El gobierno irlandés prohíbe la Comunión en la boca

|

El gobierno visceralmente anticatólico de Irlanda ha decidido graciosamente permitir que vuelvan las misas públicas el próximo 10 de mayo, pero no sin establecer cambios radicales en la propia liturgia del Santísimo Sacrificio.

Es curioso que Irlanda luchara durante tantos siglos por liberarse del yugo inglés apoyándose en una fe, la católica romana, que ahora abandona tan alegremente y cuyos sagrados ritos permite determinar al gobierno.

Con la excusa de la pandemia, el gobierno de Dublín ha impuesto el cierre más draconiano y discriminatorio al culto de toda Europa, y ahora que se ha decidido a tolerar la reapertura de los templos impone, sin embargo, sus normas absurdas en la Santa Misa.

Como la prohibición de la Comunión en la boca, un abuso que, fuerza es reconocerlo, no solo se ha universalizado sino que se ha aconsejado por parte del alto clero y aun hecho obligatorio en muchas otras partes, como en el ejemplo de la Diócesis de San Rafael, en Argentina. Pero todavía no se había dado el caso de un gobierno secular decidiendo sobre el particular.

Hay más. Por ejemplo, se ha decretado que los ministros de la Comunión deben llevar mascarillas o situarse detrás de un biombo y desinfectarse las manos. También los fieles deberán desinfectarse antes de recibir la Comunión.

Incluso se sugiere que “la Comunión podría colocarse en vasos o recipientes individuales desechables y dejarlos separados en una bandeja o mesa para su recogida”, como en un restaurante de comida a domicilio. El gobierno también pide que se suspenda la concelebración.