El limosnero papal ‘se salta’ la prohibición de misas privadas en San Pedro

No ha pasado una semana desde que entrara en vigor la insólita prohibición de misas particulares en la Basílica de San Pedro cuando ya se ha vulnerado la norma, y lo ha hecho ni más ni menos que el cardenal polaco Konrad Krajewski, limosnero pontificio.

El cardenal Krajewski ha ofrecido esta mañana la tradicional misa matutina del día de la Anunciación en la tumba de San Juan Pablo II, en San Pedro, ignorando la reciente directiva que prohíbe las celebraciones particulares en la basílica mayor de la cristiandad. Como todas los jueves por la mañana, en polaco.

Hoy mismo leemos en estas páginas el lamento del autor católico George Weigel citar esa misma misa habitual: “[S]ería útil que los cardenales curiales que he visto celebrar regularmente la misa matutina en San Pedro, a menudo con la asistencia de un monaguillo solamente, dieran a conocer su descontento al Papa Francisco. Dado que entre esos cardenales hay hombres cercanos al Papa, como el limosnero papal Konrad Krajewski, eso podría marcar alguna diferencia”.

De Krajewski estamos acostumbrados a esperar cierto desprecio por las normas, civiles o eclesiásticas. Recibió el sobrenombre de ‘el electricista’ cuando bajó personalmente a las cloacas de Roma, fuera de los muros leoninos, a romper ilegalmente un precinto instalado por la compañía eléctrica para devolver la luz a un edificio ‘okupado’, lo que le valió una multa impuesta por el Estado italiano.

También conviene recordar que cuando Roma cerró las puertas de sus iglesias, en una decisión insólita, a causa de la pandemia, fue Krajewski el primero en reabrir su iglesia titular al público al día siguiente, un paso que animó a otros a seguir su ejemplo.

Como miembro de la Curia, aducen algunos, es probable que la Misa en cuestión estuviera prevista de tiempo atrás y no deba leerse como un gesto de desafío a la prohibición. Sin embargo, se trata de la Misa normal, la habitual de los jueves, que, de acuerdo con el polémico decreto, debería celebrarse en la cripta a partir de ahora.