precisamente de este vínculo que nos une», explicó.

En la historia de la Iglesia «hay constantes que acompañan a la comunidad creyente: ante todo el gran afecto y el vínculo fortísimo que la Iglesia siempre ha sentido en relación con María, Madre de Dios y Madre nuestra. Pero también el especial honor y afecto que ha rendido a san José».

La devoción a los santos «no es algo mágico, no es una superstición», es «hablar con un hermano, una hermana que está delante de Dios, que ha recorrido una vida justa, una vida santa, una vida ejemplar, y ahora está delante de Dios. Y yo hablo con este hermano, con esta hermana y pido su intercesión por mis necesidades», dijo. El Papa concluyó con una oración a san José que contó lleva rezando todos los días durante 40 años; la encontrarán al final de la catequesis.

Después de recitarla, el Papa pidió oraciones por un hombre que gritaba y que fue expulsado de la audiencia por la gendarmería; una historia que pueden leer aquí.

Finalmente, Francisco denunció y pidió rezos por la «violencia que ensangrienta» Myanmar. «No podemos mirar hacia otro lado ante los sufrimientos de tantos hermanos y hermanas», señaló.

También recordó que, pasado mañana, se celebra la Segunda Jornada Internacional de la Fraternidad Humana. «Es motivo de satisfacción que las Naciones del mundo entero se unan en esta celebración, dirigida a promover el diálogo interreligioso e intercultural, como deseado también en el Documento sobre la fraternidad humana por la paz mundial y la convivencia común, firmado el 4 de febrero de 2019 en Abu Dabi por el Gran Imán de Al-Azhar, Ahmad Al-Tayyib y por mí», dijo.

Dedicó, a su vez, unas palabras con motivo de la inauguración en Pekín de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Invierno.

Les ofrecemos la catequesis del Papa Francisco, publicada en español por la Oficina de Prensa de la Santa Sede:

Catequesis sobre san José 10. San José y la comunión de los santos

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

En estas semanas hemos podido profundizar en la figura de San José dejándonos guiar por las pocas, pero importantes noticias que dan los Evangelios, y también por los aspectos de su personalidad que la Iglesia a lo largo de los siglos ha podido evidenciar a través de la oración y la devoción. A partir precisamente de este “sentir común” que en la historia de la Iglesia ha acompañado la figura de san José, hoy quisiera detenerme sobre un importante artículo de fe que puede enriquecer nuestra vida cristiana y puede también enfocar de la mejor forma nuestra relación con los santos y con nuestros seres queridos difuntos: hablo de la comunión de los santos.

Muchas veces decimos, en el Credo, “creo en la comunión de los santos”. Pero si se pregunta qué es la comunión de los santos, yo recuerdo que de niño respondía enseguida: “Ah, los santos hacen la comunión”. Es una cosa que… no entendemos qué decimos. ¿Qué es la comunión de los santos? No es que los Santos hagan la comunión, no es esto: es otra cosa.

A veces también el cristianismo puede caer en formas de devoción que parecen reflejar una mentalidad más pagana que cristiana. La diferencia fundamental está en el hecho de que nuestra oración y nuestra devoción del pueblo fiel no se basa, en esos casos, en la confianza en un ser humano, o en una imagen o en un objeto, incluso cuando sabemos que son sagrados. Nos recuerda el profeta Jeremías: «Maldito sea aquel que fía en hombre […]. Bendito sea aquel que fía en Yahveh» (17,5-7). Incluso cuando nos encomendamos plenamente a la intercesión de un santo, o más aún de la Virgen María, nuestra confianza tiene valor solamente en relación con Cristo. Como si el camino hacia este santo o la Virgen no terminara ahí: no. Va ahí, pero en relación con Cristo. Cristo es el vínculo que nos une a Él y entre nosotros que tiene un nombre específico: esta unión que nos une a todos, entre nosotros y nosotros con Cristo, es la “comunión de los santos”. No son los santos los que realizan los milagros, ¡no! “Este santo es muy milagroso…”: no, detente: los santos no realizan milagros, sino solamente la gracia de Dios que actúa a través de ellos. Los milagros han sido hechos por Dios, por la gracia de Dios que actúa a través de una persona santa, una persona justa. Esto es necesario tenerlo claro. Hay gente que dice: “Yo no creo en Dios, pero creo en este santo”. No, está equivocado. El santo es un intercesor, uno que reza por nosotros y nosotros le rezamos, y reza por nosotros y el Señor nos da la gracia: el Señor actúa a través del Santo.

¿Qué es la “comunión de los santos”? El Catecismo de la Iglesia Católica afirma: «La comunión de los santos es precisamente la Iglesia» (n. 946). ¡Pero mira qué bonita definición! “La comunión de los santos es precisamente la Iglesia”. ¿Qué significa esto? ¿Qué la Iglesia está reservada a los perfectos? No. Significa que es la comunidad de los pecadores salvados. La Iglesia es la comunidad de los pecadores salvados. Es bonita esta definición. Nadie puede excluirse de la Iglesia, todos somos pecadores salvados. Nuestra santidad es el fruto del amor de Dios que se ha manifestado en Cristo, el cual nos santifica amándonos en nuestra miseria y salvándonos de ella. Siempre gracias a Él nosotros formamos un solo cuerpo, dice san Pablo, en el que Jesús es la cabeza y nosotros los miembros (cf. 1 Cor 12,12). Esta imagen del cuerpo de Cristo y la imagen del cuerpo nos hace entender enseguida qué significa estar unidos los unos a los otros en comunión: «Si sufre un miembro —escribe San Pablo— todos los demás sufren con él. Si un miembro es honrado, todos los demás toman parte de su gozo. Ahora bien, vosotros sois el cuerpo de Cristo, y sus miembros cada uno por su parte» (1 Cor 12,26-27). Esto dice Pablo: todos somos un cuerpo, todos unidos por la fe, por el bautismo, todos en comunión: unidos en comunión con Jesucristo. Y esta es la comunión de los santos.

Queridos hermanos y queridas hermanas, la alegría y el dolor que tocan mi vida concierne a todos, así como la alegría y el dolor que tocan la vida del hermano y de la hermana junto a nosotros me concierne a mí. Yo no puedo ser indiferente a los otros, porque todos somos parte de un cuerpo, en comunión. En este sentido, también el pecado de una única persona concierne siempre a todos, y el amor de cada persona concierne a todos. En virtud de la comunión de los santos, de esta unión, cada miembro de la Iglesia está unido a mí de forma profunda —pero no digo a mí porque soy el Papa— estamos unidos recíprocamente y de forma profunda, y esta unión es tan fuerte que no puede romperse ni siquiera por la muerte. De hecho, la comunión de los santos no concierne solo a los hermanos y las hermanas que están junto a mí en este momento histórico, sino que concierne también a los que han concluido su peregrinación terrena y han cruzado el umbral de la muerte. También ellos están en comunión con nosotros. Pensemos, queridos hermanos y hermanas: en Cristo nadie puede nunca separarnos verdaderamente de aquellos que amamos porque la unión es una unión existencial, una unión fuerte que está en nuestra misma naturaleza; cambia solo la forma de estar junto a cada uno de ellos, pero nada ni nadie puede romper esta unión. “Padre, pensemos en aquellos que han renegado de la fe, que son apóstatas, que son los perseguidores de la Iglesia, que han renegado su bautismo: ¿también estos están en casa?”. Sí, también estos, también los blasfemos, todos. Somos hermanos: esta es la comunión de los santos. La comunión de los santos mantiene unida la comunidad de los creyentes en la tierra y en el Cielo.

En este sentido, la relación de amistad que puedo construir con un hermano o una hermana junto a mí, puedo establecerla también con un hermano o una hermana que están en el Cielo. Los santos son amigos con los que muy a menudo tejemos relaciones de amistad. Lo que nosotros llamamos devoción —yo soy muy devoto a este santo, a esta santa— es en realidad una forma de expresar el amor a partir precisamente de este vínculo que nos une. También en la vida de todos los días se puede decir: “Pero, esta persona tiene mucha devoción por sus ancianos padres”: no, es una forma de amor, una expresión de amor. Y todos nosotros sabemos que a un amigo podemos dirigirnos siempre, sobre todo cuando estamos en dificultad y necesitamos ayuda. Y nosotros tenemos amigos en el cielo. Todos necesitamos amigos; todos necesitamos relaciones significativas que nos ayuden a afrontar la vida. También Jesús tenía a sus amigos, y a ellos se ha dirigido en los momentos más decisivos de su experiencia humana. En la historia de la Iglesia hay constantes que acompañan a la comunidad creyente: ante todo el gran afecto y el vínculo fortísimo que la Iglesia siempre ha sentido en relación con María, Madre de Dios y Madre nuestra. Pero también el especial honor y afecto que ha rendido a san José. En el fondo, Dios le confía a él lo más valioso que tiene: su Hijo Jesús y la Virgen María. Es siempre gracias a la comunión de los santos que sentimos cerca de nosotros a los santos y a las santas que son nuestros patronos, por el nombre que tenemos, por ejemplo, por la Iglesia a la que pertenecemos, por el lugar donde vivimos, etc., también por una devoción personal. Y esta es la confianza que debe animarnos siempre al dirigirnos a ellos en los momentos decisivos de nuestra vida. No es algo mágico, no es una superstición, la devoción a los santos; es simplemente hablar con un hermano, una hermana que está delante de Dios, que ha recorrido una vida justa, una vida santa, una vida ejemplar, y ahora está delante de Dios. Y yo hablo con este hermano, con esta hermana y pido su intercesión por mis necesidades.

Precisamente por esto me gusta concluir esta catequesis con una oración a san José a la que estoy particularmente unido y que recito cada día desde hace más de 40 años. Es una oración que encontré en un libro de oraciones de las Hermanas de Jesús y María, del 1700, finales del siglo XVIII. Es muy bonita, pero más que una oración es un desafío a este amigo, a este padre, a este custodio nuestro que es san José. Sería bonito que vosotros aprendierais esta oración y pudierais repetirla. La leeré: “Glorioso patriarca san José, cuyo poder sabe hacer posibles las cosas imposibles, ven en mi ayuda en estos momentos de angustia y dificultad. Toma bajo tu protección las situaciones tan graves y difíciles que te confío, para que tengan una buena solución. Mi amado Padre, toda mi confianza está puesta en ti. Que no se diga que te haya invocado en vano y, como puedes hacer todo con Jesús y María, muéstrame que tu bondad es tan grande como tu poder”. Y termina con un desafío, esto es desafiar a San José: “porque tú puedes hacer todo con Jesús y María, muéstrame que tu bondad es tan grande como tu poder”. Yo me encomiendo todos los días a san José, con esta oración, desde hace más de 40 años: es una vieja oración.

Adelante, ánimo, en esta comunión de todos los santos que tenemos en el cielo y en la tierra: el Señor no nos abandona.

Concluida la catequesis el Santo Padre pronunció estas palabras:

Hemos oído, hace algunos minutos, a una persona que gritaba, gritaba, que tenía algún problema, no sé si físico, psíquico, espiritual: pero es un hermano nuestro con un problema. Yo quisiera terminar rezando por él, nuestro hermano que sufre, pobrecillo: si gritaba es porque sufre, tiene alguna necesidad. No debemos estar sordos a la necesidad de este hermano. Rezamos juntos a la Virgen por él: Dios te salve María…

Saludos:

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. Pidamos la intercesión de san José, Patriarca Glorioso, para que venga en nuestro auxilio y tome bajo su protección las situaciones dolorosas de nuestra vida. Que Dios los bendiga.

Llamamientos:

Desde hace ya un año, asistimos con dolor a la violencia que ensangrienta Myanmar. Hago mío el llamamiento de los obispos birmanos para que la comunidad internacional trabaje por la reconciliación entre las partes interesadas. No podemos mirar hacia otro lado ante los sufrimientos de tantos hermanos y hermanas. Pidamos a Dios, en oración, el consuelo para esa población atormentada; a Él encomendamos los esfuerzos por la paz.

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Pasado mañana, 4 de febrero, se celebrará la Segunda Jornada Internacional de la Fraternidad Humana. Es motivo de satisfacción que las Naciones de mundo entero se unan en esta celebración, dirigida a promover el diálogo interreligioso e intercultural, como deseado también en el Documento sobre la fraternidad humana por la paz mundial y la convivencia común, firmado el 4 de febrero de 2019 en Abu Dabi por el Gran Imán de Al-Azhar, Ahmad Al-Tayyib y por mí. Fraternidad quiere decir tender la mano a los otros, respetarles y escucharlos con corazón abierto. Deseo que se cumplan pasos concretos, junto a los creyentes de otras religiones y a las personas de buena voluntad, para afirmar que hoy es tiempo de fraternidad, evitando alimentar enfrentamientos, divisiones y cierres. Recemos y trabajemos cada día para que todos puedan vivir en paz como hermanos y hermanas.

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Están a punto de inaugurarse en Pekín los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Invierno, respectivamente el 4 de febrero y el 4 de marzo. Dirijo de corazón mi saludo a todos los participantes; deseo a los organizadores el mejor éxito y a los atletas dar lo mejor de sí. El deporte, con su lenguaje universal, puede construir puentes de amistad y de solidaridad entre personas y pueblos de cualquier cultura y religión. He apreciado, por tanto, que al histórico lema olímpico Citius, Altius, Fortius —Más rápido, más alto, más fuerte— el Comité Olímpico Internacional haya añadido la palabra Communiter, es decir Juntos, para que los Juegos Olímpicos hagan crecer un mundo más fraterno.

Con un pensamiento particular abrazo a todo el mundo paralímpico. La medalla más importante la venceremos juntos si el ejemplo de los atletas con discapacidad ayudará a todos a superar prejuicios y temores y hacer que nuestras comunidades se vuelvan más acogedoras e inclusivas. ¡Esta es la verdadera medalla de oro! Además, sigo con atención y emoción las historias personales de atletas refugiados. Que sus testimonios contribuyan a animar a las sociedades civiles a abrirse cada vez con más confianza en todos, sin dejar a nadie atrás. A la gran familia olímpica y paralímpica deseo vivir una experiencia única de fraternidad humana y de paz. ¡Bienaventurados los que trabajan por la paz! (Mt 5,9).

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Comentarios
55 comentarios en “Francisco: «También los apóstatas están en la comunión de los santos»
    1. Este hombre que ocupa la silla de San Pedro no tiene Fe en Jesucristo. Es un hereje. Y aquí no pasa nada.
      Ya puede decir las barbaridaes que quiera, que los demás obispos y cardenales callan. Y quien calla otorga.
      La comunión de los santos tan solo se da entre las personas que están en Gracia de Dios.
      En cuanto comento un pecado mortal, ya no estoy en comunión con Dios.
      La imagen de la vid con los sarmientos vivos por tener la savia dentro y los sarmientos muertos que se resecan y caen y solo sirven para
      el fuego que los consume es clarísima. El que pueda y quiera (!) que entienda.

      1. ¿Cómo se puede llegar a ser tan temerario? Cada día va mostrándose tal cual es.
        En realidad, es difícil catalogarlo, porque no conocemos la verdadera naturaleza de su carácter. Se comporta como hereje, como apóstata, como pagano, como escéptic.
        Tanto a los católicos, protestantes, ortodoxos, judíos, musulmanes, budistas o paganos, les pide que recen por él… Y también, claro está, a un ateo o agnóstico.
        ¿Pedirá a un satanista que rece por él?
        Espero equivocarme, pero me parece que ese hombre está circuncidado.

  1. El que con conciencia y voluntad se separa voluntariamente de Cristo, no puede ser salvado a la fuerza en contra de su voluntad. Igualmente el pecador contumaz que rechaza el perdón de Dios, no puede ser salvado pues existe incompatibilidad absoluta entre Dios y las tinieblas. La Comunión de los Santos como su nombre indica es para los santos, no para los impíos o los réprobos. A Francisco solo le queda decir que el diablo es salvo.
    Algún día, estos prelados silentes se echarán las manos a la cabeza cuando ya no sea necesario, mientras, la iglesia cada día se hunde un poco más en el pozo sin fondo del modernismo mas disparatado, a las órdenes de esa corte de los batracios en que se ha convertido la CEE.

  2. A mí eso de que un apóstata que persigue a la Iglesia está en la comunión de los santos me parece, sencillamente, un grave error en la fe. Precisamente por su acto exterior la Iglesia los excomulga. Excommunicatus, en latín, es decir, que no mantiene la comunión. Nos quieren hacer comulgar, nunca mejor dicho, con ruedas de molino, con el mal ya sin adobo, straight.

        1. Carlos URANGA ( DIACONO PERMANENTE de La Plata)
          ORACIÓN
          SIGUE SIENDO POSIBLE QUE TENGAMOS UN PAPÁ QUE CONTINÚE PREDICANDO ERROR SOBRE ERROR .
          COMO QUE LOS APÓSTATAS ESTÁN TAMBIÉN EN LA COMUNIÓN DE LOS SANTOS.
          AMADO JESÚS TU ERES EL ÚNICO QUE PUEDE HACER CAMBIAR ESTO. CUANTA GENTE QUE NO TIENE FORMACIÓN ESTÁ SIENDO LLEVADA POR UN CAMINO INDEBIDO. MILLONES DE BAUTIZADOS TE IMPLORAMOS QUE CORRIJAS ESTA SITUACIÓN QUE NOSOTROS NO PODEMOS. TE LO PEDIMOS CON LA INTERCESIÓN DE TU MADRE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARIA

  3. Las llamadas «catequesis» de Don Jorge Mario Bergoglio cada vez sorprenden más a los fieles católicos, despedazan nuestra inteligencia y retuercen las palabras con ocurrencias que ,cuando menos, revelan la acatolicidad de su Pontificado. Para que no se nos acuse de animadversión hacia Francisco pondremos tan solo sus palabras en la Audiencia publicada hoy.

    A continuación pondremos lo que dice la Palabra del Señor en el santo Evangelio, lo que nos argumenta el Doctor Angélico en la Suma de Teología , y lo que establecen el Código de Derecho Canónico y el Catecismo de la Iglesia Católica, vigentes.

    Después que cada hijo o hija de Dios saque sus propias conclusiones.

    1. «pensemos en aquellos que han renegado de la fe, que son apóstatas, que son los perseguidores de la Iglesia, que han renegado su bautismo: ¿también estos están en casa?”. Sí, también estos, también los blasfemos, todos. Somos hermanos: esta es la comunión de los santos»

      Catecismo Nuevo de Bergoglio. Audiencia de 2-2-22.

  4. 31 todo pecado y blasfemia se perdonará a los hombres, pero la blasfemia contra el Espíritu no será perdonada.

    32 Y al que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará; pero al que la diga contra el Espíritu Santo, no se le perdonará ni en este mundo ni en el otro»

    Mt 12, 31-32.

    «La infidelidad como pecado nace de la soberbia, por la que el hombre no somete su entendimiento a las reglas de la fe y a las enseñanzas de los Padres» (STh II-II,10, 1 ad3m). «Todo pecado consiste en la aversión a Dios. Y tanto mayor será un pecado cuanto más separa al hombre de Dios. Ahora bien, la infidelidad es lo que más aleja de Dios… Por tanto, consta claramente que el pecado de infidelidad es el mayor de cuantos pervierten la vida moral» (ib. 10,3). Y la apostasía es la forma extrema y absoluta de la infidelidad (ib. 12, 1 ad3m).

    Santo Tomás de Aquino

  5. ‘»Los delitos contra la fe, de los que se trata en el art. 1, son herejía, cisma y apostasía, a tenor de los cann. 751 y 1364 del Código de Derecho Canónico y de los cann. 1436 y 1437 del Código de Cánones de las Iglesias Orientales».

    Código de Derecho Canónico vigente.

    «Se llama herejía la negación pertinaz, después de recibido el bautismo, de una verdad que ha de creerse con fe divina y católica, o la duda pertinaz sobre la misma”

    (Catecismo de la Iglesia Católica,  numeral  2089, vigente)

    1. El Magisterio del Concilio de Florencia (también infalible) es contundente:

      “La sacrosanta Iglesia romana… cree firmemente, confiesa y predica que NINGUNO que esté fuera de la Iglesia católica, no sólo pagano, sino aun jud10 o h3r3j3 o c1sm4tic0, podrá alcanzar la vida eterna; por el contrario, que irán al fu3g0 eterno que está preparado para el diablo y sus ángeles, a menos que antes de m0rir sean agregados a ella. Y tan importante es la unidad del cuerpo de la Iglesia, que sólo los que permanecen en ella les aprovechan los sacramentos de la Iglesia para vida eterna. Y que sólo a ellos les proporcionan frutos de vida eterna los ayunos, las limosnas y las restantes obras de piedad y los ejercicios de la ascética cristiana. Y que por muchas limosnas que haga, aunque derrame su s4ngr3 por Cristo, nadie puede salvarse si no permaneciere en el seno y en la unidad de la Iglesia católica.”

      1. En la Comunión de los Santos del Cielo y de la tierra, sólo están aquellos en Gracia de Dios.

        El Apostata, es decir el bautizado que reniega de su fe, ha hecho resistencia voluntaria a la Gracia, y por tanto no puede estar en la Comunión de los Santos.

        No sé cómo el Papa puede decir tal barbaridad. Lo digo sin la menor ironia: debemos rezar por él.

  6. Con esa enseñanza sobre la Comunión de los Santos, el Santo Padre no hace ningún favor a quienes están alejados de la fe. De hecho, les pone más en peligro, en mi opinión. Esa no es la doctrina católica.

  7. No me extraña que le pagasen un par de gritos en la audiencia. Aunque fuese sólo por esta mega-burrada.

    Los apóstatas, por definición, han despreciado y abandonado la fé: han abandonado el camino a la santidad, y así la comunión de los santos. Si deciden volver, tras confesión y penitencia, entran de nuevo. Pero mientras son apóstatas, NO ESTÁN.

    Y para apostatar no hay que hacer declaraciones: simplemente hay que vivir en pagano e indirectamente despreciar las vías y los actos de la fé. La sociedad entera hoy día, vaya. A casi todos nos ha pasado duranteun tiempo… y gracias a Dios iniciamos (día a día) nuestro camino de conversión.

  8. ¿Ignorancia en grado sumo o exaltación de la apostasía para seguir demoliendo la Iglesia? ¿Podemos conceder a estas alturas el beneficio de la duda? Mucho me temo que no. Hace tiempo que vengo afirmando CON BERGOGLIO PIENSA MAL Y TE QUEDARÁS CORTO. El tiempo no me está obligando a rectificar, como me gustaría; al contrario. Cos su apostasía se lo coma.

    1. “Padre, pensemos en aquellos que han renegado de la fe, que son apóstatas, que son los perseguidores de la Iglesia, que han renegado su bautismo: ¿también estos están en casa?”. Sí, también estos, también los blasfemos, todos. Somos hermanos: esta es la comunión de los santos».

      Pues ya me dirás si no ha dicho lo que ha dicho. Una aberración insostenible. Una herejía mayúscula, como para que se vaya ya.

  9. Bergoglio no es teólogo; es indudable que en cualquier hombre Dios le otorga innumerables gracias para salvarse, incluso a los apostatas, y a los que cometen pecados contra el Espíritu Santo. Solamente en el momento de la muerte queda sellada la salvación o la condenación del hombre.

  10. Francisco habla de los apóstatas, y los relaciona, por su errático concepto de la comunión de los santos, a la unión de la Iglesia militante con la triunfante, pero los apóstatas que han fallecido no forman parte de la Iglesia celestial, y por tanto no pude haber comunión con ellos.

  11. Eso está muy bien que lo sepan los perseguidos por la espada, como los africanos, en la seguridad de que se pueden pasar al mahometanismo sin salir de la Comunión de los Santos. Y es un consuelo saber que también Hitler estará allí. Tope guay.

  12. Tanto el Catecismo de la Iglesia Católica, como el Código de Derecho Canónico (CDC), definen la apostasía como «el rechazo total de la fe cristiana» (nº 2089 y canon 751, respectivamente). El Catecismo Mayor de San Pío X, en el capítulo X, dice:

    6º. De los que están fuera de la Iglesia

    225. ¿Quiénes son los que NO PERTENECEN A LA COMUNIÓN DE LOS SANTOS? No pertenecen a la comunión de los santos en la otra vida los condenados, y en ésta, LOS QUE ESTÁN FUERA DE LA VERDADERA IGLESIA.

    226. ¿Quiénes están fuera de la verdadera Iglesia? ESTÁN FUERA DE LA VERDADERA IGLESIA los infieles, los judíos, los herejes, LOS APÓSTATAS, los cismáticos y los excomulgados.

    El castigo por apostasía en el CDC (Canon 1364) es la excomunión ‘latae sententie’. Así que, difícilmente puede estar ‘en comunión’ alguien excomulgado.

  13. QUE ME DISCULPE EL SANTO PADRE, PRRO LOS APOSTATAS NO ESTAN EN PLENA COMUNION CON LOS SANTOS QUE SON MIEMBROS DE LA UNICA IGLESIA FUNDADA POR NUESTRO SOR JESUCRISTO , CLUMNA Y FUNDAMENTO DE LA VERDAD

  14. Quizás en el pensamiento del papa todo esté claro. Es Dios por la gracia que nos salva (creo que aludió a una carta de la Biblia para manifestar tal idea.) No las obras de los hombres quienes salvan, ya que estas son movidas por la gracia y ayudan a la salvación. (Declaración de la gracia entre protestantes y católicos)

    Tampoco dice que nuestros hermanos vivan indefinidamente en la Comunión de los Santos. Pero sí son nuestros hermanos indefinidamente.

    No sé si el Papa cree que todos los hombres nos salvamos, hace hincapié muy a menudo a evitar la rigidez moral, supongo que se referirá a no necesariamente a aceptar todos los dogmas o a ninguno de ellos.

    Es difícil entender a nuestro papá, pero es evidente que no todos los hombres se salvan, porque hay quien no quiere salvarse y quienes también odian a Dios y tampoco quieren estar con él.

    No sé en qué teólogos se habrá apoyado para decir lo que ha dicho en esta Audiencia.

        1. No sé a qué se refiere exactamente. No conozco en qué se ha basado para decir lo que ha dicho. Sólo he expuesto

          Recuerdo el caso que le sucedió al papa Francisco al inicio de su pontificado, tras la muerte de un mafioso, su hijo pequeño le preguntó ¿ se ha salvado mi padre,? El Santo Padre le dijo, (no recuerdo bien sus palabras exactas, quizás tu te acuerdes mejor) que sí que podía haberse salvado y que podía rezarle para que le ayudara desde el Cielo.

          Quizás tuviera en mente esta interpretación de la Comunión de los Santos.

          1. La respuesta del Papa a un niño que le preguntó si su padre ateo está en el cielo
            «Incluso los mafiosos, aunque estos prefieran comportarse como hijos del diablo, son hijos de Dios» señaló Franciso ante otra pregunta de un niño.

            Me refería a esta noticia.

            Por supuesto que el papa Francisco ha excomulgado a la mafia.

          2. Incluso si un mafioso muere en gracia de Dios, iría al purgatorio, no al cielo. Pero su memoria le falla y mezcla cosas: usted se refiere a lo ocurrido el 15 de abril de 2018 en la parroquia de S. Pablo de la Cruz, en el barrio de Corviale, en la periferia de Roma, donde Francisco respondió preguntas de los fieles. Un niño de unos 10 años le preguntó si su padre recién fallecido, que era ateo, estaba en el cielo. En un primer momento Francisco fue prudente y se salió por la tangente diciendo: «Quien dice quién va al cielo es Dios». Pero ya se sabe que dura poco la alegría en la casa del pobre, y volvió a las andadas con su cantinela de que «incluso los no bautizados» son «hijos de Dios» y que «somos todos hijos de Dios, incluso los que son de otras religiones lejanas». «Incluso los mafiosos, aunque estos prefieran comportarse como hijos del diablo». Eso es lo que a usted le sonaba. Pero nada que ver con el tema del artículo.

  15. Mons. Munilla, Mons. Fdez (Còrdoba), D. José Mª Iraburu y mil más ¿cómo pueden hacer Vds como que no pasa nada cuando está pasando todo esto? ¿Cómo pueden pretender que tenemos un Papa católico cuando tan manifiesto es que no lo es? ¿Cómo pueden ser tan cobardes y hasta criticar a los pocos valientes que dicen la verdad sobre este personaje? Ni hacen ni dejan hacer.

    1. Muy bueno el comentario. Creo que a algunos muy entendidos, cuando escuchan al de Roma, se les olvida momentáneamente todo lo que saben de doctrina. Sino saldrían a denunciar las herejías, no?

  16. El Papa se justifica. Él es un apóstata. Está hablando de sí mismo. No tiene fe y vive una mentira como el Papa. En realidad, es un miserable temeroso de que el infierno exista y de que pasar la eternidad allí. Es igual a su negación del infierno, de que Judas Iscariostes se haya salvado. Oremos por tan miserable persona, lejos de amar a Dios.

  17. Los apóstatas no pertenecen a la comunión de los santos, porque en esta vida, en la Iglesia militante, el vínculo de esa comunión es la fe, y el apóstata es precisamente el que reniega de la fe. No todo pecado mortal elimina la fe ni separa de la Iglesia, pero sí los pecados contra la fe, como son la herejía (negación o puesta en duda, por parte de un bautizado, de una verdad de fe que la Iglesia enseña como tal) y la apostasía, que es el rechazo de la fe cristiana en su conjunto por parte de un bautizado. Aclarar además que la herejía para que separe de la Iglesia tiene que ser formal, o sea, debe incluir la «pertinacia»: saber que eso que se niega o pone en duda es enseñado por la Iglesia como verdad revelada por Dios.

  18. La diferencia entre el hereje y el apóstata es que el primero pretende seguir siendo cristiano, mientras que niega o pone en duda una verdad de fe, mientras que el segundo rechaza explícitamente la fe cristiana como tal. Ambos tienen que ser bautizados: un no bautizado no puede ser ni hereje ni apóstata, sino que es lo que se conoce como un «infiel».

  19. Bueno, gracias a S.S. por el ataque de sinceridad. Ya sabemos con quién se siente él en comunión. En la práctica una confesión de parte. Recuerdo a ese jesuita, Uldarico Urrutia, que escribió un libro sobre demonología muy conocido, “El Diablo: Su Naturaleza, Su Poder Y Su Intervención En El Mundo”, y allí habla de que al mismo modo de la comunión de los santos, los demonios tienen su remedo de comunión, obviamente por otras razones y motivos. Y no sé por qué me vino de inmediato ese pasje del libro a la cabeza.

  20. Bueno, gracias a S.S. por el ataque de sinceridad. Ya sabemos con quién se siente él en comunión. En la práctica una confesión de parte. Recuerdo a ese jesuita, Uldarico Urrutia, que escribió un libro sobre demonología muy conocido, “El Diablo: Su Naturaleza, Su Poder Y Su Intervención En El Mundo”, y allí habla de que al mismo modo de la comunión de los santos, los demonios tienen su remedo de comunión, obviamente por otras razones y motivos. Y no sé por qué me vino de inmediato ese pasaje del libro a la cabeza.

  21. A mi me da que algún camarero ignorante le cambia el mate por maría pensando que es una hierba piadosa, antes de estas catequesis. Es posible que los razonamientos de Bergoglio sean los mas patateros, pateticos y deslabazados de toda la historia de los papas. No creo que sea posible encontrar palabras o escritos mas torpes o desestructurados que los de Bergoglio. ¿Como ha podido ser nombrado obispo alguien con un nivel de razonamiento y de expresión semejantes?

  22. Si censuráis mi último mensaje, me parece muy bien y estáis en vuestro derecho. Pero ya que conculcáis mi derecho a borrar mis propios mensajes y no puedo controlarlos, a pesar de lo que dice la ley. Espero que al menos borréis mi mensaje de vuestra base de datos.

  23. Tras unas verdades iniciales, de todos conocidas, absolutamente ortodoxas, como que los santos no hacen milagros, sino que son intercesores `para que la gracia de Dios haga esos milagros, su santidad pasa a un estrambótico discurso plagado de errores doctrinales de todo tipo: «La Iglesia es la comunidad de los pecadores salvados». Esto es, todo pecador que entra en la Iglesia está salvado. Ya me gustaría a mi que esto fuese así, pero no, es falso, ni yo ni nadie está salvado por el hecho sólo de pertenecer a la Iglesia. Pero ¡Ojo! quien no pertenece a la Iglesia o la persigue ¡También está en la comunión de los santos!. Aquí podemos ver una evolución en la historia de la Salvación: Preconciliar: Salvación por la Gracia, por la Fe y por la caridad.Luteranismo: Salvación por la Fe. Postconcilio: Salvación por la Gracia y la Fe. Postbergoglio: Salvación per tutti, o Salvación por la cara.

  24. Definitivamente Bergoglio ha contestado a varias cuestiones no completamente resueltas hasta ahora. ¿Puede un Papa ser hereje? Sí, demostrado empíricamente. ¿Puede un Papa no tener la fe católica? Sí, demostrado empíricamente. ¿Puese un Papa atacar a la Iglesia hasta la extenuación? Sí, demostrado empíricamente. ¿Están los fieles autorizados a resistir en contra del Papa cuando sus intenciones son dañinas? Sí, demostrado empíricamente. ¿Tenía razón Mons. Lefebvre al ordenar obispos para preservar la Tradición? Sí, demostrado empíricamente. Y sigue, y sigue…

  25. Sé que Bergoglio no es papa, sino un usurpador puesto ahí por el Enemigo de las almas: es el falso profeta del Apocalipsis. Pero aunque no lo supiera, cuando un eclesiástico profiere blasfemias gigantescas como éstas queda excomulgado ipso facto, latae sententiae, y dejaría de ser papa. Decir que los blasfemos y los apóstatas están en la casa, es decir en el Cielo, y que ellos no ayudan desde allí es profanar todo lo santo y lo Sagrado, es una blasfemia de tal calibre que solo la puede decir una persona controlada por el demonio. Lo grave es que Mons. Munilla y el resto de la Conferencia episcopal seguirán callando esto, para que el lobo pueda seguir devorando a las ovejas. ¡Qué daño está haciendo la falsa profetisa Marga, cuyos libros corren por Añastro y van de mano en mano de los obispos porque así tienen la conciencia tranquila! Espero que algunos levanten la voz, al menos, si no quieren salvar al rebaño, por salvar su alma.

  26. Bergoglio es… me callo. Pero ¡ojo! detrás de todo esto (a nivel teológico básico de Catecismo Ripalda) hay una gran verdad. Es consecuencia de la Comunión de los Santos la Comunicación de la Gracia. Y nadie está excluido… Por eso se dice «recen por tal o por cual que está muy mal…» (espiritualmente). «Recen por la conversión de…».
    ¡Pues eso!

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