¿Hasta qué punto se deben utilizar templos, iglesias, símbolos sagrados como paneles publicitarios para según que causas?
Hace un año, un policía mató a un hombre negro en el momento de su detención en Minneapolis, Estados Unidos. Fruto de ese desgraciado episodio se dieron unas protestas completamente desproporcionadas en todo el país, que pronto se extendieron a medio mundo, canalizadas por el movimiento Black Lives Matter.
En septiembre, un organismo del Vaticano, la Pontificia Academia para la Vida, se sumaba al postureo utilizando, nada más y nada menos, que la imagen de Cristo y la Virgen María para esta causa ideológica. «Una imagen que merece un discurso», decía la publicación del dicasterio vaticano; la imagen, ‘La Piedad’ de Miguel Ángel modificada para que Cristo pareciera de raza negra.
Reconozco que me provocó una desazón tremenda ver como un organismo de la Santa Sede caía en ese postureo sensibloide e infantil. Al margen de la causa en sí, utilizar símbolos religiosos para causas sociales, políticas y de esa índole me parece patético. Que los influencers o los adolescentes millennials pusieran el hastag #BlackLivesMatter o colocaran filtros para la ocasión, ya es de esperar; que lo haga el Vaticano con la imagen de Jesucristo, es otra historia.
Estos días hemos visto dos ejemplos, aunque no tan hirientes. El primero, en Brasil, en una de las estatuas de Jesucristo más conocidas en todo el orbe, el Cristo Redentor de Río de Janeiro, más conocido como el Cristo del Corcovado.
Este monumento de Cristo ha sido utilizado para promover las vacunas contra el coronavirus. Sobre la estatua se proyectó un mensaje en el que se leía: “Las vacunas salvan, Unidos por las vacunas”.
El otro ejemplo lo hemos visto en la Basílica del Aracoeli, en el corazón de Roma. Las puertas del centenario templo amanecieron el domingo, día de la Ascensión del Señor, revestidas de las mantas térmicas que son utilizadas para rescatar a los inmigrantes náufragos.
Eva Fernández, corresponsal de COPE en Roma y el Vaticano publicó un vídeo en Twitter enseñando la estampa de la fachada de la basílica. “Las puertas de la basílica del Aracoeli en el Campidoglio de Roma se han revestido de mantas térmicas. Las mismas con las que se socorre a los náufragos. En recuerdo de todos los que mueren en el Mediterráneo. CadaVidaCuenta”, fue el texto que acompañó al vídeo, donde mencionó al organismo del Vaticano encargado de los migrantes y refugiados y a la ONG Open Arms.
Las puertas de la basílica del Aracoeli en el Campidoglio de #Roma se han revestido de mantas térmicas.
Las mismas con las que se socorre a los náufragos.
En recuerdo de todos los que mueren en el #Mediterráneo.#CadaVidaCuenta @M_RSeccion @openarms_fund pic.twitter.com/8lEy3L9Vj9— Eva Fernández (@evaenlaradio) May 16, 2021
¿Hasta qué punto se deben utilizar templos, iglesias, símbolos sagrados como paneles publicitarios para según que causas? ¿Hemos convertido los lugares de culto en plataformas para causas políticas o sociales? En el caso de los inmigrantes muertos en el Mediterráneo, ¿no es «suficiente» la misa, que es el sacrificio renovado de Cristo en el Calvario, como forma de “homenajear” a esas pobres personas? ¿Por qué hemos caído en ese postureo mundano y populista metiéndolo incluso en nuestros símbolos?
Muchas preguntas que no me atrevo a responder.
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El Vaticano dio ejemplo con la proyección de animales en sus paredes para promocionar a la Pachamama.
Diosa con nombre de discoteca.
Por cierto.
Vacuna salva…, pero permite también el enriquecimiento considerable actualmente de muy pocas personas (en relación con empresas farmacéuticas) cuyo interés es hacer creer que sin un mundo totalmente vacunado a fuerzas o con la propaganda del miedo, ninguna salvación…
Me quedo atónita. No conocía estos hechos… verdaderos… no sé si sacrilegio es la palabra, pero algo espantoso
El título «¿hasta qué punto se pueden utilizar… ?», yo responderia: Nunca