Benedicto XVI: Abdiqué, pero retuve la “dimensión espiritual” del Papado

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La nueva biografía del Papa Emérito recién publicada por Peter Seewald está convirtiéndose en una inagotable fuente de noticias a partir de los mensajes transmitidos por Ratzinger a su autor. El último: dice haber retenido la “dimensión espiritual” del Papado a pesar de su abdicación.

Doctores tiene la Iglesia; yo, desde luego, no lo soy. Ni entiendo qué pueda ser esa “dimensión espiritual” del ministerio petrino que un gigante del pensamiento cristiano como Ratzinger asegura retener tras su abdicación, o si hay alguna oscura doctrina rescatable que explique esta sorprendente dualidad.

Lo que sí sé, en cambio, como católico de a pie, es que no puede haber dos Papas al mismo tiempo, y que cada vez que Benedicto hace este tipo de declaraciones, alimenta, muy a su pesar, las ilusiones de los llamados ‘benivacantistas’.

En la conversación de marras, Seewald comenta las críticas de quienes alegan que el título de “Papa Emérito” no existe, porque no puede haber dos Papas. Benedicto responde recordando que “hasta el Concilio Vaticano II, tampoco existían abdicaciones de obispos”.

Es cierto que el obispo dimisionario no pierde su calidad episcopal aunque sí haya perdido la autoridad de la diócesis, que pasa a su sucesor. ¿Es legítimo aplicar esa analogía al Papado? Ese hipotético obispo retirado, apunta Benedicto, aunque carezca de sede que gobernar, “no se convierte en un segundo obispo de su diócesis”, pero “ya se le reconoce la conexión espiritual con ella, también como tipo jurídico”. Esa “conexión espiritual” se considera una “realidad”.