Lo absurdo e injusto de pedir perdón por el pasado

Pedir perdón Iglesia pasado
|

«Es teológicamente absurdo e históricamente injusto pedir perdón por el pasado». Así titula Gabriel Calvo Zarraute, blogero de InfoVaticana, su último artículo en el que, a raíz de la carta del Papa al presidente del episcopado mexicano, con motivo del bicentenario de la independencia del país norteamericano, analiza la moda de pedir perdón por cuestiones pretéritas, muy en boga en nuestra época.

La primera cuestión consiste en determinar qué es la Iglesia, pues el error reside en considerar que las decisiones equivocadas de algunos jerarcas son constitutivas, o sea propias de la Iglesia, como si fueran dogmas de fe. El Espíritu Santo ilumina progresivamente a la Iglesia, donde a lo largo de su historia se han producido una serie de decisiones en el orden práctico, especialmente en medidas concretas, que pudieran ser oportunas para un determinado momento y que posteriormente ya no resultaban adecuadas, y otras que nunca fueron coherentes con el Evangelio. La Iglesia es instrumento de santificación, sin embargo, en este mundo su santidad no es perfecta y no es capaz de evitar que todos sus hijos, también los constituidos en jerarquía, cometan pecados que dañan el testimonio y actuación de la Iglesia.

Resulta absurdo e injusto, por anacrónico, condenar las actuaciones de nuestros antepasados por compartir la cosmovisión de su época histórica concreta y carecer de la mentalidad, supuestamente pluralista y filantrópica, del hombre contemporáneo. En cualquier caso, tales decisiones lo fueron de las personas que las tomaron, no de la Iglesia en cuanto tal, y por supuesto han de ser situadas en su contexto histórico.

Nos encontramos ante la estrategia derrotista y acomplejada del «perdonismo», por la que la mayor parte de la jerarquía eclesiástica ha optado desde el Vaticano II y que solo conduce a que los enemigos de la Iglesia de Cristo se sientan ratificados en sus calumnias. De este modo, la sociedad ve confirmados los prejuicios que han inoculado en su mente la corrupta e ignara clase política, el sectario sistema educativo y los medios de manipulación de masas como el cine, los documentales, las series, etc. Resulta suicida asumir las calumnias, objetivamente falsas, que sobre ti lanza el enemigo.

Los pecados de los miembros de la Iglesia no recaen sobre ella porque es Santa. La Iglesia carece de pecados. Que un padre de familia tenga la desdicha de que uno de sus antepasados fuera un asesino no lo criminaliza a él. Por consiguiente, ni el Papa ni nadie puede ser responsable de los pecados de las personas que nos precedieron.

Conceder valor absoluto a las decisiones de los jerarcas de la Iglesia implica un grave error teológico al divinizar voluntades humanas falibles, elevando cualquier decisión del politburó eclesiástico a la categoría ex cathedra, es decir infalible. Sustituyendo así la verdad por la autoridad, entendida en clave nominalista y fideísta y, en derecho, positivista. Así se comprende la desafortunada decisión de Juan Pablo II cuando durante el Jubileo del año 2000 realizó la denominada «purificación de la memoria»: una petición de perdón ambigua y contraproducente que solamente produjo una mayor confusión entre los católicos.

El principio de unidad en la Iglesia, y por el cual el Papa posee autoridad, es la gracia del Espíritu Santo que Cristo concede por los medios que Él ha establecido, mientras que los pecados y errores, ya sea de fieles, ya sea de pastores, no tienen por principio el Espíritu Santo. Con lo cual, carece de sentido, en rigor, este tipo de petición de perdón que obedece más a la supeditación de la fe a la política. Como mucho se podrá reconocer que algunos eclesiásticos actuaron mal, o que faltó fidelidad al Evangelio, siempre, por supuesto, aclarando adecuadamente el contexto histórico. En todo caso, la oportunidad de ese tipo de explicaciones debería realizarse dentro de un ámbito académico, en el que se pueda establecer un debate riguroso y no en un contexto propicio al indigenismo, penúltima mutación, junto a la ideología de género, del comunismo.

Por Gabriel Calvo Zarraute.

Ayuda a Infovaticana a seguir informando

Comentarios
62 comentarios en “Lo absurdo e injusto de pedir perdón por el pasado
  1. Espléndidas y necesarias palabras que yo llevaba decenios deseando que alguien pronunciara.
    Ojalá lo sepamos difundir. La idea creo que ya muchos la teníamos, pero aquí está muy bien expresada.
    Para memorizarlo

  2. «No se puede ignorar las sombras que acompañaron la obra de evangelización del continente latinoamericano: no es posible olvidar los sufrimientos y las injusticias que infligieron los colonizadores a las poblaciones indígenas, a menudo pisoteadas en sus derechos humanos fundamentales». (Benedicto XVI)

    1. Se han cometido muchos y graves pecados contra los pueblos originarios de América en nombre de Dios y estás injusticias de la Iglesia, que durante estos 500 años os ha acompañado en vuestro caminar, hará cuanto esté en su mano para que los descendientes de los antiguos pobladores de América ocupen en la sociedad y en las comunidades eclesiales el puesto que les corresponde.
      Juan Pablo II

      1. Muy bien Miguel y Quique. Lo que yo llevo criticando desde hace tiempo es que la Iglesia (más bien el Papa), a partir del Vaticano II, pide perdón por absolutamente todo y le da la razón al enemigo. El complejo constante de pedir perdón por existir. Se ha comprado el mensaje, en muchas ocasiones falso o de medias verdades, y no se ha buscado defender en ningún momento la historia de la Iglesia. Esto va de la mano con el complejo de los católicos frente a los protestantes o el clásico «somos católicos pero que no se note mucho no sea que nos llamen ultras, reaccionarios»… Un claro ejemplo. ¿Cuánta gente piensa que Galileo fue condenado a muerte por la Inquisición?¿Cuántos piensan que la Inquisición exterminó a millones de personas en hogueras que nunca acababan? Pues así con todo, pasando por las cruzadas y la Evangelización de América.

      2. Quique Fernández/Miguel ha tenido la deferencia de dejarnos 5 minutos entre sus «brillantes» comentarios para disimular (o igual es lo que ha tardado en hacer el corta-pega entre ambos):

        El recurso troll que emplea es muy viejo: ahora toca, tras el abuso de la «falacia del hombre de paja» y la «falacia del falso dilema», otra falacia más: el «argumento de autoridad» (también conocido como «argumentum ad verecundiam» o «magister dixit»), que consiste en defender algo como verdadero por la autoridad de quien es citado en el argumento (en este caso ni se ha molestado en poner de su propia cosecha). El problema es que la historia es cosa de historiadores, no de Papas, que pueden patinar en materias que no le son propias, como en este caso al evaluar hechos del pasado muy discutibles. Como las citas elegidas sean todos sus argumentos…

          1. ¿»Magisterio de los santos»? ¿Y eso qué es? Tiene cada ocurrencia cuando se queda sin argumentos… No existe tal chorrada. Y las opiniones personales de los Papas en materia de cocina, equitación, ajedrez e incluso historia, son sólo eso: su propia opinión, acertada o no si se acerca más o menos a la verdad, no porque lo dijeran ellos. Veo que desconoce casi todo sobre la Iglesia, y lo poco que conoce, lo conoce mal (o se lo inventa).

          2. Reconozco que me ha hecho reír. ¿desde cuando lo que dice en un discurso el Papa es Magisterio? Ni idea tienes de lo que es el Magisterio, Miguel

          3. Juan Pablo II es santo y el Magisterio según la RAE son las enseñanzas.
            No es mi culpa que no respetes ni las entradas de la RAE.

          4. Traduciré para los que estáis peleados con el diccionario…
            Ya no respetais ni aquello que nos enseñaron los santos.
            O tal vez no reconozconocris que es santo?

          5. Miguel, no fastidie, que hoy es la fiesta de San Miguel Arcángel, no el día de los inocentes. ¿Se cree que somos idiotas? Pero, ¿qué forma de razonar es ésa? «Juan Pablo II es santo; Magisterio son las enseñanzas; ergo… las enseñanzas de un santo son Magisterio».

            Pues no, lo siento. Lo primero, porque no todo lo que dice un santo es enseñanza; lo segundo, porque no todo lo que enseña un santo es verdadero por ser el hecho de ser santo, sino en función de que se acerque más o menos a la verdad; y tercero, tampoco todo lo que dice un Papa es Magisterio, por muy santo que sea.

            Deje de desbarrar y desviar cada tema en el que comenta. Ahora sólo falta que se ponga a divagar sobre la Real Academia Española. Ver para creer.

          6. Vamos lo tuyo es la iglesia a medida si lo que dice me gusta es válido si no…
            A la papelera y como si nunca se hubiera dicho o pasado.

          7. ¿Usted hablando de «iglesia a medida»? Lo dicho: se cree que es el día de los inocentes. Límitese a no soltar herejias día sí y día también, en vez de dar lecciones de lo que, evidentemente, desconoce (que de la religión católica es todo o casi todo).

          1. La única verdad es que es usted muy cansino. Y por más que le corrijan sigue sin aprender. Debe de ser un caso único de incapacidad para el aprendizaje (en mayor o menor medida a todo el mundo se le queda algo cuando se lo explican… salvo a usted). No será porque no lo intentamos… Para que luego diga que los comentaristas «no le aman».

    2. No se puede pedir perdón, como si fuera algo colectivo, por los supuestos pecados y errores individuales de gente que ya ha fallecido. Se puede reconocer lo que se quiera, pero, ¿pedir perdón? ¿Le parecería normal que un próximo pontífice, micrófono en mano, dijese desde la ventana del Palacio Apostólico: «pido perdón en nombre de la Iglesia por los errores y pecados de mi predecesor Francisco»? Un futuro Papa podrá subsanar los entuertos, pero ¿pedir perdón por él, atribuyendo a todos sus errores personales? Diga que sí, ande, que lo quiero leer escrito por usted y el resto de corifeos.

  3. «La Iglesia, que con sus religiosos, sacerdotes y obispos ha estado siempre al lado de los indígenas, ¿cómo podría olvidar en este V Centenario los enormes sufrimientos infligidos a los pobladores de este Continente durante la época de la conquista y la colonización? Hay que reconocer con toda verdad los abusos cometidos debido a la falta de amor de aquellas personas que no supieron ver en los indígenas hermanos e hijos del mismo Padre Dios». (San Juan Pablo II)

    1. Sacadas de contexto estas palabras de San Juan Pablo II, que siempre admiró la evangelización de América llevada a cabo x los españoles. Que matizara algo, vale. Luces y sombras hay siempre en TODO.

      1. La idealización de la colonización es igual de absurda que la leyenda negra donde todo fue mal.
        Hay que aceptar que hicimos algunas cosas no muy acorde a los evangelios.

        1. «La idealización de la colonización es igual de absurda que la leyenda negra donde todo fue mal».

          No, no es igual de absurda: los frutos de la colonización están a la vista de todos, mientras que las pruebas de la Leyenda Negra, ¿dónde están? Ande, preséntelas usted.

          «Hay que aceptar que hicimos algunas cosas no muy acorde a los evangelios».

          Usted, que debe de ser más viejo que Matusalén si estuvo allí entonces (por eso veía comer la merienda a los que asistían a no-sé-qué ejecuciones públicas, como asegura en otro de sus «brillantes» comentarios), quizás deba aceptar algo. Yo, desde luego, no: no estuve allí.

        2. Miguel, para empezar nada de «hicimos», yo no hice nada, quizás usted sí.

          Luego, la empresa evangelizadora, cultural y civilizadora de España en el Nuevo Mundo fue humana, y como tal, no exenta de errores y excesos. Obvio. Nadie lo niega. Pero fue exactamente eso: empresa evangelizadora y cultural. Y por tanto, merecedora de nuestro recuerdo y orgullo.

          Fin del asunto.

          1. Y está mal reconocer y disculparse por dichos errores? No de hecho es lo que se le exige a los cristianos para el perdón de los pecados y hay pecados que siguen pensando sobre la iglesia.

          2. ¿Cómo dice? ¿»Pecados que siguen pensando sobre la iglesia»? ¿Pero qué invento es ése? Los pecados son individuales. La Iglesia es Santa, no comete pecados. ¿No puede pasar un solo día sin soltar alguna herejia?

            La Iglesia no sólo exige arrepentimiento para el perdón de los pecados mediante el sacramento de la Confesión, sino también propósito de la enmienda y REPARACIÓN del daño causado. Aún no le he visto a usted pedir perdón por las múltiples mentiras y calumnias que ha lanzado contra cualquier comentarista que le contradijera a usted. ¿Qué pasa, que con usted no va la cosa? Y tampoco veo mucho propósito de la enmienda. «Consejos vendo, que para mí no tengo». No sea fariseo y comience usted pidiendo perdón por el mal que hace, en lugar de exigir a otros que pidan perdón por lo que no han hecho.

          3. Me puede decir en qué momento os he insultado cosa que catho y matamoros hacen continuamente.
            Por mí parte no es mi culpa que no tragar con el pensamiento único no creo que sea un insulto pero si se siente insultado por mi disculpa pues no es mi intención más que plasmar aquellas cosas que por ser motivo de vergüenza seguís escondido.
            Si se siente ofendido por este hecho pido disculpas.

          4. «Me puede decir en qué momento os he insultado cosa que catho y matamoros hacen continuamente».

            Usted, como siempre, tergiversándolo todo a ver si cuela. ¿Quién le ha acusado de insultar? Yo le he dicho que antes de exigir que alguien pida perdón por lo que no ha hecho, pida usted perdón por lo que sí ha hecho: mentir y calumniar, como hace en esta misma frase. ¿Yo le he insultado «continuamente»? Aparte de refutar sus disparates, lo más cercano a un insulto que le he dicho es «mentiroso», porque lo es. Usted ha demostrado que no dice cosas falsas sólo por ignorancia, sino tambi´én por mala fe, que es lo que diferencia un error de una mentira (el ánimo de engañar). Usted no se arrepiente de nada, porque lo hace a propósito. Así que, ahórrese las disculpas.

          5. Miguel, como bien explica el artículo, no tiene ningún sentido pedir perd´ón por tal cosa. Lo que tiene usted que hacer es leerse la argumentación, y refutarla si puede. Argumento: no somos responsables de los pecados de quienes nos antecedieron. ¿Se entera?

            Yo tengo que pedir perdón de MIS pecados, no de los de otros.

    2. Sí, sí: tanta «falta de amor» que no sólo se les evangelizó, sino que se respetó la vida de la mayor parte de los indígenas y muchos formaron familias con ellos, por lo que la América española está llena de indígenas y de mestizos a día de hoy, a diferencia de lo que pasó con la colonización efectuada por los protestantes en América del norte, donde los pocos indígenas que quedan son testimoniales y no hubo mestizaje. Un auténtico despropósito esa injusta generlización. Es que ser Papa no significa ser buen historiador por ciencia infusa.

  4. Completamente de acuerdo!
    Gracias por su texto.
    En el mejor de los casos, me parece una falta de cultura, de la historia y de las generaciones que vivieron entonces, y en el peor, una total falta de Fe en que la Salvación de cada alma, sea de donde sea, le llegara a través del Bautismo y los Sacramentos.

  5. Mis antepasados nunca fueron América, pero el padre de Francisco emigró a la Argentina a lo que se llamaba «hacer las Américas», como todos desde 1492, unos se hicieron ricos y otros pues lo que vemos hoy en día, así que Francisco no tiene mucho de que hablar, igual es que como no se hizo rica su familia……..

  6. España libero a latinoamerica de cientos de miles de sacrificios humanos. Ya sólo por eso, se debería dar gracias. Pero encima les trajo la cultura, la fe, etc.
    Todo esta desfachatez de pedir perdón, es obra del diablo, que quiere sepultar y que nos avergoncemos de que España llevará la fe a este continente.

    Y encima España hizo la mejor colonización que cualquier otro país del mundo, ya que consideraba a los indígenas súbditos del rey, con todos los derechos de los españoles. Cosa nunca vista en ningún otro sitio.

    1. No sólo eso sino que se habla de LA CONQUISTA como si no hubiera habido otras cuando en conjunto se puede decir que son innumerables ¿Cuántas veces lo distintos pueblos precolombinos se masacraron o conquistaron entre sí? ¿Qué hacían entre sí los pueblos aborígenes canadienses aparte de matarse y comerse entre sí? Y matarse con sadismo, por cierto. Véase lo que hacían iroqueses y hurones, por ejemplo. ¿Y en Europa? A los ingleses les conquistaron 3 veces, primero romanos, luego en el siglo V y VI los sajones y en el XI (1066 batalla de Hastings) los normandos. Y no andan gimoteando al respecto.

    2. Es curioso que mientras los libramos de los sacrificios públicos nosotros nosotros nos montamos una buenas fiestas en las plazas para ver las ejecuciones públicas convirtiendo la pena de muerte en un espectáculo público morboso donde la gente se llevaba hasta la merienda para disfrutar del espectáculo.

      1. Eso era algo común en toda Europa, no solo en España. Y en todas las culturas. La diferencia es que ahí se ajusticia al reo (reconozco que el ser humano es así y a veces goza con el mal ajeno) y en las culturas precolombinas se utilizaban a los individuos de NACIONES OPRIMIDAS por los imperios (no, no era un paraíso) para ofrecer sacrificios humanos a los dioses. Los mayas y aztecas también ajusticiaban a los criminales. Si no sabes ver la diferencia, pues allá tú.

      2. «Es curioso que mientras LOS libramos de los sacrificios públicos NOSOTROS nos montamos …»

        A ver si lo entiende: NOSOTROS no hicimos tal cosa. Sin entrar en las falacias de la Leyenda Negra, ¿por qué atribuye a los católicos actuales lo que supuestamente hicieron otros que ya est´án muertos? ¿Por qué debemos disculparnos por los presuntos errores de otros? ¿Le parecería normal que se pidiera perdón colectivo por el evidente error de sus padres (de los de usted, me refiero)? ¿A que no? Pues eso.

        ¿Y qué tienen que ver las ejecuciones por pena de muerte, que siempre fue cosa del poder civil, con haber acabado con los sacrificios humanos? Mucho hacerse el tonto, pero no para en recurrir «ad nauseam» a la «falacia del hombre de paja», intentando rebatir lo que nadie ha sostenido, y la «falacia del falso dilema», como si tuviéramos que elegir entre acabar con los sacrificios humanos o evitar que la gente merendara en las ejecuciones (seguro que usted lo vio).

      3. Miguel, es curioso que ignore el contexto histórico, y quiera poner al mismo rasero las Leyes de Indias, las más humanitarias del mundo entero en aquella época, con la antropofagia y los sacrificios humanos en masa.

        El que es relativista para la ética cotidiana lo es también para la historia.

  7. Como ya he comentado en la noticia sobre la «alegría» papal por la celebración de la independencia de Méjico, qué cómodo es pedir perdón por las presuntas culpas de otros, que además ya han muerto y no pueden defenderse. ¿Para cuándo la petición de perdón por las culpas propias? Quiero decir por los errores públicos, que no sólo exigen arrepentimiento y confesión sacramental (que es secreta), si no también reparación pública, como pública ha sido su comisión. Eso es justicia y no tanta palabrería dando alas a la Leyenda Negra.

    1. Eso de que cada uno debe responder de sus propias culpas y ser responsable de sus actos es coherente con la libertad individual y la dignidad personal; no tiene sentido que alguien vaya a la cárcel por el solo hecho de ser hijo de un delincuente. Ahora bien, cuando de instituciones se trata -estados soberanos, la Iglesia- su continuidad histórica a lo largo del tiempo justifica que sus representantes actuales, en tanto que cabezas visibles de aquellas, puedan pronunciarse sobre el tema y reconocer culpas pasadas. Por ejemplo, Juan Pablo II pidió perdón en 1992 por la condena a Galileo. Es una forma de reparar el daño causado, obligación que no recae solamente sobre su autor material, sino también sobre sus sucesores. Alemania terminó de pagar las reparaciones de la Primera Guerra Mundial nada menos que en 2010, ¿qué culpa tienen los alemanes de hoy de los daños causados hace un siglo?

    2. Dos ejemplos pésimos, Enrique: el Papa se columpió. La Iglesia actuó perfectamente en el caso de Galileo, que murió en su cama, confesado y que recibió el santo Viático. Y en cuanto al ejemplo alemán, recordarle que las deudas se heredan, pero las culpas no. El Estado alemán tendría que hacer frente a las reparaciones materiales, pero los alemanes posteriores a la guerra no tienen obligación alguna (ni material, ni moral) de pedir perdón por lo que hicieran o dejaran de hacer sus ancestros. ¡Faltaría más! Y en el caso que nos ocupa, menos, pues encima el asunto está plagado de falacias.

  8. Lo que ha dicho exactamente el Papa. No habla de España, se limita a un perdón genérico por lo que no haya sido un obstáculo para la evangelización y recuerda a los cristeros sin nombrarlos:
    «Por eso, en diversas ocasiones, tantos mis antecesores como yo mismo, hemos pedido perdón por los pecados personales y sociales, por todas las acciones u omisiones que no contribuyeron a la evangelización. En esa misma perspectiva, tampoco se pueden ignorar las acciones que, en tiempos más recientes, se cometieron contra el sentimiento religioso cristiano de gran parte del Pueblo mexicano, provocando con ello un profundo sufrimiento».

    1. «…hemos pedido perdón por los pecados personales y sociales…»

      ¡Y se queda tan pancho! Por un lado, no existen los «pecados sociales» (los pecados son siempre individuales), y por otro lado, el arrepentimiento y reparación (o petición de perdón) sólo le corresponde a quien peca (en este caso, presuntamente), no a otros en diferido.

  9. Efectivamente, el caso mexicano fue único en el mundo, ninguna otra nación tiene por qué pedir perdón y nadie lo pedirá porque a la vista está que los nativos americanos existentes en Canadá o en USA son tantos que empequeñecen las cifras de los que viven al sur del Río Grande. Por otro lado están los mestizos, gran vergüenza, que tampoco existen al norte de esa frontera. Los anglosajones fueron tan exquisitos que consiguieron reducir el número de indios a cantidades marginales y, además, no contribuyeron al mestizaje. Tendría el Papa que haber hecho la observación de cómo se hace una Conquista sin daños colaterales y la superioridad moral del protestantismo frente al catolicismo.

  10. Lo de los cristeros fue la consecuencia natural de una religión impuesta, lógicamente Plutarco Elías Calles se dio cuenta de eso antes que Francisco y su persecución estaba avalada por la justicia histórica que tanto le agrada al Papa. Por cierto, he visto en Youtube el asedio de feministas radicales a la Catedral de Guadalajara, cosa muy lógica también porque si se pide perdón hay que contar con los que no quieran perdonar y entonces habrá que derribar las catedrales testigos de la ignominia. Echar leña al fuego con el indigenismo galopando ni es inocente ni tampoco inocuo.
    Los cristeros ya se quedaron solos en 1926 y los católicos mexicanos vuelven a quedarse solos en 2021.

  11. Coincido con el articulista en que los pontífices no deben pedir perdón por presuntos errores del pasado.
    Además, si esto se quisiera llevar al extremo, también los judíos deberían pedir perdón por haber matado a Cristo, los romanos por haber invadido y torturado, los descendientes de los indios de América por sus muchas felon´ías, y suma y sigue.

    1. Sacerdote, exacto, o puestos a seguir la estela, ¡Pues anda que no tenemos los españoles motivos para exigir disculpas del orbe islámico y magrebí, por siglos de esclavitud, opresión y muerte!

    2. Es que los judíos deberían pedir perdón por haer matado a Cristo. Es paradójico que el pueblo más culto e inteligente de Occidente (por no decir del mundo), metiese la pata de esa forma.

      1. Usted si no lleva la contraria, revienta. Pues hala, propóngaselo a los judíos cuando quiera. Y luego vuelva y nos comenta cómo le ha ido.

        PD: cuando pueda me pasa su «medidor de cultura e inteligencia» (si lo tiene patentado, que si no será ilegal).

  12. El Papa pontifica en temas de ciencia medioambiental, en temas de sociología, en temas de historia, en temas de política inmigratoria… y excepcionalmente, hasta en temas de fe católica, aunque de esto último tampoco mucho, no vayamos a ser pesados y tal.

  13. Seguramente que los romanos también realizaron algún abuso cuando conquistaron la península ibérica. Pero me parecería muy absurdo exigirle al gobierno italiano que se disculpara por la conquista de la Hispania romana. Porque somos lo que somos en gran parte gracias a esa conquista. Como ridículo es los que exigen que pidamos perdón a los musulmanes por la Reconquista.

  14. Esta absurda disculpa por la colonización de America me recuerda mucho a la famosa secuencia de la película de la vida de Brian. A parte del alcantarillado, la sanidad, la enseñanza, el orden público, la irrigación, las carreteras y los baños públicos, ¿qué han hecho los romanos por nosotros?

  15. Los de ahora ponen cara de oveja, pero el trabajo de cilivizar lo pusieron nuestros antepasados que murieron allí. Si no fuera por ellos….qué Iglesia Católica existiría ahora allí…..como la de China?

  16. Cuando Carlos I tuvo remordimientos de conciencia por invadir América, el P. Vitoria, se los quitó diciendo que ello era necesario para predicar el Evangelio (es un chiste malo que a este señor lo consideren el padre del derecho internacional, como no sea del derecho a invadir, porque su doctrina era la doctrina Breznev del siglo XVI). Luego, es obvio que la Iglesia tuvo una gran culpa en las atrocidades que se hicieron con los indios (y que siguen haciéndose a día de hoy). Es obvio, que si la Iglesia quiere tener un mínimo de credibilidad, debe disculparse por todas las atrocidades cometidas en su nombre y por su culpa.

    1. ¿Invadir América? Jajajaja. Ya llega la ración de risas mañanera. En fin.

      «…si la Iglesia quiere tener un mínimo de credibilidad, debe disculparse por todas las atrocidades cometidas en su nombre y por su culpa».

      Aparte de que la Iglesia jamás ha pedido «hacer atrocidades», por lo cual quien las haga no puede escudarse en que así lo manda la Iglesia, si alguien se pone a asesinar a otros en su nombre, ¿debe usted pedir perdón? Es usted el rey del sofisma y el absurdo.

      Puede empezar cuando quiera, «si quiere tener un mínimo de credibilidad», a pedir perdón por las atrocidades cometidas por los anticatólicos como usted.

  17. El Papa alemán afirmó “no es posible olvidar los sufrimientos y las injusticias que infligieron los colonizadores a las poblaciones indígenas, a menudo pisoteadas en sus derechos humanos fundamentales. Pero la obligatoria mención de esos crímenes injustificables —por lo demás condenados ya entonces por misioneros como Bartolomé de las Casas y por teólogos como Francisco de Vitoria, de la Universidad de Salamanca— no debe impedir reconocer con gratitud la admirable obra que ha llevado a cabo la gracia divina entre esas poblaciones a lo largo de estos siglos”. (23.05.2007).

    1. El Papa se columpió. No hizo mas que repetir las mentiras y exageraciones de la Leyenda Negra, que tras varios siglos en circulación muchos se creen aunque no tengan el menor r i g o r intelectual. Bartolomé de las Casas, aparte de no haber estado en las Indias mas que unos pocos años y no conocer ni la lengua indígena, se inventó gran parte de de lo que relata en su «Brevísima relación», sobre cuyas cifras pocos historiadores actuales dudan de su falsedad. Igual tenía mala conciencia por lo que él mismo había hecho, pues fue encomendero antes que fraile. Hasta el impío Voltaire reconoce en su «Ensayo sobre las costumbres» (1756) que Bartolomé de las Casas exageró aposta el número de muertos. Como dice María Elvira Roca Barea en «Imperiofobia y Leyenda Negra», «la mera lectura es suficiente para desacreditar (la ‘Brevísima relación’) como documento fidedigno».

  18. El proceso designado por S. Juan Pablo II de cara al Jubileo del año 2000 y establecida por Mons. Ratzinger una comisión que presentó un documento Memoria y Reconciliación, de muy interesante lectura. Mi impresión, en aquellos tiempos y hoy es que es un tipo de producción de «buena intención» y malos resultados. Por hacer un bien que excede nuestras posibilidades humanas, terminamos como tirándonos un tiro en el pie.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 caracteres disponibles