El Cardenal Nichols presionó a los obispos ingleses para que callaran sobre abusos sexuales

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El arzobispo de Westminster y presidente de la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales, Vincent Nichols, elevado al cardenalato por Francisco en 2014, presionó a los obispos para que callaran sobre abusos sexuales de sacerdotes para no dañar la imagen del Papa.

En el curso de la Investigación Independiente sobre Abusos Infantiles establecida por el Gobierno británico, al menos dos obispos han acusado a Nichols de presiones para ocultar casos de abusos sexuales clericales.

Tanto el obispo de Portsmouth, Philip Egan, como su colega de Northhampton, Peter Doyle, han testificado que el cardenal Nichols les presionó para que no hicieran público un comunicado en apoyo a una conocida víctima de abusos sexuales que medios católicos estaban atacando como no verosímil, tachando sus acusaciones de “fantasías”. Nichols, aseguran ambos obispos, les advirtió que cualquier nota pública que llevara su forma en favor de la víctima de abusos sería usada para atacar al Papa.

Fueron los directores de Comunicaciones de la Conferencia Episcopal, presidida por Nichols, fueron los encargados de transmitirles la advertencia del cardenal, que luego la repitió personalmente.

En un correo electrónico dirigido a la víctima, Doyle, llamado a declarar por la investigación oficial, tuvo que explicar por qué no iba a cumplir el deseo de ésta de que emitiera una nota pública a favor de su credibilidad. En cuanto a Egan, reconoció que “lo vi como un intento de desacreditar al Santo Padre, en realidad, porque estaba muy conectado al asunto Viganò».

Nichols ha negado con vehemencia en el mismo foro que su principal preocupación fuera proteger la reputación del Papa y sugiere más bien que todo su interés se centraba en beneficios de la víctima. Pero el testimonio del cardenal no solo queda contradicho por el de sus colegas sino también por una mujer que trabajaba en la Diócesis de Portsmouth como abogada de las víctimas de abusos.