Menos es Más: por qué la renuncia de Marx aumenta su poder

renuncia Marx
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En el breve tiempo desde la sorprendente carta de renuncia del cardenal Marx al frente de la Archidiócesis de Munich-Frisinga se han sucedido las interpretaciones. ¿Qué ha provocado realmente la caída del poderoso prelado alemán? Nada, realmente, porque no hay tal caída; Marx es ahora más fuerte que antes, sugiere el vaticanista Edward Pentin.

Según la versión más literal y benigna, la causa de la petición de renuncia presentada por el cardenal y todavía arzobispo de Munich-Frisinga sería la que él mismo expresa en su carta: desolado por los abusos sexuales clericales que se han revelado a lo largo de medio siglo, en una iniciativa heroica que pretende ser ejemplo para otros colegas, el poderoso privado se sacrifica.

Solo que eso no tiene mucho sentido; ninguno, en realidad. Para empezar, porque el propio Marx está implicado en uno de los casos que tanto le escandalizan ahora, uno en el que estaría igualmente envuelto el sucesor de Marx al frente de la Conferencia Episcopal Alemana, Georg Bätzing, obispo de Limburgo. Al arzobispo de Múnich se le achaca no haber actuado cuando en el año 2006, cuando fungía de arzobispo de Tréveris, se mostraron claros indicios de que un párroco, padre Fehler, podía ser culpable de reiterados abusos. Según la revista Christ und Welt, el párroco siguió teniendo contacto con jóvenes y niños, incluso iba de vacaciones con ellos, y fue denunciado varias veces. El criminalista alemán Christian Pfeiffer acusa a Marx de ser el “principal culpable” de que no hubiera transparencia en la Iglesia en la gestión de los casos de abusos, la situación se puede complicar bastante.

Tiempo y ocasión, pues, ha tenido sobrados si el motivo de su renuncia es este estado de cosas. Pero si no tiene sentido por la excusa buscada, tampoco lo tiene por la situación. En esta, tendría sentido y sería un verdadero sacrificio si renunciara un prelado cuya única fuente de influencia y poder fuera su sede. No es, en absoluto, el caso de Marx.

Y aquí es donde entra la tesis de Pentin: en el caso de Marx, su arzobispado era casi una distracción, sin la que queda con las manos libres para centrarse en tareas de mayor calado en la Iglesia Universal.

Marx no ha renunciado a su condición cardenalicia. Marx seguirá sentándose en el muy exclusivo Consejo de Cardenales que viene a ser la ‘Junta’ del gobierno del Papa Francisco. Marx no ha renunciado a supervisar las finanzas vaticanas. Es decir, no ha renunciado a las verdaderas bases de su poder; sencillamente, se ha desvinculado un tanto de la iglesia alemana para ocuparse de materias que afectan a la Iglesia Universal. Si buscásemos un paralelismo en el mundo secular, sería como un ejecutivo de multinacional que renuncia a liderar una filial para centrarse en la oficina central de la firma.

Por ejemplo, su puesto en el Consejo de Cardenales. Su misión, que ya se alarga, es la reforma de la Curia que se nos anunciará mediante un documento del que ya tenemos el título: Praedicate Evangelium. Se supone que remodelará la Curia, con el consiguiente ‘baile’ de nombres, nuevos poderes y defenestraciones varias. Y Marx estaría plenamente libre para ocupar cualquier dignidad que el Santo Padre quiera imponerle.

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Comentarios
5 comentarios en “Menos es Más: por qué la renuncia de Marx aumenta su poder
    1. No tiene sentido que el cardenal Marx dimita de su diócesis, y al mismo tiempo siga con máximas responsabilidades en la curia romana.
      El escándalo de Marx salpica al Papa Francisco.

  1. Estoy de de acuerdo con Pentin, la renuncia de Marx a la sede de Munich es una tapadera para lo que se viene. Este sujeto es de lo más peligroso en el círculo de validos de Bergoglio. Hay que seguirle de cerca su ahora carrera dentro de la Curia romana. Creo que hará mucho mal a la cristiandad.

  2. Tienes razón la responsabilidad personal -por acción u omisión- que invoca para su renuncia parcial, selectiva -a su medida- no se extingue por renunciar sino que lo sigue, por eso es personal, no funcional al cargo.
    Además y más grave es que acusa a la Iglesia -como institución- de co-culpabilidad, un disparate.
    Para finalizar sostiene que la Iglesia está paralizada (tema que nada tiene que ver son su renuncia) olvidándose que la Iglesia -la de verdad- es Cristo, no los hombres, por lo cual es imparalizable al igual que la la voluntad de Dios.
    Si se lee con detenimiento el texto es una proclama de guerra, un rasgarse las vestiduras porque las cosas no le salen como imaginó.
    Ahora si es el gran asesor financiero de Roma qué responsabilidad tiene en el desastre económico que está sucediendo el Roma.

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