Tamara Falcó, una católica sin complejos

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Ayer se proclamó vencedora del concurso televisivo MasterChef y anunció que donaría el premio a Mensajeros de la Paz, la ONG del Padre Ángel.

Tamara Falcó ganó ayer la final del concurso televisivo de cocina MasterChef. Como resultado de ello, recibió un premio de 75.000 euros para donarlos a la organización benéfica que eligiera. Tamara decidió donarlo íntegramente a Mensajeros de la Paz, la ONG del omnipresente sacerdote asturiano Ángel García Rodríguez, más conocido como el Padre Ángel.

No es casualidad que Tamara Falcó haya decidido donar tan cuantioso premio a una organización benéfica católica, que tanto bien realiza con pobres y marginados. Si por algo es conocida Tamara, además de por ser hija de Isabel Preysler y del Marqués de Griñón, es por su falta de complejos al decir que es católica practicante y orgullosa de serlo.

Durante el programa han sido constantes sus alusiones a la fe y prueba de ello son dos anécdotas protagonizadas por Falcó durante esta edición del exitoso programa de televisión del que ha salido vencedora.

En uno de los programas los concursantes tenían que cocer una langosta viva y, ante el comentario de uno de los participantes del concurso al cual no le gusto la idea de cocerla viva, “Yo no lo mato, que a nivel kármico es tremendo”, Tamara mostró su indiferencia ante este hecho. «Es que yo no creo que me vaya a reencarnar en una langosta», dijo, «cuando me muera, un poco de purgatorio y al cielo. Es una de las cosas maravillosas de ser católico: veo una araña y ¡pa!», manifestó la ganadora de MasterChef.

Otro momento en el que mostró sus convicciones religiosas fue cuando, ante su tranquilidad en la ejecución de las pruebas a las que tenía que enfrentarse durante el programa, le preguntaron cuál era su «método de relajación”. Tamara, con total naturalidad, le respondió que su secreto era el rezo de “el Rosario”. Y afirmó que lo rezaba antes del programa.