Ratzinger ha recuperado la costumbre de dar pequeños paseos, con la ayuda de un andador, por los jardines vaticanos.
«Ha habido ‘fake news’ sobre su salud», ha señalado Georg Gänswein, prefecto de la Casa Pontificia -hasta que nadie diga lo contrario- y secretario personal de Benedicto XVI, en una entrevista exclusiva con Oggi.
“Benedicto XVI está como una persona de 93 años. Tiene la fragilidad del cuerpo, la voz es muy débil, pero la mente lúcida», ha explicado el arzobispo al semanario italiano. «Todos los días concelebra misa, reza, recibe todavía alguna visita, lee, estudia, escucha música, se ocupa de la correspondencia», aunque «con un ritmo muy tranquilo».
Gänswein afirmó que Ratzinger descansa más que antes «porque su fuerza ha disminuido, pero está de buen humor y en paz». «Para usar una imagen automovilística: pasó de tercera a primera marcha», comentó con humor el secretario del Papa emérito.
Tras una pausa de casi tres meses, Benedicto ha vuelto a dar paseos «con la ayuda del andador» por los jardines vaticanos, «cuando el tiempo lo permite» . El prefecto de la Casa Pontificia ha contado que Ratzinger se ha recuperado del cansancio del viaje a Alemania, a donde acudió en junio para visitar a su hermano Georg, fallecido pocos días después, y del herpes-zoster, un virus que le provocó fuertes dolores durante el verano.
Gänswein ha confesado que Benedicto XVI le reveló su decisión de renunciar, «bajo el secreto pontificio del silencio», en septiembre de 2012. «En ese momento nadie sabía nada: muy poca gente. La revelación de esa elección fue impactante para mí: me quería comunicar una decisión tomada, no una reflexión la cual discutir», explicó.