Si hace dos días nos preguntábamos donde estaba el cardenal Sarah hoy nos hacemos eco de una carta que ha enviado esta semana a los presidentes de las Conferencias Episcopales sobre cómo celebrar la eucaristía en tiempos de pandemia.
En relación a la forma de comulgar, el purpurado escribe que “se reconozca a los fieles el derecho a recibir el Cuerpo de Cristo y de adorar al Señor presente en la Eucaristía en los modos previstos, sin las limitaciones que vayan más allá de lo previsto por las normas higiénicas emanadas por parte de las autoridades públicas o de los Obispos”. Sin embargo, al mismo tiempo, el purpurado asegura que “un principio seguro para no equivocarse es la obediencia. Obediencia a las normas de la Iglesia, obediencia a los Obispos».
(Aciprensa)- En una carta remitida a las conferencias episcopales de todo el mundo, con aprobación del Papa Francisco, el Cardenal Robert Sarah, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, aseguró que “tan pronto como las circunstancias lo permitan, es necesario y urgente volver a la normalidad de la vida cristiana, que tiene como casa el edificio de la iglesia, y la celebración de la liturgia, particularmente de la Eucaristía”.
En la carta titulada “¡Volvemos con Alegría a la Eucaristía!”, el purpurado señaló que “conscientes del hecho de que Dios no abandona jamás a la humanidad que ha creado, y que incluso las pruebas más duras pueden dar frutos de gracia, hemos aceptado la lejanía del altar del Señor como un tiempo de ayuno eucarístico, útil para redescubrir la importancia vital, la belleza y la preciosidad inconmensurable”.
“Tan pronto como sea posible, es necesario volver a la Eucaristía con el corazón purificado, con un asombro renovado, con un crecido deseo de encontrar al Señor, de estar con él, de recibirlo para llevarlo a los hermanos con el testimonio de una vida plena de fe, de amor y de esperanza”, señaló.
El Cardenal Sarah subrayó además que “aun cuando los medios de comunicación desarrollen un apreciado servicio a los enfermos y aquellos que están imposibilitados para ir a la iglesia, y han prestado un gran servicio en la transmisión de la Santa Misa en el tiempo en el que no había posibilidad de celebrarla comunitariamente, ninguna transmisión es equiparable a la participación personal o puede sustituirla”.
“Más aun, estas transmisiones, por sí solas, corren el riesgo de alejar de un encuentro personal e íntimo con el Dios encarnado que se ha entregado a nosotros no de modo virtual, sino realmente”, advirtió.
El Purpurado insistió en que “una vez que se hayan identificado y adoptado las medidas concretas para reducir al mínimo el contagio del virus, es necesario que todos retomen su lugar en la asamblea de los hermanos, redescubran la insustituible preciosidad y belleza de la celebración, requieran y atraigan, con el contagio del entusiasmo, a los hermanos y hermanas desanimados, asustados, ausentes y distraídos durante mucho tiempo”.
Más adelante, el Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos pidió que “se facilite la participación de los fieles en las celebraciones, pero sin improvisados experimentos rituales y con total respeto de las normas, contenidas en los libros litúrgicos”, así como que “se reconozca a los fieles el derecho a recibir el Cuerpo de Cristo y de adorar al Señor presente en la Eucaristía en los modos previstos, sin las limitaciones que vayan más allá de lo previsto por las normas higiénicas emanadas por parte de las autoridades públicas o de los Obispos”.
El Cardenal Sarah destacó que “un principio seguro para no equivocarse es la obediencia. Obediencia a las normas de la Iglesia, obediencia a los Obispos. En tiempos de dificultad (pensamos, por ejemplo, en las guerras, las pandemias) los Obispos y las Conferencias Episcopales pueden dar normativas provisorias a las que se debe obedecer”.
“Estas medidas dictadas por los Obispos y por las Conferencias Episcopales finalizan cuando la situación vuelve a la normalidad”, precisó.
El Purpurado aseguró que “la Iglesia continuará protegiendo la persona humana en su totalidad. Ésta testimonia la esperanza, invita a confiar en Dios, recuerda que la existencia terrena es importante, pero mucho más importante es la vida eterna: nuestra meta es compartir la misma vida con Dios para la eternidad”.
Al finalizar la carta, el Cardenal Sarah reiteró el llamado a confiarnos “a la misericordia de Dios, invocando la intercesión de la bienaventurada Virgen María”, especialmente “por todos aquellos que son probados durante la pandemia y por cualquier otra aflicción”.
La carta fue firmada por el Cardenal Robert Sarah el 15 de agosto de 2020, en la Solemnidad de la Asunción de la bienaventurada Virgen María. El Papa Francisco aprobó el documento y ordenó su publicación el 3 de septiembre.
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Ya es tarde! Ya se le enseñó al pueblo a tener miedo y a vivir su fe de forma solamente espiritual y desde la comunidad de su casa. Por eso los templos vacíos.
Exacto, el pa pa que no obedezca la Sagrada Tradición, se equivoca. Y el que obedece al equivocado, se equivoca igualmente. El que desobedece al que se equivoca, no se equivoca, puesto que la Iglesia durante 1965 años no se ha podido equivocar, pues la asistencia del Espiritu Santo tiene que estar desde el principio. Es más creible que lleven 60 años equivocados ahora, que 1965 equivocándose antes. Yo estoy con los que supuestamente se equivocaron durante 1965 años, antes eso que equivocarme con los que llevan sólo 60 años equivocados.
La verdad es q admiraba la postura del Cardenal Sarah , pero con esto q si obedecemos a los obispos estamos bien encaminados, disciento por q nuestro obispohizo suspender las misas , mientras todo vale en mi provincia y no solo nos quedamos sin misas , sin eucaristia en un momento donde el alma debe ser se cuidada , para q la paz invada los corazones,un obispo debe luchar por la misa y la comunion en la boca , pero aca no es asi , es muy doloroso , ademas sumamos a todo esto q las iglesias no pueden pagar ni la luz al no tener la limosna diaria, con todo respeto a mi obispo y al Cardenal Sarah creo q el daño espiritual en este momento es muy preocupante….
no menos importante seria que afirmase que el obispo que obedece a Cristo no se equivoca. Y ahora todos preguntemonos a quien estamos obedeciendo.
Como dice el Padre Pio «SIN OBEDIENCIA;NO HAY VIRTUD»,
La obediencia a Dios sí; la otra no. Ya lo dijo el Señor: Ya lo dijo el Señor: «Y si un ciego guía a otro ciego, AMBOS caerán en el hoyo» (Mateo 15:14). No se puede seguir a un pastor ciego. A este respecto, te sería bueno Mercedes meditar en lo que escribió Santo Tomás de Aquino (el mayor doctor y mayor teólogo en la historia de la Iglesia):
«El hombre sólo está obligado a obedecer a Dios interna y externamente, mientras que la obediencia hacia los superiores eclesiásticos y civiles está meramente condicionada por su propia autoridad sobre la comunidad que dirigen y por la que deben responder ante Dios. Esto es por lo que puede ser necesario rechazar en conciencia obedecer una orden concreta, sin poner en duda la institución de los superiores eclesiásticos».
— Summa Theologica II-II q. 104 a. 5.
Hizo voto de obediencia tiene que obedecer o marcharse.
Y seguía diciendo Santo Tomás de Aquino:
«Cuando San Pablo se opuso cara a cara a San Pedro – que era claramente su superior en la jerarquía – no fue una «correctio fraterna» en el ámbito privado, sino más bien una defensa pública de la fe en su plenitud y a la luz de sus consecuencias internas y externas. Por lo tanto, en cuanto se refiere a la defensa de la fe, todos apóstoles y obispos, tenemos las mismas responsabilidades, el mismo San Pablo pudo, como apóstol, corregir públicamente al apóstol San Pedro, al mismo nivel, sin poner en duda su cargo, que le fue confiado a él por Cristo en persona».
— Summa Theologica II-II q. 33 a. 4.
Y finalizaba Santo Tomás de la siguiente manera:
«Creerse en todo mejor que su superior parece presuntuosa s0berbia; pensar, en cambio, que es mejor en algo no tiene nada de presunción, ya que en esta vida no hay nadie sin defecto. Pero hay que tener en cuenta también que quien amonesta con caridad a su superior, no por eso se considera mejor, sino que va en auxilio de quien está en un peligro tanto mayor cuanto más alto puesto ocupa, como enseña San Agustín».
—Summa Theologica, II-II, q. 33 a. 4.
Así que, hay que tener mucho cuidado con el «cuento de la obediencia». Solo se debe obedecer al pastor en el cual reconocemos en él a la voz de Cristo; al de voz extraña, no hay que seguir ni obedecer. Lee a Juan 10:1-6 Mercedes.
Por si acaso, cabe recordar que cuando Jesucristo dice «quien a vosotros oye, a mí me oye» se aplica a la Fe, no a la obediencia.
Y Dios en la Iglesia manifiesta su voluntad por medio de la jerarquía eclesiástica. Así, se obedece a Dios y no a las propias imaginaciones.
Yo obedezco a Dios , Como Lutero , como Henry VIII, como todos los protestantes y Islamicos ( tradición …corán )….
Las competencias de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina vienen dictadas por los artículos 62-70 de la Constitución apostólica Pastor bonus.
Esta Congregación se dedica principalmente a dar nuevo impulso a la promoción de la Sagrada Liturgia en la Iglesia, según la renovación querida por el Concilio Vaticano II a partir de la Constitución Sacrosanctum Concilium. Además, fomenta y tutela la disciplina de los sacramentos para que su celebración se válida y lícita y denuncia los abusos que se cometen en la liturgia. Por otro lado, debe velar para que los fieles participen más activamente en la sagrada liturgia. Wikipedia.
Me pregunto, ¿ Que tiene que ver esto con la indicación de que hay que obedecer a los obispos ?
Infovaticana, esta carta no fue mandada la semana pasada, sino hace casi un mes.
Al final de esta entrada dice:
La carta fue firmada por el Cardenal Robert Sarah el 15 de agosto de 2020, en la Solemnidad de la Asunción de la bienaventurada Virgen María. El Papa Francisco aprobó el documento y ordenó su publicación el 3 de septiembre.
(Como se desprende del final del propio Protocolo N. 432/20)
El caducado cardenal Sarah se ha manifestado para recordar que no es lo mismo seguir la Misa por la red que con presencia física. Hay una lógica que aplicamos sin darnos cuenta y que en este periodo ha sido universalmente aceptada. Nos han cerrado a cal y canto las iglesias y se ha impedido, cuando no prohibido, el acceso a los sacramentos y todo esto para proteger un bien mayor, eso nos han hecho creer, que es la salud del cuerpo, entrado en una especie de hibernación del alma. Ahora se nos insiste en que lo bueno es volver al alma. Son muchos, demasiados, los que han asimilado que la Misa es necesaria pero que hay otras cosas más importantes y han decidido aplicarlo en su vida.
Pues la semana pasada se bautizó a mi sobrina…
Por lo que veo siguen en marcha los sacramentos y no sé a abolido ninguno
Las cosas son buenas o malas, no pueden ser buenas algunas veces y malas algunas veces. Si la participación en la Misa en buena y necesaria lo es siempre y mucho más en tiempos de especiales dificultades. Esto es lo que se ha cambiado y las consecuencias las tenemos a la vista. Sarah tiene mas razón que un santo, pero estos argumentos de hoy, eran necesarios antes para mantener, con todas le medidas sanitarias, el culto abierto en los momentos más crudos de la epidemia. Esto no ha sucedido, hemos soportado un estruendoso silencio y ahora no gustan las consecuencias. El consejo llega tarde y muchos católicos, por desgracia, han discernido. Specola.
Las cosas son buenas o malas, no pueden ser buenas algunas veces y malas algunas veces. Si la participación en la Misa es buena y necesaria lo es siempre y mucho más en tiempos de especiales dificultades. Esto es lo que se ha cambiado y las consecuencias las tenemos a la vista. Sarah tiene mas razón que un santo, pero estos argumentos de hoy, eran necesarios antes para mantener, con todas le medidas sanitarias, el culto abierto en los momentos más crudos de la epidemia. Esto no ha sucedido. Hemos soportado un estruendoso silencio y ahora no gustan las consecuencias. El consejo llega tarde y muchos católicos, por desgracia, han discernido. Specola.
Enseña Sto. Tomás: «Obedecer al superior en todo lo que no se oponga visiblemente a Dios». Esta vez Sarah se ha equivocado. En su carta está instando a obedecer en este asunto a las autoridades civiles aunque sea subordinado los principios morales vinculados a la liturgia, y eso es erróneo. Y está otorgando a los obispos una autoridad que no les compete.
Sarah debería denunciar de forma clara que con la excusa del covid 19, la autoridad civil no tiene derecho a cerrar iglesias, y que hacerlo es una forma de persecución anticatólica.
Dice…..que “se reconozca a los fieles el derecho a recibir el Cuerpo de Cristo y de adorar al Señor presente en la Eucaristía en los modos previstos, sin las limitaciones que vayan más allá de lo previsto por las normas higiénicas emanadas por parte de las autoridades públicas o de los Obispos”….
….o sea, sí…..pero no….. pero lo que nos manden. Puedo comulgar en la boca….pero como las autoridades imponen (sin investigar en serio) que en la mano…. pues me tengo que aguantar.
Que enrevesados para decir una cosa y la contraria sin despeinarse. Me recuerda a la carta de BXVI al obispo alemán por lo del «pro multis». Y así desde 1960…..
Totalmente de acuerdo contigo. La obediencia per se no es un criterio absoluto. Depende de a quién, de qué, de cómo y cuándo. Debe ser razonable y razonada….que somos adultos. La obediencia ciega no es de Dios, y crea esbirros. Como este cardenal que ya eligió bando.
El Padre Pio,habla mucho de obediencia.leyendo sus textos,con afan de encontrar la verdad y con humildad,tal vez encontremos la respuesta.Por otro lado,yo comulgo en la boca,pero reconozco que no soy digna,mi lengua y mi corazon,dejan mucho que desear,comulgo,cuando estoy en gracia,por la misericordia de Dios y por los meritos de Jesucristo.
Cierto, eminencia, la obediencia es un criterio seguro, pero la obediencia ¿a qué? o ¿a quién? La renuncia al juicio propio sólo es válida cuando está iluminada por la recta conciencia y el amor a Dios, si por el contrario está «iluminada» por la cobardía o la concupiscencia esa «obediencia» se convierte en un pasaporte seguro, pero para el infierno. Eva se excuso ¡Es que la serpiente me engañó! Adán también ¡Es que la mujer me diste! Pero vamos a ver Si el amor a Dios sobre todas las cosas es el primer mandamiento esas «obediencias» qué tienen que ver con nosotros. San Pablo decía que hay que obedecer a Dios antes que a los hombres aunque estos hombres sean los sacerdotes «legítimos» porque la legitimidad parece que le preocupa mucho, de Israel. Hoy la situación de la Iglesia no es distinta de la situación de la Sinagoga en época de Cristo y eso es lo que debería preocuparle.
El que obedece ni se equivoca ni acierta. Suspende el juicio personal que Dios le ha dado en virtud de otro (un obispo, un cura, un jefe…).
Me parece un argumento muy pobre que se usa mucho en el Opus Dei para justificar el doblegamiento de los prosélitos a las élites de la organización así como para justificar la actitud servil ante los desmanes de la Iglesia.
Te recuerdo que eso no es válido para el pues hizo un botó de obediencia. Tiene que cumplir o marcharse.
Y el voto de obediencia? Las promesas se cumplen sino no las hagas.
La diferencia entre el y tu es el voto de obediencia.
Tú tienes opción el tiene que cumplir o marcharse y fundar su secta.