El silencio de los ‘buenos’

silencio buenos Iglesia católica
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Parte de la responsabilidad de la crisis que asola a la Iglesia y, especialmente, a la jerarquía ―quien no quiera verla, vive en otro mundo―, puede ser achacada al silencio de los ‘buenos’; de aquellos que, siendo ortodoxos, fieles adheridos al Magisterio y la Tradición de la Iglesia, callan y no actúan por una falsa, a mi entender, comprensión de la obediencia y la fidelidad.

“A cada época la salva un pequeño puñado de hombres que tienen el coraje de ser inactuales”, escribió el genial Chesterton. El puñado de hombres existe, de eso no hay duda, pero el problema es que da la sensación de que no parecen dispuestos a actuar con coraje: ese es el drama.

Por citar un ejemplo, hace unos días veíamos al obispo auxiliar de Astaná, Athanasius Schneider, pedir al Papa Francisco que derogase el Motu Proprio Traditionis Custodes, el mandato pontificio que busca limitar ―y a largo plazo, sepultar― el rito tradicional de la misa. Pero es Schneider, un “enemigo del Papa”, el de siempre. ¿Por qué ningún prelado o cardenal, de los que no están manchados ni salpicados por esa ‘damnatio memoriae’ que supone llevar la contraria a los nuevos aires, y que están en contra de esta medida, que los hay, abre la boca? ¿Por qué tienen que ser siempre los mismos?

Y he citado este ejemplo; podríamos hablar también de Amoris Laetitia, del documento de la Fraternidad Humana, del tema de la unión civil de parejas homosexuales, del espectáculo en los jardines vaticanos con la pachamama, y de tantas cosas. ¿Por qué nadie habla claro? ¿Por qué los que aplaudían ―el caso de la misa es muy gráfico― Summorum Pontificum, ahora aplauden Traditionis Custodes? Es una contradición.

Lo que más me apena es que todos los que protestan están ya de vuelta, no tiene cargos relevantes; es como si solo se protestara, en la jerarquía, cuando ya no hay nada que perder. Y aún así, la mal entendida infalibilidad pontificia, el mal entendido respeto a la cátedra de Pedro, hace que muchos buenos callen, pensando que harían mal en expresar sus salvedades, sus críticas, sus inquietudes.

Mientras, los “malos” pontifican a sus anchas. Y, sin embargo, los buenos callan.

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Comentarios
56 comentarios en “El silencio de los ‘buenos’
  1. Pero si están viendo todos los días cómo papado y jerarquía eclesiástica compiten por ayudar a implantar mundialmente la agenda de la izquierda internacional –esa misma izquierda que ha convertido la vida, el amor humano, la paternidad, la maternidad, la vejez, enfermedad o la familia en un laberinto diabólico de trampas mortales–, y nadie rechista ni dice nada. Cualquier cosa con tal de que Francisco siga siendo su «osito»…

    1. Es excelente que los buenos no hagan nada, porque indica que hay que estudiar más teología y rezar más. Ya vendrá la masa crítica. Pero debe de avanzar algo más este destructor llamado Bergoglio… Para estimular a los buenos a hacer algo…

  2. La Iglesia jerárquica funciona como una secta; nadie discute las decisiones del gran líder, por disparatadas, heterodoxas o contradictorias que sean. Es el fruto de tantos años de papolatría.

    1. La papolatria ha matado a la iglesia católica. Cientos de jóvenes y no tan jóvenes gritando al paso de Juan Pablo II y de Benedicto XVI, «esta es la juventud de papa» . Donde están ahora? Si seguimos a un líder, no seguimos a Dios.

  3. Coincido con HERMENEGILDO totalmente. Es la línea que sigue en España el indigno sucesor de Osio, o Munilla o Iraburu y tantísimos otros que de hecho han reemplazado la Verdad por la autoridad. Y aún peor porque atacan, critican y denigran a los pocos valientes que hacen lo que ellos deberían hacer y no hacen. Es gracias a la colaboración de estos conservadores que conservan la revolución conciliar que la destrucción de la Iglesia en España y en el mundo ha sido un paseo militar.

    1. UNA PENA QUE UNO DE LOS POCOS QUE HABLAN, Y ADEMÁS COMO NADIE, CARLO MARÍA VIGANÓ, SEA SILENCIADO POR INFOVATICANA. SINCERAMENTE NO LO ENTIENDO. RECOJO A CONTINUACIÓN SU PROPIO TESTIMONIO AL RESPECTO:

      1. Coincido con usted , amigo Belzunegui. Yo también me sumo a la propuesta de que la apreciada Infovaticana recoja los textos de monseñor Viganó, ya que, aunque en algún aspecto puedan parecer controvertidos para la dirección de este medio, en su conjunto son muy útiles como resistencia frente a Francisco.

        1. Pero bueno, cada medio tiene su línea informativa, ¿no? Yo cuando quiero leer lo último de Viganò me basta con un clic. No tengo que esperar a los rollos interminables de copia-pega de Belzunegui. ¡Soy autónomo, y me imagino que Infovaticana y sus lectores también!

          1. Ni me gusta que se bombardeen los espacios en los que lectores debatimos civilizadamente las noticias de Infovaticana, con lo que sólo a uno o dos les apetece y sin venir a cuento. No se debe avasallar lo que se ofrece para uso de todos.

      2. CM Viganó está de la parte de la solución. Otros que están de la parte del problema, hasta reciben buena acogida por parte de Infovaticana. Creo que este artículo debe hacer recapacitar a Infovaticana con respecto a Viganó, aunque los que odian a Viganó, anti católicos recalcitrantes, no lo deseen. Si lo desearan me preguntaría ¿qué está haciendo mal Viganó?

        1. Pues servidor está perfectamente informado sobre Viganò –que me gusta y cuyos escritos sigo desde el «affaire McCarrick»–, sin necesidad de estar exigiendo día y noche a InfoVaticana ni a ningún otro medio de comunicación que lo difunda porque yo lo digo.

          1. Que pesado es usted Sr. Lector. Haga lo que le venga en gana respetuosamente, pero no critique a los demás por obrar con el mismo derecho.

          2. Derecho nunca ha habido en Internet a poner en los comentarios todos los «off-topics» que uno quiera. Se habla incluso de una etiqueta o «netiquette», algo que recuerda al respeto. Pero, vamos, qué les voy a contar, si ya hacen lo que les da la gana. Tampoco es de vida o muerte, en efecto.

          3. Y por último: tampoco pienso que le hagan ningún bien a Belzunegui jaleando siempre sus «expansiones». Ésa es la verdadera medida del aprecio que ustedes le tienen.

    2. Specola, en su artículo de hoy. le dedica nada menos que 5 largos y fabulosos párrafos a Carlo María Viganó. Muchas gracias, Specola, como siempre.

  4. La jerarquía eclesiástica tiene muy buena vida. Comen, beben, lo mejor. Viaja a todos los rincones del mundo. Todo con dinero de los contribuyentes. Los sacerdotes no tienen ingresos fuera de la Iglesia, por eso tienen miedo de estar en la calle. El trabajo real sería la solución. Es como dijo Mel Gibson, los sacerdotes son asalariados, no pastores.

    1. San Benedicto fundó la orden monástica porque entendió que para vivir la vida contemplativa era necesario un trabajo productivo para llevar el alimento a la mesa. Su lema «Ora et Labora».

  5. En realidad «el silencio de los buenos» es el silencio de los mercenarios. Cristo no quiere que pongamos la luz bajo la mesa sino en alto para que ilumine. Por eso debemos emular la valentía de Schneider, Burke y otros, para refutar los errores de Francisco y de cuantos se equivocan.

    1. UNA PENA QUE UNO DE LOS POCOS QUE HABLAN, Y ADEMÁS COMO NADIE, CARLO MARÍA VIGANÓ. SEA SILENCIADO POR INFOVATICANA. SINCERAMENTE NO LO ENTIENDO. RECOJO A CONTINUACIÓN SU PROPIO TESTIMONIO AL RESPECTO:

  6. Los que permitís que se prohíba la Misa Tradicional, ¿la habéis celebrado alguna vez? Los que desde lo alto de vuestras cátedras de liturgia dictáis amargas sentencias sobre la Misa de antes, ¿habéis meditado alguna vez en sus oraciones, sus ritos y sus sagrados gestos ancestrales? Me lo he preguntado muchas veces en estos últimos años. Porque yo mismo, que he conocido esa Misa desde pequeño, que cuando todavía llevaba pantalón corto aprendí a acolitarla, prácticamente la tenía olvidada y perdida. Introibo ad altare Dei. Me arrodillaba en invierno sobre las gradas heladas del presbiterio antes de ir al colegio. Sudaba bajo la ropa de monaguillo en algunos días de canícula. Me había olvidado de esta Misa, que fue precisamente aquella con la que me ordené sacerdote el 24 de marzo de 1968,

    1. en una época en la que ya se oteaban en el horizonte los primeros indicios de aquella revolución que en poco tiempo despojaría a la Iglesia de su más valioso tesoro para imponer en su lugar un rito adulterado.

  7. Pues bien, aquella Misa que las reformas conciliares suprimieron y prohibieron en mis primeros años de sacerdocio permanecía como un lejano recuerdo, como la sonrisa de una persona querida lejana, la mirada de un pariente difunto y el amable tañido de las campanas en los domingos. Era algo relacionado con la nostalgia, la juventud, el entusiasmo de una época en que las obligaciones eclesiásticas aún estaban por venir, en la que todos creíamos que el mundo podía recuperarse de la posguerra y del peligro del comunismo con un renacimiento espiritual. Queríamos creer que el bienestar económico vendría acompañado de un renacimiento moral y religioso de nuestro país. A pesar del 68, las huelgas, el terrorismo, las Brigadas Rojas y la crisis de Oriente Próximo. Entre mil y un comtidos eclesiásticos, se consolidó en mi memoria el recuerdo de algo que en realidad había quedado sin resolver y que por el momento se había dejado de lado durante años.

  8. Algo que esperaba pacientemente, con la paciencia que sólo Dios tiene con nosotros.

    Mi decisión de denunciar los escándalos de los prelados estadounidenses y la Curia Romana me brindó la oportunidad de ver desde otra perspectiva no sólo mi misión como arzobispo y nuncio apostólico, sino también el alma de aquel sacerdocio que mi servicio, primero en el Vaticano y más tarde en Estados Unidos, había dejado incompleto; más para mi sacerdocio que para el ministerio. Lo que hasta aquel momento no había entendido me resultó diáfano debido a una circunstancia inesperada, cuando mi seguridad personal pareció peligrar y, de mala gana, me vi obligado a vivir prácticamente en la clandestinidad, lejos de los palacios de la Curia.

  9. Entonces, gracias a aquella bendita separación, que actualmente considero una especie de vocación monástica, me llevó a redescubrir la Misa Tridentina. Recuerdo bien el día en que en lugar de la casulla me revestí con las vestiduras tradicionales, gorjal ambrosiano y manípulo. Recuerdo el temor que experimenté al pronunciar, al cabo de casi cincuenta años, aquellas oraciones del Misal que afloraban a mis labios como si las hubiese recitado hacía poco tiempo. Confitemi, Dominus, quoniam bonus en lugar del salmo Judica me, Deus del Rito Romano. Munda cor meum ac labia mea. Estas palabras ya no eran las del acólito o el joven seminarista, sino las del celebrante. De mí que, me atrevo a decir por primera vez, celebraba ante la Santísima Trinidad.

  10. Pues si bien es cierto que el sacerdote es una persona que vive esencialmente para los demás –para Dios y para el prójimo–, también es verdad que si no es consciente de su propia identidad y no cultiva la santidad su apostolado será estéril como címbalo que retiñe.

    Sé bien que estas reflexiones pueden dejar indiferente, o incluso despertar compasión, en quien jamás haya tenido la gracia de celebrar la Misa de siempre. Pero supongo que pasará igual con quien nunca se haya enamorado y no entienda el casto éxtasis del amado ante la amada, para quien no conozca la dicha de perderse en la mirada de ella. El adusto liturgista, el prelado de clergyman con el pectoral en el bolsillo, el consultor de una congregación romana que va por ahí con el último número de Concilium o de Civiltà Cattolica bajo el brazo,

    1. observan la Misa de San Pío V con la atención que pone un entomólogo en el estudio de los insectos, o como un naturalista mira las venas de una hoja o las alas de una mariposa.

  11. Sí, LOS BUENOS CALLAN!!!
    En ese Grupo hay unos que callan por esa mal entendida fidelidad, obediencia y pensamiento (mal entendido) de la infalibilidad…. Piensan que son infieles si discrepan privada o públicamente… Piensan casi que pecan… (algunos son buenos, otros son ignorantes)
    Y hay otros en ese Grupo de «los buenos» que hablarían con valentía pero prefieren callar porque piensan que (por MUCHAS razones) si hablaran, perjudicarían más que ayudarían a la comunión de la Iglesia. Están rezando y esperando….. (en Dios!!!).

  12. Es más, a veces me pregunto si lo hacen con la asepsia del cirujano que corta con el bisturí un cuerpo vivo. Pero si un sacerdote con un mínimo de vida interior se acerca a la Misa antigua, independientemente de que la hubiera conocido antes o la acabe de descubrir, quedará hondamente impresionado por la majestuosidad del rito, como si saliera del tiempo y se adentrara en la eternidad de Dios.

    Lo que me gustaría que entendieran mis hermanos en el episcopado y el sacerdocio es que esa Misa es intrínsecamente divina, porque en ella se percibe lo sagrado de un modo visceral; literalmente, uno se siente arrebatado al Cielo, en presencia de la Santísima Trinidad y la corte celestial y lejos del mundanal ruido. Es un canto de amor en el que la repetición de los gestos, reverencias y palabras sagradas no tiene nada de superfluo, del mismo modo que una madre nunca se cansa de besar a su hijo y una esposa de repetir a su esposo que lo quiere.

  13. Aunque la Iglesia funcione como una secta papolatra, no explica cómo hemos podido llegar hasta aquí, a que alcen la voz menos de los dedos de una mano.
    Tampoco se puede explicar el monumental cambiazo a una nueva iglesia del CV2, por generación espontánea.
    Todo se venía larvando desde el siglo Xix, San Pío X contraataco bien, pero los sucesivos papás bajaron la guardia y el golpe de mano de Juan 23 permitió el golpe de mano del CV2
    A partir de ahí vinieron todos los papás modernistas de la nueva iglesia, que infestaron de obispos y cardenales modernistas y sin virilidad la Iglesia.
    Así se puede entender que tantos miles de prelados ninguno alce la voz contra las ignominias de Francisco, salvo dos o tres
    Están ciegos y sordos a la verdad, solo tienen ojos para sus vacunas aborteras creyendo que así protegen sus decrépitos cuerpos, pero me temo que con ellas llega su final

  14. El silencio de los que Dios ha puesto como centinelas de su pueblo, no sólo despeja el camino a los malvados, herejes o descaminados, sino que es el factor decisivo para que acaben triunfando. Bien sea que callen por cobardía, por indiferencia o por pereza, se convierten en sus cómplices, y en responsables del mal generado. Perros mudos, los llama el Señor.

  15. El silencio de Sarah, Munilla Cañizares, el P. Santiago Martín, Infocatólica (que en las noticias del Papa no admite comentarios ), y tantos otros, no es algo bueno, sino que es un error que se basa en la absurda creencia de que no se puede corregir al Papa. Y si esto fuera así, entonces San Pablo no habría refutado a San Pedro.

    1. Los que citas son neocones, un beicon es un liberal conservador, a todos les mola el CV2 y la misa novus ordo, es una cuestión ideológica, no hablarán porque están en la nueva iglesia, no se puede pedir leras al olmo

    2. Es por eso que dejé de enviar comentarios a Infocatólica, porque no permiten comentarios sobre Bergoglio, o no publican los comentarios que uno envía sobre algún otro asunto escritos con respeto y sin denigrar a nadie.
      Agradezco a Infovaticana me publiquen los comentarios.

  16. D’accordo, ma è pur vero che ci sono troppi «cattivi», visto che definite falsi buoni coloro che tacciono, che straparlano, prima di aver studiato e pianificato strategie vincenti di attacco difensivo. E fanno più danni che quelli che pretendono di denunciare.

  17. Los buenos no se atreven a hablar porque son silenciados de inmediato. He podido comprobar cómo a los fieles y verdaderos sacerdotes que se han atrevido a hablar alto y claro, los han apartado como cacharros inútiles. Y también he visto cómo otros han tenido que cambiar su discurso para que no les sucediera lo mismo, ya los habéis mencionado aquí. Qué dolor. ¡¡¡Que el Señor haga surgir profetas y santos en su iglesia, que levanten sin miedo la voz de la verdad, para que el pequeño y fiel rebaño no sea confundido jamás!!! Jesucristo no abandonará a su iglesia. Oremos sin descanso.

  18. Los buenos no callan
    Desprecian
    Maldicen por lo bajo

    Esperan ver esta lacra colgada de una higuera
    Pero no tienen dignidad ni para eso

    Hay de los que día a día, hora a hora continúan escupiendo a Dios!!!

  19. Coincido. El Cardenal Sarah me ha resultado una enorme decepción, corriendo el cuerpo para no mancharse. Müller sólo habló luego de que lo tiraran por la ventana.
    Sólo quedan Schneider y Viganò, a quienes ya les colgaron el cartel de tradi-locos sólo por permanecer católicos.

  20. Los buenos callan.
    Como el trigo y la cizaña, hay buenos y malos mezclados en todas partes.
    Hoy por hoy Francisco es el papa, es de malos rezar por el y callar? Deberíamos todos insultar y criticar, con que fin?
    Más vale rezar, educar a nuestros hijos y sin duda dar ejemplo de una Tradicion unida, leer textos profundos, y hacer crecer el grano de mostaza.
    Tenemos en nuestra historia generaciones de mártires, y muchos Santos torturados por los distintos gobiernos de la Iglesia y de la Órdenes religiosas, nada nuevo.

    1. Leticia Casans, lo que dices es sabio y prudente pero…cuidado con ese ligero aroma a tibieza…Esos Santos torturados lo fueron porque no callaron.

  21. Eso es la Iglesia

    institutodelverboencarnado.org/fotos-de-la-semana-17-de-diciembre-de-2021/

    institutodelverboencarnado.org/fotos-de-la-semana-empezando-2022/

  22. Me dirá el teólogo que eso es doctrina común, y que la Misa es ni más ni menos que eso, sea cual sea el rito. Racionalmente, no lo niego. Pero si bien la celebración de la Misa Tridentina es una constante exhortación a una continuidad ininterrumpida de la obra de la Redención constelada de santos y beatos, no me parece que eso se pueda decir del rito reformado. Si observo la mesa versus populum, veo el altar luterano o la mesa protestante; si leo las palabras de la Institución como una narración de la Última Cena, percibo las modificaciones introducidas por el Libro de oración común del anglicano Cranmer y el servicio de Calvino; si hojeo el calendario reformado, veo que faltan precisamente los santos que acabaron con los herejes de la pseudoreforma.

    1. Y lo mismo pasa con los cantos, que pondrían los pelos de punta a un católico inglés o alemán: oír bajo la bóveda de una iglesia corales de quienes martirizaban a nuestros sacerdotes y pisoteaban el Santísimo Sacramento en desprecio de una superstición papista, debería ayudar a entender el abismo que media entre la Misa católica y su falsificación conciliar. Y no digamos la lengua: los primeros en suprimir el latín fueron los herejes para que el pueblo entendiera mejor el rito; un pueblo al que engañaban impugnando la verdad revelada y propagando el error. En el Novus Ordo todo es profano. Todo es momentáneo, accidental, contingente, variable, mudable. No hay nada de eterno, porque la eternidad es inmutable, como es inmutable la Fe. Y como es inmutable Dios. CM Viganó.

      1. «…pisoteaban el Santísimo Sacramento en desprecio de una superstición papista,…»

        Eso en la boca de Viganò ( …jajajajajajajajajaja )

        1. ¿Y qué tienen que ver los sacrilegios perpetrados por los protestantes con que lo diga Viganò? ¿Conoce usted algún sacrilegio perpetrado por Viganò que le permita hacer tal afirmación y fingir esa risa de «poco cuerdo»?

  23. Apocalipis 3,14:

    14 Y escribe al ángel de la iglesia en LAODICEA: He aquí dice el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios:

    15 Yo conozco tus obras, que ni eres frío, ni caliente. ¡Ojalá fueses frío, ó caliente!

    16 Mas porque eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.

    17 Porque tú dices: Yo soy rico, y estoy enriquecido, y no tengo necesidad de ninguna cosa; y no conoces que tú eres un cuitado y miserable y pobre y ciego y desnudo;

    18 Yo te amonesto que de mí compres oro afinado en fuego, para que seas hecho rico, y seas vestido de vestiduras blancas, para que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas.

    19 Yo reprendo y castigo á todos los que amo: sé pues celoso, y arrepiéntete.

    20 He aquí, yo estoy á la puerta y llamo: si alguno oyere mi voz y abriere la puerta, entraré á Él, y cenaré con Él, y Él conmigo.

    Non Nobis.

  24. Son tiempos sin duda para la perseverancia. Para no dejar nunca de rezar aún cuando todo parece perdido, incluso dentro de la propia Iglesia. El haber encontrado la Misa tradicional y, en general, la Tradición de la Iglesia en los últimos años, ha sido el mayor regalo de mi vida, y tiene pinta de que Dios, en su plan, ha permitido que la Tradición se expanda y se dé a conocer a mucha gente durante unos cuantos años antes de esta especie de apostasía generalizada que estamos viviendo. Tratemos pues de perseverar en esta batalla y corresponder al Señor por ese gran regalo. Recemos por el papa y por toda la jerarquía, para que ellos también terminen reconociendo y defendiendo íntegramente siempre esa Tradición.

  25. Los «buenos» y los «malos». Y yo pensé que esto solo lo sabía y lo juzgaba Dios nuestro Señor…
    En fin, va a ser cierto que todo se está poniendo en duda.

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