La Fraternidad Sacerdotal San Pedro, «profundamente entristecida» por el nuevo motu proprio

FSSP Traditionis custodes
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(CNA/Christine Rousselle) La Fraternidad Sacerdotal San Pedro emitió este martes un comunicado en el que reafirma su fidelidad al Papa Francisco y expresa su decepción por su reciente motu proprio que restringe el uso de la liturgia tradicional.

«La Fraternidad Sacerdotal de San Pedro [FSSP], cuyo objetivo es la santificación de los sacerdotes a través de la fiel observancia de las tradiciones litúrgicas anteriores a la reforma implementada después del Concilio Vaticano II, ha recibido con sorpresa el Motu Proprio Traditionis custodes del Papa Francisco», afirma el comunicado.

El motu proprio del 16 de julio, Traditionis custodes («Guardianes de la tradición»), restringe el uso de la misa tradicional en latín y prohíbe que se celebre en «iglesias parroquiales.» Afirma que es «competencia exclusiva» de cada obispo autorizar el uso de la misa en latín en su diócesis según el Misal Romano de 1962.

En su comunicado emitido desde su sede en Friburgo, la FSSP explica que es una orden religiosa aprobada canónicamente, y «siempre ha profesado su adhesión a todo el Magisterio de la Iglesia y su fidelidad al Romano Pontífice y a los sucesores de los Apóstoles, ejerciendo su ministerio bajo la responsabilidad de los obispos diocesanos.»

«Hoy, por lo tanto, la Fraternidad San Pedro está profundamente entristecida por las razones dadas para limitar el uso del Misal del Papa San Juan XXIII, que está en el centro de su carisma», dice la declaración.

Las Constituciones de la FSSP hacen referencia a las enseñanzas del Concilio Vaticano II, afirman, y la orden «siempre ha buscado estar de acuerdo con lo que el Papa Emérito Benedicto XVI llamó en 2005: ‘la hermenéutica de la reforma en la continuidad de la Iglesia'».

El Papa Francisco explicó su razonamiento para el motu proprio en una carta a los obispos del mundo, diciendo que la expansión de la misa en latín después de Summorum Pontificum no ha resultado en una Iglesia unificada. Summorum Pontificum fue la carta apostólica de 2007 del Papa Benedicto XVI que reconocía el derecho de los sacerdotes a decir la Misa tradicional en latín, y afirmaba que no necesitaban el permiso de su ordinario local.

Ese documento de 2007, dijo el Papa Francisco, «fue aprovechado para ampliar las brechas, reforzar las divergencias y fomentar los desacuerdos que hieren a la Iglesia, bloquean su camino y la exponen al peligro de la división.»

El lunes, la FSSP declaró que «no se reconoce en absoluto en las críticas formuladas. Sorprende que no se mencionen los numerosos frutos visibles en los apostolados vinculados al misal de San Juan XXIII y la alegría de los fieles al poder beneficiarse de esta forma litúrgica.»

La declaración señala que la misa en latín ha hecho que «muchas personas» descubran la fe católica o vuelvan a ella.

«¿Cómo no darse cuenta, además, de que las comunidades de fieles adscritas a ella son a menudo jóvenes y florecientes, y que muchos hogares cristianos, sacerdotes o vocaciones religiosas han salido de ella?», se pregunta la FSSP.

La FSSP dijo que «deseamos reafirmar nuestra inquebrantable fidelidad al sucesor de Pedro, por una parte, y por otra, nuestro deseo de permanecer fieles a nuestras Constituciones y carisma, continuando al servicio de los fieles como lo hemos hecho desde nuestra fundación.»

«Esperamos poder contar con la comprensión de los obispos, cuya autoridad siempre hemos respetado, y con los que siempre hemos colaborado lealmente», afirman.