Reig Pla: «No podemos privar a los fieles de la Eucaristía»

Reig_pla
|

(Brújula Cotidiana)- «La Misa es el Cielo en la Tierra. No podemos privarnos ahora de ella, cuando la crisis del coronavirus está poniendo en evidencia el individualismo de la sociedad. Con esta decisión he querido enfatizar que Dios no nos abandona nunca». El obispo de Alcalá, Juan Antonio Reig Pla, explica así, en esta entrevista a la Nuova Bussola Quotidiana, la decisión que ha tomado para su diócesis de no privar al pueblo de la Santa Misa, tomando, claro está, las necesarias medidas sanitarias.

Excelencia, ¿por qué ha decidido mantener abiertas las iglesias, y celebrar las misas con el pueblo?

Como obispo he decidido mantener abiertas las iglesias y también el horario habitual de las celebraciones de la Santa Misa. Con ello quiero ofrecer a los fieles un signo de que la Iglesia no abandona a nadie que requiera los auxilios divinos, especialmente los sacramentos. Para ello disponemos las celebraciones siguiendo todas las indicaciones de prevención que recomiendan las autoridades sanitarias. Además, a las 12 y a las 20.30 horas las campanas de la Catedral anuncian dos toques de oración para rezar por las necesidades que provoca esta epidemia. Entre los bienes de la persona (bienes útiles, placenteros, el bien moral, etc.), el máximo bien es el espiritual, que va unido al destino eterno del hombre. Esta es la razón por la que no podemos privar a los fieles, incluso en circunstancias extremas, de los dones divinos y particularmente de la Eucaristía.

¿Es importante mantener las distancias de seguridad, pero es aún más importante dar a los fieles el pan del Cielo?

No solo mantenemos la distancia de seguridad, sino que tomamos todas las medidas para prevenir la infección: higiene en las manos del sacerdote, desinfección del suelo y de los bancos, de los vasos sagrados, etc. Todo ello es importante, sin embargo ninguna de estas cosas apaga el deseo de infinito que hay albergado en cada corazón humano. Por eso, junto a las medidas de seguridad, no puede faltar lo que especifica la obra de la Iglesia: ofrecer la salvación lograda por Jesucristo mediante la oración, la predicación de la Palabra y los sacramentos.

¿Qué significado hay que dar a la Misa en estos días? ¿Es indispensable?

La Santa Misa, en todas las ocasiones, y más en esta situación extrema, es el cielo en la tierra. Sin la presencia del cielo -hecho presente en la humanidad de Jesucristo y ahora en los sacramentos- el hombre desfallece. Se puede dispensar de acudir a la Eucaristía dominical, por esta situación extrema y con razones justas, pero no hay que negar el pan del cielo a cuantos, con las prevenciones indicadas por las autoridades sanitarias, pueden acudir y desean el consuelo de Dios. Los fieles que acuden son conscientes de su responsabilidad y ofrecen la Santa Misa por todos los que sufren la pandemia.

¿Le han criticado? ¿Tal vez las críticas son la demostración que se piensa más en la salud del cuerpo que en la del alma?

De los fieles he recibido algunas indicaciones, sugerencias para mejorar las celebraciones y algunas dudas. Críticas directas no he recibido ninguna. Sí he recibido, en cambio, muchas muestras de gratitud. De todas maneras, es comprensible que entre los fieles se dé alguna incertidumbre. Saber que el bien espiritual es el máximo bien contrasta con el espíritu del mundo y este espíritu mundano también puede penetrar en la Iglesia. Para ello son consoladoras las palabras de Jesús: “En el mundo tendréis luchas; pero tened valor: Yo he vencido al mundo” (Jn 16,33).

¿Ha recibido presiones del gobierno, o le han obligado a cerrar las misas o suspender las misas? ¿Cómo se ha comportado el gobierno con ustedes, los obispos?

Gracias a Dios no he recibido ninguna presión del gobierno. En el Decreto de Alarma está previsto poder acudir a los actos religiosos tomando las medidas de prevención. A tenor de las circunstancias tomaremos las decisiones oportunas.

Un aspecto que vivimos en Italia es el hecho de que muchos capellanes de hospital no pueden entrar en las Unidades de Cuidados Intensivos, lo que hace que la gente muera sola. ¿Cómo es la situación en su diócesis? ¿Consiguen lo capellanes llevar los Sacramentos a los enfermos y moribundos?

La situación en los hospitales ubicados en el territorio de la diócesis es preocupante, por el número de infectados. Los sacerdotes ejercen su labor con la prudencia necesaria y con las prevenciones previstas. Hasta ahora las personas o los familiares que solicitan los sacramentos pueden ser atendidos. Para los enfermos que están en las unidades de cuidado intensivo hay medidas especiales y no siempre se puede acceder a ellas.

¿En qué medida el coronavirus nos interroga como castigo y purificación de Dios?

La pandemia del Coronavirus nos ha colocado en una situación límite. De momento ha puesto en evidencia la precariedad humana y ha desenmascarado la mentira del individualismo que ha propiciado la ruptura de vínculos con la familia, con la tradición y con Dios. La soberbia del globalismo y de la sociedad tecnocrática ha sufrido un duro golpe. Hoy hemos de reconocernos todos más humildes y dependientes los unos de los otros y dependientes de la sabiduría amorosa de Dios creador y redentor. De manera especial, Occidente necesita una purificación y una vuelta a la tradición cristiana, que ofrece una verdadera respuesta a los interrogantes humanos y promueve el modo adecuado de vivir desde la virtud. Este es un tiempo de prueba y, a la vez, un tiempo de gracia. Solo Dios puede convertir esta situación penosa en una ocasión de salud para el espíritu humano.

¿Qué le dice a la Iglesia, hoy, este virus? La Iglesia, ¿debe plantearse preguntas?

Evidentemente, esta situación afecta también a la Iglesia y nos hace volver a las cuestiones básicas que afectan a la salvación humana. La Iglesia no es una organización simplemente humana, una ONG. En sus entrañas lleva el ofrecimiento de la salvación eterna pagada al precio de la sangre de Cristo. Esta pandemia nos invita a todos a volver el corazón a Dios, a insistir en el destino eterno del hombre y a poner el énfasis en la gracia de Dios, en recomponer los vínculos humanos; resaltar la importancia de la familia, de la comunidad cristiana y de los medios de salvación (oración, Palabra de Dios, sacramentos, caridad, etc.). Frente a la soberbia del individualismo y la autonomía radical, esta es una ocasión de gracia para cambiar el concepto de libertad. La libertad no es simplemente independencia y ruptura de vínculos. Nuestra libertad creada es para la comunión y para la dependencia amorosa de la sabiduría de Dios. Redescubrir a Cristo, dejarnos abrazar por su gracia redentora y aprender a vivir en comunidad son los retos para poner en pie a la Iglesia y a la sociedad.

Publicado en la Brújula Cotidiana.

Ayuda a Infovaticana a seguir informando

Comentarios
29 comentarios en “Reig Pla: «No podemos privar a los fieles de la Eucaristía»
  1. Por creerse su misión de pastor de Cristo y no desamparar a sus fieles, a Reig Pla lo lincha y ultraja a diario la oficina de prensa comunista que cobra del estamento eclesiastico, encabezada por los comisarios podemitas Vidal y Bastante (los mismos que intentaron sepultar de por vida en la cárcel al párroco de Granada Román, hasta que la Justicia les paró los pies).
    Que nadie olvide.

    1. Claro y lo dice el Obispo más viajero de España. Mejor que atienda a su gente y se deje de darse la gran vida con el pretexto de ser provida a ultranza.

    2. Humbelina :
      Uno de los pocos obispos valientes de nuestra España católica, que promueve la fe de la iglesia y no abandonó a los fieles a su suerte. Este sí que vale… Excelente obispo. Dios lo bendiga y por él nos saque Dios de este caos general.

    3. Ole, Ole y olé !!! Un Obispo que sabe poner a Dios en su sitio.
      Igual que otras veces señalo con el dedo las incongruencias de los Obispos, esta vez aplaudo.
      Se puede ser prudente, con las medidas oportunas para no contagiar a nadie y a la vez asistir a los sacramentos tan necesarios para la vida del alma. O es que olvidamos que la gente sigue llendo al mercado a comprar??

  2. Un consejo: no acentuéis «Pla», porque tanto en valenciano como en castellano los monosílabos no llevan tilde (salvo excepciones que no vienen al caso).

  3. Esto no va de jóvenes ni viejos, de democracia ni dictadura ni de sexo no asexuados el Cobid es un prototipo biológico inteligente que busca la mínima para contagiar, reproducirse y matar. Ni San Roque ni misas con personal. Sólo podemos aislar lo con reclusión y apoyando a médicos . Fuerzas de seguridad y buena gente como limpiadoras, mercados. Misas sí pero virtuales somos muy soberbios y queremos hasta matar al cura con nuestros miasmas. Quien no cumpla a la cárcel. Y el resto a cumplir y rezar.

    1. Mientras tú te quedas «virtual» y fiel cumplidor de las medidas de Leviatán, deja a quienes quieran y puedan…recibir los sacramentos. Dios debe ser el primero bien servido. Y los cristianos ya han pasado por las fauces de los leones, las pestes y las persecuciones rojas….sin despeinarse. Otra más, pues….

    2. Además,con el entusiasmo de los que generalizan , no tienen en cuenta el quinto mandamiento y todo lo que él conlleva. No creo que el Señor se agarre un cabreo porque necesitemos guardar una cuarentena para preservar tanto nuestro cuerpo como el del prójimo.

  4. Ojalá tomemos conciencia del valor de la misa, algo que el papa Francisco nos viene enseñando que vivamos. Mis oraciones.

  5. La Iglesia no es el templo. Templos cerrados contribuyen en este momento a que no se propague la contaminación de este virus desconocido. El postureo, en cambio, puede contribuir a su propagación. Nadie nos priva de la Eucaristía, aunque tengamos que pasar hambre de ella durante algún tiempo. Qué alegría cuando pueda volver a celebrarla con la asamblea.

    1. Veo Antonio Murcia que eres protestante o te has convertido en protestante. Porqué no buscas en internet a ver como hizo San Gregorio Magno, Vicario de Cristo en la tierra, para conjurar la peste «lues inguinaria» que se había abatido sobre Roma en el año 590.

      Y si tienes tiempo, dale una leída a este artículo:

      adelantelafe.com/nos-gloriamos-en-las-tribulaciones-como-vivir-la-fe-cuando-se-prohibe-el-culto-publico-mons-schneider/

  6. Francisco todo lo que pueda enseñar es al revés de la doctrina de la Iglesia. Si acierta es pura coincidencia o para no perder a los papólatras que todavía quedan, en número reducido pero recalcitrante, generalmente debido a un encefalograma plano que no se les puede imputar.

  7. » Entonces los judios le dijeron: ¿Qué señal nos das para obrar así ? . Jesús les respondió : Destruid este Templo y en tres días yo lo levantaré. Los judíos le replicaron : En cuarenta y seis años se edificó este Templo, ¿y tú lo levantarás en tres días?. Mas Él hablaba del templo de su cuerpo. Por eso , cuando resucitó de entre los muertos, se acordaron los discípulos que había dicho esto y creyeron en la Escritura y en la palabra que había dicho Jesús.» ( Jn 2, 18-22 )

  8. En estos tiempos en que dentro y fuera de la Iglesia las cosas se perpetran «bajo pretexto», el Obispo Schneider es una voz que se alza fiel en defensa de la Verdad.

  9. Jesús dice: “Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí como yo en él, ése da mucho fruto; porque SIN MI no podéis hacer nada” (Jn 15, 5).
    Hechos 5,29: hay que obedecer a Dios antes que a los hombres.
    Si el cardenal suprime las Misas habrá que decirle que se equivoca, no se puede obedecer una orden que está en clara oposición con el Decálogo Divino.
    Catecismo 2079.
    El Decálogo forma una unidad orgánica en la que cada “palabra” o “mandamiento” remite a todo el conjunto. Transgredir un mandamiento es quebrantar toda la ley (cf St 2, 10-11).
    La obligación del Decálogo
    2072
    Los diez mandamientos, por expresar los deberes fundamentales del hombre hacia Dios y hacia su prójimo, revelan en su contenido primordial obligaciones graves. Son básicamente inmutables y su obligación vale siempre y en todas partes. Nadie podría dispensar de ellos. Los diez mandamientos están grabados por Dios en el corazón del ser humano.
    3º Mandamiento: Santificar las fiestas.

  10. ¿Y cuánta gente está yendo a misa en esa Diócesis? Espero que muy pocos para que puedan cumplir todas las normas dadas por salubridad.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 caracteres disponibles