El cardenal Philippe Barbarin, primado de la Galia hasta que el Papa aceptara su renuncia el pasado marzo, menos de dos meses después de que el Tribunal Penal de Lyon le absolviera de no haber denunciado unos abusos sexuales, ha anunciado su intención de continuar su sacerdocio como capellán de un convento de religiosas.
“Mi verdadera vocación es ser sacerdote”, ha declarado Barbarin en una entrevista concedida a la cadena francesa Radio RCF, donde revela que será el capellán en la casa matriz de las Hermanitas de los Pobres en Saint-Pern, en la diócesis de Rennes. Las hermanas se ocupan de asistir a personas ancianas. Sin embargo, Barbarin espera todavía que Francisco le confíe algunas misiones especiales fuera de Francia.
El 7 de marzo de 2019, el Tribunal Penal de Lyon le reconoció culpable de no denunciar los abusos cometidos por el sacerdote Bernard Preynat, de su diócesis, a jóvenes boy scouts entre 1986 y 1991. Por ello fue condenado a 6 meses de prisión, aunque exentas de cumplimiento, aunque posteriormente le absolvieron.
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