Sacerdote africano advierte al Papa contra el peligro de la ‘moral situacional’

Jesusmary Missigbètò Papa Francisco
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El padre Janvier Gbénou, un sacerdote africano de 41 años nacido en Benín y residente en Costa de Marfil, lo ha vuelto a hacer. Este pasado marzo fue suspendido como sacerdote y se encuentra en proceso de expulsión del Opus Dei tras haber criticado el apoyo del papa Francisco a las uniones civiles de parejas homosexuales. Y ahora le escribe una carta abierta alertándole del peligro de esta postura, que achaca a la ‘moral situacional’ que se está insinuando en la Iglesia.

En el encabezado de la carta, que dirige al Papa, a los obispos y a todos los fieles, ya advierte que se trata solo de la primera de dos, y en el subtítulo pide al Pontífice una rectificación, en línea con la admonición en el mismo sentido publicada por el obispo Schneider, auxiliar de Astaná.

La carta empieza con un viejo cuento árabe. Un rey pregunta a uno de sus consejeros qué piensa el pueblo de su soberano. El consejero, a su vez, le pregunta: “¿Queréis que os diga algo agradable, o la verdad?”. “¡La verdad!”, replica en seguida el monarca. El consejero entonces le dice al rey: “Si es la verdad lo que queréis oír, concédeme primero un favor”. El rey le responde que le concederá lo que le pida, a lo que el consejero responde: “Lo que os pido es el caballo más veloz de vuestras cuadras, para escapar cabalgando lejos de vos en cuanto os haya dicho la verdad”.

Gbénou -o Jesusmary Missigbètò, como firma la carta- espera no necesitar ese caballo, pero su experiencia no es demasiado esperanzadora en ese sentido. La lealtad del padre Jesusmary a las enseñanzas de Cristo le ha llevado a un conflicto con sus superiores que nunca había imaginado. Con valentía, defiende y sufre por Cristo y su verdad.

Gbénou empieza haciendo un sistemático examen de la cuestión, en el que destaca las consecuencias que tendrá esa ‘moral situacional’ que, en su opinión, avanzó el Papa al mostrarse favorable al reconocimiento oficial de las uniones homosexuales: pérdida del valor del Sacramento del Matrimonio, problemas para educar a los hijos hacia el verdadero amor entre un hombre y una mujer como querido por Dios Creador, para las futuras vocaciones sacerdotales y religiosas, para la seguridad de los cristianos frente al terrorismo, la coherencia moral de la doctrina cristiana, la fe de los fieles, la unidad y la paz de la Iglesia, etcétera.

Cita a los Papas anteriores y salpica sus juicios con abundantes referencias a la actualidad eclesial y social, e incluso del presente sínodo, del que dice: “Desde 2016, muchos signos nos empujan a decir que nuestra Iglesia necesita un sínodo sobre la verdad, las medias verdades y la ética situaciones antes que un sínodos sobre la sinodalidad”.

El sacerdote sancionado anuncia para terminar que a lo largo del pontificado de Francisco ha detectado cinco ocasiones en las que el Papa se ha acercado peligrosamente a la ‘ética situacional’, y que así como en la presente carta se ha fijado en una de ellas, en la próxima enumerará las demás. 

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