Pocos días después de ser nombrado arzobispo de Zaragoza, Carlos Escribano realizó unas declaraciones en una entrevista que generaron gran polémica suponiendo el primer tropiezo de su estrenado ministerio.
El ocho de octubre se publicaba una entrevista en la que el prelado decía que la incorporación de la mujer al sacerdocio “podría ser” una solución a la falta de sacerdotes, “pero es algo que depende de la Iglesia universal y nosotros debemos buscar soluciones con los medios que tenemos”.
Juan Pablo II cerró definitivamente esa puerta y sus sucesores no han dejado de reafirmar este extremo, el último Francisco, que en más de una ocasión ha señalado que ese camino está cerrado. Por eso extrañaron tanto las palabras de Escribano.
El nuevo arzobispo debió darse cuenta del error cometido porque, en una entrevista publicada ayer en el Heraldo, Escribano dio una respuesta mucho más acorde al puesto que ostenta:
¿La solución sería incorporar mujeres al sacerdocio?
Es una cuestión que en la Iglesia está cerrada: la idea es que sean varones los que accedan al ministerio. Pero tenemos que trabajar profundamente la vocación sacerdotal, dar un impulso a nuestra pastoral, algo que no es sencillo y que tiene un gran recorrido.
Como pueden ver, Escribano ha cambiado «podría ser» por «esa cuestión está cerrada». Suponemos que fue consciente del error y nosotros celebramos la rectificación.
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Un mal periodista preguntó y trasncribió una mala ocurrencia, que podría haberse corregido sobre la marcha sin publicar. Un periodista normal, asesorado por otro periodista que es además, o antes que nada, sacerdote, ha puesto las cosas en su sitio sin sangre. Y eso es todo. Dejen en paz a don Carlos, que le queda buena faena por aquí, la que el acomplejado aldeano soriano ya cesado deja más enfangado que cuando la encontró y además con un clero envejecido y rebelde.
Belzunegui
Soy de Zaragoza, yo le critiqué su metedura de pata en la primera entrevista, me gusta que haya rectificado, pero creo que según su currículum, tiene una excelente formación.
La buena formación no predispone el alma.
yo soy crítico de la situación de la S. Iglesia actual, pero ver la soberbia de sus opiniones no concuerda con la enseñanza que nos dejó nuestro Señor Jesucristo.
Pues yo dejaría de ser católico ipso facto. Juan Pablo lo dejó bien claro: la Iglesia no tiene potestad para cambiar esa norma y lo hizo con la autoridad de Pedro. Dijo además que debe ser aceptado por todos los fieles católicos. Ergo si de repente dice alguien otra cosa distinta, incluido usted, estaría fuera de la Iglesia. Hay decenas de argumentos para no aceptar las sacerdotisas pero a ustedes les da igual. Hay que adaptarse a los tiempo, verdad? Les da igual que Cristo eligiera a 12 hombres, que el cristianismo no aceptara la figura de las sacerdotisas (presentes en Roma o la antigua Grecia), que la Vigen no hay sido sacerdotisa (quién más digna que ella), ni que la Tradición bimilenaria ponga al sacerdocio como masculino siempre. Les da simplemente igual… Rechazan tanto las escrituras como a los padres de la Iglesia, a los evangelios, los papas, concilios, padres de la Iglesia… Porque en el fondo no creen en la doctrina católica.
Sobre los Syllabus no sé mucho pero creo que la Iglesia en ningún momento ha aceptado oficialmente ninguno de esos errores. Si no, dejaría de tener el carisma de la Verdad absoluta. Otra cosa es que ciertos miembros de la Iglesia y ciertas actitudes de altos eclesiásticos, incluido, por qué no, algunos papas, hayan dado pie a entender que la Iglesia lo ha aceptado cuando no es verdad. Aún así, el desoír todas las advertencias de los anteriores pontífices nos ha traído muchos quebraderos de cabeza y, en vez de enderezar el rumbo, parece que quieren seguir por el camino equivocad, solamente para agradar al mundo.
Por tanto, con el fin de alejar toda duda sobre una cuestión de gran importancia, que atañe a la misma constitución divina de la Iglesia, en virtud de mi ministerio de confirmar en la fe a los hermanos (cf. Lc 22,32), declaro que la Iglesia no tiene en modo alguno la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, y que este dictamen debe ser considerado como definitivo por todos los fieles de la Iglesia.
(ordinatio sacerdotalis)
Pues eso, que están los que piensan así, en un grave problema. Se ponen en contra del papa. Leáse la bibliografía de ese documento que le vendrá muy bien. A ver si dejamos de decir tonterías
«El querer conciliar la fe con el Espíritu moderno conduce mucho más allá de lo que se piensa: no solo al debilitamiento sino a la pérdida total de la fe». Otro Papa, en este caso San Pío X. Yo le pregunto. con quién está usted? Con el mundo o con la Iglesia?
Haagan lío!: aquellos polvos…
Este hermano Obispo estaba perdido y ha sido gozosamente hallado. Debemos hacer gran fiesta por ello y matar el becerro cebado. San Pedro también erró y rectificó a instancias de San Pablo. De todas formas los infovaticanos no debemos de bajar la guardia y estar siempre alerta y en guardia, como los caballeros legionarios, ante cualquier obispo que se salga de la recta doctrina.
En estos tiempos recios cualquier obispo puede sucumbir a la tentación de acomodarse al mundo, por el prurito de ser inclusivo, abierto y ecuménico. Y allí la esforzada legión de los caballeros infovaticanos acudirá como un sólo hombre para denunciar la situación y tratar de poner remedio para mayor gloria de Dios. Estemos en vela pues no sabemos el día ni la hora en que algún obispo, en estos tiempo tan locos, puede convertirse en una oveja descarriada de la casa de Israel.