Sirviéndose de una carta apostólica en forma Motu Proprio publicada el pasado 19 de enero, el Papa Francisco ha puesto el Coro de la Capilla Sixtina bajo administración de la Oficina de Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice, encomendándole a Mons. Guido Marini, maestro de ceremonias de las liturgias papales, la redacción de los nuevos estatutos de la institución.
En este sentido, Mons. Guido Marini tendrá que ‘guiar todas las actividades litúrgicas, pastorales, espirituales, artísticas y educativas del Coro, haciendo cada vez más perceptibles en él y en los componentes individuales el propósito principal de la música sacra, que es la gloria de Dios y la santificación de los fieles.
Por otra parte, el arzobispo Guido Pozzo, secretario emérito de la extinta ‘Ecclesia Dei’, asume el cargo de superintendente del Coro de la Capilla Sixtina: será responsable, bajo la supervisión de Mons. Marini, de la administración económica de éste.
Tal y como indica el Catholic Herald, tras esta decisión subyacen dos razones fundamentales: constituye el primer paso de una reforma más profunda que podría concluir con el cierre de la Prefectura de la Casa Pontificia; y es también una forma de fortalecer el control sobre la Capilla Musical tras el escándalo financiero que tambaleó sus cimientos el pasado año.
La importancia del Coro de la Capilla Sixtina no es menor. Se trata, en fin, del coro más antiguo del mundo: compuesto tradicionalmente por veinte hombres (tenores y bajos) y treinta niños (sopranos y altos). Precisamente a esa antigüedad se refiere, en tono ditirámbico, Su Santidad en el Motu Proprio. De acuerdo con él, el coro ha sido ‘un lugar de expresiones artísticas y litúrgicas al servicio de celebraciones solemnes de los Pontífices, inicialmente en la espléndida capilla a la que debe su nombre, y luego en la Basílica de San Pedro o dondequiera que los Pontífices los necesiten’.
El pasado reciente del Coro
Antes de la publicación del Motu Proprio del Papa Francisco, el Coro de la Capilla Sixtina permanecía bajo la jurisdicción de la Prefectura de la Casa Pontificia y el mando de Michelangelo Nardella. Este último fue cesado el pasado mes de octubre por su implicación en un complejo escándalo financiero que causó un revuelo notable.
Las informaciones sobre el escándalo comenzaron a publicarse en julio del pasado año, y fueron confirmadas por la Santa Sede en septiembre. En ese momento, la Oficina de Prensa de la Santa Sede emitió un comunicado en el que se establecía que ‘el Papa Francisco, meses atrás, autorizó una administración sobre los aspectos económicos y administrativos’.
Como ya se ha sugerido, esta investigación concluyó en octubre, con la destitución de Michelangelo Nardella.
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