Roche califica de “experimento” el Summorum pontificum de Benedicto XVI

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En declaraciones a TVSvizzera, el prefecto para para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, el arzobispo Arthur Roche, ha dado públicamente la versión oficial sobre el motu proprio Traditionis custodes, que habría venido a cerrar el “experimento fracasado” emprendido por Benedicto XVI.

La cosa iría así: Benedicto XVI, en un intento de integrar plenamente en el rebaño católico a los miembros de la Fraternidad Sacerdotal de San Pío X, crea la comisión Ecclesia Dei y promulga el motu proprio Summorum pontificum por el que se da libertad, sin necesidad de permiso previo, para la celebración de la Misa Tradicional.

Pero el “experimento”, nos dice Roche, que ha sucedido a su colega Robert Sarah al frente de la congregación para la liturgia, se demostró un fracaso solo catorce años después, por lo que Francisco se habría visto obligado a cancelarlo con su documento Traditionis custodes.

El nuevo motu proprio, en la visión de Roche, habría sido una vuelta a la normalidad, ya que el rito surgido del concilio es la forma “normal”, siendo esta “la voluntad del Papa y de la gran mayoría de los obispos católicos”, algo que debemos creer por fe ya que los resultados de la famosa encuesta nunca fueron publicados.

Roche se apunta al modelo ‘evolutivo’ de la verdad católica, sosteniendo que “lo que se produjo en 1570 [la ordenación del rito de la Misa por San Pío V] fue totalmente apropiado para la época. Lo que se produce en esta época también es totalmente apropiado para la época”.

Uno apostaría que a San Pío V le sorprendería enormemente saber que lo que estaba promulgando, y sobre lo que expresó su voluntad para que durase a perpetuidad, era simplemente hacer algo “apropiado para su época”. Para empezar a distinguir, Pío V no tenía ni conciencia ni intención de estar “innovando” en la liturgia, sino exactamente lo contrario: codificando la forma inveterada de la Santa Misa, expurgándola de novedades y añadidos que se habían incorporado en varios tiempos y lugares. No es algo que pueda afirmarse con el Novus Ordo, ni se ha pretendido hacerlo.

En cualquier caso, la explicación que hace Roche sobre las intenciones de Benedicto al promulgar su motu proprio están expresamente desmentidas por el propio Benedicto en varias ocasiones, incluyendo el propio Summorum pontificum, en el que aclara que la Misa Tradicional nunca ha sido abolida.

Sorprende, en cualquier caso, que la celebración de la Misa como se ha hecho durante tantos siglos preocupe tanto en aras de la unidad como para acabar con ella, cuando el caos litúrgico que puede observarse hoy asistiendo a Misa en parroquias al azar en el mundo muestra un panorama a miles de kilómetros de cualquier sentido de unidad.