«Traditionis Custodes me ha venido bien, he redescubierto el silencio y los gestos»

Jorge González Guadalix Traditionis Custodes
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Jorge González Guadalix es sacerdote diocesano de Madrid. Este párroco rural, de la sierra del norte de la región, tiene un blog alojado en InfoCatólica. En su último artículo, este sacerdote comenta los frutos positivos que le ha aportado Traditionis Custodes.

“Tengo que reconocer que la publicación del motu proprio “Traditionis custodes” me ha venido muy bien”, escribe, reconociendo no haber celebrado jamás una Misa Tradicional. Leyendo la carta y el motu del Papa, Guadalix se ha visto “en la obligación de repasar y conocer”.

“Repasar los grandes documentos sobre la celebración de la eucaristía y las rúbricas del misal, porque pudiera ser que uno vaya cogiendo vicios y tomándose ciertas libertades que no hay por qué, y conocer un poco mejor la celebración de la misa tradicional, que hoy, con toda la información y los videos que hay en internet, tampoco es tan complicado”, dice el sacerdote rural.

Confiesa que de la misa tradicional le han impresionado “los silencios y la cantidad de gestos y signos a lo largo de la celebración”. Del repaso de las rúbricas del misal de Pablo VI ha descubierto también “bastantes gestos que con demasiada frecuencia pasan desapercibidos si no se omiten por completo, como el caso del lavabo”.

“Creo que, en nuestra liturgia actual, en considerable medida, hemos ido suprimiendo gestos y silencios para cambiarlos por una verborrea infinita, cansina, repetitiva, vulgar que en lugar de mover a devoción mueve a agotamiento”, afirma el sacerdote de Madrid.

Guadalix, por tanto, ha sido consciente de nuevo de la importancia de dos cuestiones:

“SILENCIO. Nos agobia y nos pone nerviosos. Por eso la necesidad que tenemos de rellenar los silencios con algo, que siempre son palabrería barata, o música, o un poema, o una aclaración. El misal romano actual marca silencios, que rara vez guardamos y hacemos en la misa. O se omite el silencio o se rellena con improvisaciones varias del celebrante que acaban siendo sus muletillas de siempre. Es urgente recuperar el silencio, y más ahora cuando vayas por donde vayas, todo es comunicación sea verbal o electrónica. SILENCIO”.

“GESTOS. Vuelvo a la sobredimensión del lenguaje oral. Parece que es la única forma de comunicar algo. Por eso el rechazo al latín “porque la gente no entiende”. Cuando en la misa que llaman ahora tradicional llegaba el momento de la consagración ¡en latín y en silencio!, había otras formas de dar a conocer el misterio: posición del sacerdote, vela en el altar, campanilla, elevación, genuflexiones, el pueblo de rodillas. Un taiwanés ateo no necesitaba más para saber que ahí estaba sucediendo algo sublime. La supresión de los gestos, el no dar importancia a los mismos en aras de “normalidad” ha supuesto empobrecimiento. Es verdad que en la misa en latín la gente no entendía algunas cosas, y digo algunas porque solían tener su misalito con la traducción, pero son tantos los gestos que aún sin saber latín hay un comprender suficientemente las cosas”.

Ya tenemos un sacerdote al que le ha venido bien el nuevo documento pontificio.