En la reunión que mantuvo el Papa con los jesuitas de Eslovaquia, el Santo Padre aseguró que muchos querían que muriese durante su operación de colon y calificó de “obra del diablo” la labor de una cadena de televisión católica.
Este último viaje apostólico de Su Santidad se ha caracterizado, entre otras cosas, por sus referencias ‘anónimas’ a personajes e instituciones muy fáciles de desentrañar. Así, habló en su alocución a los obispos y sacerdotes eslovacos de la carta que había recibido recientemente de un obispo que le contaba: «hemos vivido 400 años bajo los turcos y luego cincuenta años bajo el comunismo, y hemos sufrido, pero estos siete años con este nuncio han sido peores que las otras dos experiencias”. No dio nombres, pero tampoco hay tantos países que hayan vivido medio siglo de comunismo y cuatrocientos años de dominio otomano cuyo episcopado haya tenido roces con el nuncio, así que muchos observadores pusieron inmediatamente nombre a este ‘terrible’ prelado anónimo: Anselmo Guido Pecorari, quien el propio Francisco envió como nuncio de Bulgaria y Macedonia.
Otro tanto puede decirse de la declaración que, con motivo de una pregunta sobre las vacunas contra el covid, hizo en el vuelo de vuelta sobre el cardenal ‘negacionista’ al que se refirió con estas palabras: “También en el colegio cardenalicio hay algunos negacionistas y uno de ellos, pobre, estuvo ingresado con el virus. Ironías de la vida”.
Sí, pobre cardenal Raymond Burke, que no es negacionista sino que expresó reparos morales ante la vacuna por su vinculación con el aborto y que está afortunadamente recuperado. Si llega a morir, ya solo quedaría un firmante de las Dubia, el cardenal Brandmüller, por esperar a que el Papa le responda -se acaban de cumplir cuatro años- o, al menos, le reciba en audiencia.
Y llegamos a la reunión con los jesuitas eslovacos y a esta referencia: “Por ejemplo, hay una gran cadena católica de televisión que continuamente habla mal del Papa sin ningún problema. Yo personalmente puedo merecerme ataques e injurias porque soy un pecador, pero la Iglesia no se merece esto: es obra del diablo”.
Tampoco, en esta ocasión, es difícil deducir cuál es esta gran cadena católica que es obra del diablo, porque no hay tantas. De hecho, los más enconados críticos de dicha cadena, la EWTN americana fundada por la Madre Angelica, como el corresponsal en Roma de The Tablet Christopher Lamb, ya se relame preguntándose cómo va a responder el canal a esta grave acusación del pontífice, e incluso da ideas para una purga. Es difícil ver cómo podría Michael Warsaw, Presidente de EWTN, seguir siendo miembro del consejo del departamento vaticano de comunicaciones a menos que ordene cambios en la dirección editorial”, ha tuiteado.