El sacerdote que dijo que un católico no puede votar a Biden, suspendido por su obispo

James Altman suspendido James Altman
|

El padre James Altman, que se convirtió en ‘estrella’ del comentariado católico tradicional con una homilía viral afirmando en plena campaña electoral que no era lícito para un católico votar al candidato Joe Biden, ha sido suspendido por su ordinario, el obispo de La Crosse, en Winsconsin.

La paciencia de William Patrick Callahan, obispo de La Crosse, ha llegado a su fin. Hace ya cosa de un mes pidió al padre Altman que renunciara como párroco de Santiago el Menor en La Crosse, Winsconsin, a lo que el sacerdote se negó, recaudando entre sus seguidores 640.000 dólares para llevar a cabo su defensa. Por fin el ordinario ha dado el paso que todos, incluido Altman, esperaban y le ha suspendido de su ministerio.

Hace poco menos de un año, Altman afirmó en una homilía grabada en vídeo, en plena campaña de las presidenciales norteamericanas, que “no se puede ser católico y votante demócrata” y exhortaba a los parroquianos a “arrepentirse de su apoyo a ese partido y su plataforma o enfrentarse al fuego del infierno”. El vídeo, que se hizo inmediatamente viral, no gustó nada a su obispo, que amenazó al sacerdote con penas canónicas.

Altman siguió repitiendo su mensaje y, además, criticó los esfuerzos de vacunación y las restricciones a las reuniones de los fieles, relacionadas con la pandemia de COVID-19. El 23 de mayo, Altman anunció durante una homilía que el obispo de la diócesis de La Crosse, William Patrick Callahan, había pedido su renuncia. “Quieren mi cabeza ahora por decir esa verdad”, dijo Altman a su congregación. “Yo, un humilde sacerdote, aparentemente me he creado enemigos entre la jerarquía”.

La diócesis emitió un comunicado al día siguiente confirmando la solicitud de Callahan y la negativa de Altman a retirarse. Dijo que comenzaría el proceso para destituirlo de acuerdo con el derecho canónico.

La suspensión prevé que Alrman no pueda celebrar Misas con pueblo, en su diócesis o en cualquier otra, ni oír confesiones ni bautizar, salvo en peligro de muerte.

No me sorprende que la jerarquía siga temerariamente intentando cancelar una voz que dice la Verdad”, declaró a LifeSiteNews el sacerdote al conocer la noticia. “Como declaró públicamente el obispo, proclamo la Verdad innegable. Desgraciadamente para la corrupta jerarquía, no me silenciarán con un decreto arbitrario ni me amedrentarán con una acción contra mis facultades sacerdotales. No silenciarán la Verdad”.