«La Iglesia no dispone, ni puede disponer, del poder de bendecir» las uniones homosexuales.
Ayer les contábamos como el pasado Domingo de Ramos, el párroco italiano de Bonassola, el padre Giulio Mignani, se negó a bendecir las palmas que habían traído a la iglesia los parroquianos en protesta por la negativa de Doctrina de la Fe a la bendición de parejas homosexuales, alegando antes que no podía hacerlo tampoco por las normas contra el coronavirus.
Como respuesta, la diócesis a la que pertenece, la Spezia-Sarzana-Brugnato, ha emitido un comunicado en el que reprenden al sacerdote, dando a entender que no es la primera vez que ocurre, y en el que se advierte que se está evaluando lo sucedido de acuerdo a la legislación canónica.
«A pesar de las diversas intervenciones ya realizadas personalmente por el Obispo en los últimos años y de los comunicados emitidos para reiterar a los fieles la posición oficial de la Iglesia, frente a las declaraciones de Don Giulio Mignani sobre temas de fe y moral, con dolor debemos constatar lo que volvió a ocurrir el pasado Domingo de Ramos en las parroquias a él encomendadas», comienza el comunicado de la diócesis italiana.
El escrito menciona el «desencanto de los fieles» ante la actuación del sacerdote y explica que las normas litúrgicas permiten la bendición de los ramos sin contravenir «ninguna norma anti-covid».
«Es reprobable omitir o realizar un gesto litúrgico vinculándolo a una intervención de protesta personal, especialmente si se dirige a un pronunciamiento de la Congregación para la Doctrina de la Fe, publicación de la cual el Santo Padre ha dado su consentimiento», continúa el comunicado.
El documento de Doctrina de la Fe «expone de manera comprensible, con respeto, serenidad y verdad el por qué la Iglesia no dispone, ni puede disponer, del poder de bendecir dichas uniones».
Comunicado de la diócesis de la Spezia-Sarzana-Brugnato
A pesar de las diversas intervenciones ya realizadas personalmente por el Obispo en los últimos años y de los comunicados emitidos para reiterar a los fieles la posición oficial de la Iglesia, frente a las declaraciones de Don Giulio Mignani sobre temas de fe y moral, con dolor debemos constatar lo que volvió a ocurrir el pasado Domingo de Ramos en las parroquias a él encomendadas.
Don Giulio, además de omitir la tradicional bendición de las ramas de olivo -según él por las normas anti-Covid-, también expresó su posición sobre el «responsum» de la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre la posibilidad de la bendición de las uniones del mismo sexo.
Dado que todo esto ha suscitado el desencanto de los fieles, es nuestro deber precisar lo siguiente:
1) Las normas litúrgicas prevén la posibilidad de bendecir las palmas y ramas de olivo al comienzo de la Santa Misa incluso con la única pequeña procesión del sacerdote desde un punto de la Iglesia hasta el altar. Esto es suficiente para conmemorar la entrada de Jesús en Jerusalén y no contraviene ninguna norma anti-covid.
2) Es reprobable omitir o realizar un gesto litúrgico vinculándolo a una intervención de protesta personal, especialmente si se dirige a un pronunciamiento de la Congregación para la Doctrina de la Fe, publicación de la cual el Santo Padre ha dado su consentimiento.
3) El «responsum», que invitamos a todos a leer con atención, y que ha sido traído en su totalidad al sitio web de la Diócesis, expone de manera comprensible, con respeto, serenidad y verdad el por qué la Iglesia no dispone, ni puede disponer, del poder de bendecir dichas uniones.
Se está evaluando lo sucedido en las oficinas correspondientes, de acuerdo con la legislación canónica vigente.
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Es que les iba en juego al obispo y sus sacerdotes colaboradores, el caer fuera absolutamente de la plena comunión de la Iglesia, con pérdida total de sus potestades eclesiásticas, comprometiendo al mismo Papa. No han podido resistirse…
Si tu bendices la uniones homoxesuales, estás «bendiciendo» el pecado mortal, porque así lo enseña la Iglesia, que cualquier unión fuera del matrimonio y con la idea de no concebir es pecado, sin hablar de la homosexualidad defendida como manera correcta.
Y si Defiendes el pecado mortal estás consagrando en pecado mortal. Que triste todo esto.
Dó de está Pablo?El cura es un Judas un infiltrado.
Por fin! El obispo ha dejado claro q el párroco obró mal.
Si no quería problemas, tenía que haber renuniado al nombramiento al episcopado. A mi parecer, debía de haber susptendido este cura. De esa manera, otros curas pensarían dos veces antes de hacer semejante tontería. Si un obispo quiere menos problemas, lo que tiene que hacer es imponer sanciones ejemplares a curas que se se desvian de las normas canónicas. Los demás curas toman nota y el obispo hacer lo que debería de hacer, GOBERNAR.